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Rehenes de la tecnología

tecnología 03Fotos: Del autor

Los niños son el tesoro más dulce de una familia. Ríen, abrazan, reconfortan con su afecto e inocencia, alegran con sus travesuras. También requieren atenciones, y muchas veces son las niñeras electrónicas las que se encargan de los cuidados. Sobre esto alertan los investigadores de la salud, que ven en el uso excesivo de la tecnología digital el riesgo de que los infantes puedan desarrollar depresión y ansiedad infantil.

La doctora Teresita de Jesús Hidalgo Rodríguez, especialista en 2do grado en Psiquiatría Infantil, ha cedido parte de su rutina diaria como madre y esposa, entre su familia y su trabajo en el hospital pediátrico Octavio de la Concepción de la Pedraja, de la provincia de Holguín, para esta entrevista encaminada a mostrar, a padres y familiares, las consecuencias del uso desmedido de las tecnologías.

¿Cómo afecta a niños y adolescentes la sobreexposición a las tecnologías?

Las tecnologías, como todo en la vida, deben tener sus límites. Su influencia en el desarrollo de niños y adolescentes puede llegar a ser catastrófica si rompemos esos límites. Desde el punto de vista psicológico, cuando se abusa de ellas, la influencia indiscutiblemente va a ser negativa; desde el punto de vista emocional, el equilibrio del niño y el adolescente se ve en riesgo.

Los aspectos positivos del uso de las tecnologías son todos referidos al aprendizaje y el desarrollo intelectual del menor. Tal es el caso del acceso a la información: Internet, libros electrónicos, bases de datos en línea y otras tecnologías digitales, que brindan un volumen casi ilimitado de información global. Esto puede facilitar el aprendizaje autónomo y fomentar la curiosidad intelectual.

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Otro aspecto beneficioso son las habilidades tecnológicas. Los niños y adolescentes de hoy son “nativos digitales”. Han crecido con tecnología y, como resultado, suelen ser adeptos a navegar y utilizar las diferentes plataformas y dispositivos. Estas habilidades pueden ser muy útiles en un mundo cada vez más digital.

Además, las redes sociales, los juegos en línea y otras plataformas digitales pueden facilitar la interacción social y permitir a los jóvenes expresar su creatividad de nuevas maneras. Ellas pueden ayudar a los jóvenes a mantenerse conectados con amigos y familiares que viven lejos.

Sin embargo, la influencia de forma negativa trae consigo disímiles afecciones que, a la larga o la corta, influyen en la vida personal del niño y adolescente.

El uso excesivo de la tecnología puede llevar a problemas de salud mental, como ansiedad y depresión, especialmente si se usa para el consumo pasivo -por ejemplo, desplazarse por las redes sociales durante horas-, en lugar de actividades más activas y creativas. También puede contribuir a un estilo de vida sedentario, que está asociado con numerosos problemas de salud, incluyendo obesidad.

Los niños y adolescentes pueden ser vulnerables a diversos peligros en línea, incluyendo el acoso cibernético, el robo de identidad, la explotación y el acceso a contenido inapropiado.

Asimismo, el uso excesivo de tecnología puede llevar a comportamientos adictivos. Los juegos en línea, las redes sociales y otras actividades digitales suelen ser extremadamente absorbentes y hacen que los jóvenes pasen menos tiempo en actividades “fuera de línea”, como estudiar, hacer ejercicio y socializar cara a cara.

Aunque la tecnología puede facilitar nuevas formas de interacción social, también reduce las interacciones cara a cara y dificulta el desarrollo de habilidades sociales en la vida real. Es importante para los padres, educadores y la sociedad, en general, ayudar a los niños y adolescentes a navegar en este mundo tecnológico, fomentando un uso saludable y seguro de la tecnología.

¿Qué consecuencias trae el uso de las TICs?

Con las nuevas tecnologías hay que marcar un límite; por ejemplo, una madre que necesita terminar los quehaceres del hogar y descubre que, poniendo a su hijo frente al televisor, laptop o dándole un dispositivo móvil, se le hace más fácil la labor. Sería muy diferente si la madre o tutor legal acompaña al niño a ver una película y la conjuga con un juego o con la realización de las tareas de la escuela, pero no es recomendable dejar solo al menor con el uso excesivo de la tecnología.

Con ellas, podemos disfrutar de un mayor acceso a la información; las TICs han democratizado esa posibilidad, permitiendo a las personas de todo el mundo obtener y compartir información de manera rápida y eficiente. También se puede hablar de innovación, pues las TICs han revolucionado la educación, permitiendo el aprendizaje a distancia, la personalización del aprendizaje y el acceso a una variedad de recursos.

No obstante, su empleo ha provocado una brecha digital; aunque las TICs han permitido un mayor acceso a la información, también han exacerbado las desigualdades. Aquellos que no tienen acceso a estas tecnologías se quedan atrás, creando esa brecha. La facilidad de acceso a la información también puede llevar a una sobrecarga de información, lo que puede ser abrumador y dificultar la toma de decisiones informadas.

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El uso excesivo de las TICs puede contribuir a problemas de salud mental, como la ansiedad, la depresión y la adicción a la tecnología. Es importante tener en cuenta que ellas, en sí mismas, no son ni buenas ni malas. Su impacto depende de cómo se utilizan y cómo se gestionan sus riesgos. En este sentido, la educación y la regulación desempeñan un papel clave en la garantía de su uso seguro y efectivo.

¿Cuáles son sus ventajas y desventajas?

El uso de las tecnologías tiene una serie de ventajas y desventajas, dependiendo del contexto específico y del uso que se les dé. Entre las ventajas que puede ofrecer para los niños y adolescentes está que la tecnología proporciona un acceso casi ilimitado a la información, lo que puede ser útil para la investigación y la educación. Muchas tecnologías están diseñadas para aumentar la eficiencia, lo que puede conducir a un aumento de la productividad en entornos como el lugar de trabajo o la escuela. Tareas como las compras en línea, la banca digital y la automatización del hogar, son posibles gracias a la tecnología. Ella nos permite resolver problemas de nuevas y creativas maneras, y puede ser una poderosa herramienta de innovación en campos como la medicina, la ingeniería y la educación, entre otros.

Sin embargo, en exceso, produce problemas en el organismo y en la estabilidad psicológica de las personas. Como desventajas podemos citar la tendencia a depender demasiado de la tecnología para las tareas cotidianas, lo que puede ser problemático si esta falla o no está disponible. Su uso exagerado puede propiciar un estilo de vida sedentario. Como en todo, es importante mantener un equilibrio en el uso de las tecnologías y ser conscientes de estas ventajas y desventajas, para poder aprovecharlas de la mejor manera posible y minimizar los aspectos negativos.

¿Qué enfermedades puede ocasionar el empleo excesivo de las tecnologías?

Las más comunes son el Síndrome del túnel carpiano y otros trastornos musculoesqueléticos, que ocasionan dolor en las manos, las muñecas, los hombros y la espalda; la fatiga visual o Síndrome Visual Informático, a causa de la exposición prolongada a las pantallas, que implica fatiga visual, dolor de cabeza, sequedad ocular e incluso problemas de visión a largo plazo; trastornos del sueño, ya que la luz azul emitida por las pantallas interfiere con la producción de melatonina, una hormona que regula el ciclo del sueño, y ocasiona también insomnio, así como el sedentarismo, que se asocia con una serie de problemas de salud, incluyendo obesidad, enfermedades cardíacas y diabetes.

El desgaste físico va muy de cerca con las enfermedades mentales, ansiedad y depresión. Asimismo, el uso compulsivo de la tecnología, como los videojuegos o las redes sociales, puede llevar al desarrollo de comportamientos adictivos. Por último, la constante conexión y el acceso a grandes cantidades de información pueden causar estrés y la sensación de estar abrumado por su sobrecarga.

La utilización responsable y equilibrada de la tecnología puede ayudar a prevenir estos problemas de salud. Esto incluye tomar descansos regulares, ajustar el entorno de trabajo para reducir la tensión física, limitar la exposición a la luz de las pantallas antes de dormir, y equilibrar el tiempo online con actividades fuera de línea, incluyendo el ejercicio físico y la interacción social.

La pandemia de la COVID-19 ha llevado a un aumento significativo en el uso de la tecnología debido a las medidas de confinamiento y distanciamiento social. ¿Esto ha tenido implicaciones en la salud física y mental de los menores?

Durante la pandemia, muchos trabajos, clases escolares, eventos sociales y actividades recreativas se trasladaron a la modalidad en línea. Como resultado, las personas pasaron mucho más tiempo frente a las pantallas, lo que puede haber exacerbado los problemas de salud asociados con el uso excesivo de la tecnología, ocasionando problemas físicos. Además de los ya mencionados, también se incrementaron los problemas de salud mental. Esto incluye el aumento de la ansiedad y la depresión, en parte debido al consumo constante de noticias sobre la situación sanitaria, así como el aislamiento social y la falta de interacción cara a cara. También se ha observado un aumento en la adicción a la tecnología, ya que muchas personas recurrieron a las redes sociales, los videojuegos y otras formas de entretenimiento digital, como forma de escapar o manejar el estrés de la pandemia.

Aunque la tecnología desempeñó un papel crucial en la capacidad de la sociedad para continuar funcionando durante la pandemia, su empleo equilibrado y saludable es esencial para minimizar estos problemas de salud. Esto puede implicar tomar descansos frecuentes de las pantallas, practicar una buena higiene del sueño, mantenerse físicamente activo y buscar apoyo para los problemas de salud mental.

¿Qué actitud se recomienda adoptar por parte de los padres y otros familiares?

Ante esta situación, los padres deben darse cuenta que les están haciendo daño a sus hijos y el primer paso es reconocerlo y notar que no tienen el control de la información que domina el niño mediante su dispositivo móvil. Las enfermedades producidas por el uso desmedido de las tecnologías son un problema latente en la sociedad cubana. Las consecuencias te llevan a la enfermedad: trastorno por ansiedad, ludopatía, psicosis, retardo del habla y el lenguaje, daño visual... Los más pequeños son los más vulnerables y, etariamente hablando, los niños de dos a cuatro o cinco años y de 11 hasta 17 o 18 años.

El papel de la familia es fundamental. Es vital manejar los horarios con consistencia y responsabilidad; así como el control sobre nuestros hijos y fomentar estilos de vida saludables. Proteger la salud mental y física del menor es la principal responsabilidad de su tutor legal. A veces, es más fácil prender la televisión y librar la responsabilidad, pero el daño crece poco a poco. Por eso, mi consejo sería: deja que el niño corra, juegue, sueñe y se relacione, permítele una infancia feliz, para que no se convierta en rehén de la tecnología.

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