Las huellas de Pepito García Castañeda nos llevaron hasta una institución única de su tipo en esta área geográfica de Cuba: el Museo de Artes Decorativas de Gibara.
Más de un siglo antes de convertirse en museo, la edificación fue el hogar de familias ricas, cuyas vidas se convirtieron en leyendas
Sin dudas, los bailes fueron famosos, dice, sobre todo uno al que asistió una muchacha muy bella, con un exótico traje de pavo real. Quienes lo recuerdan afirman que simbolizaba la belleza y era una forma de rechazar los intentos de conquista de un hijo de Homobono… poco agraciado. Al extremo que murió soltero.
Las colecciones de artes decorativas del museo representan los modos de vida, costumbres y cultura de las familias más adineradas de Gibara, así como los estilos imperantes desde finales del siglo XIX y principios del XX.
Por su estado de deterioro, el Museo de Artes Decorativas permaneció cerrado durante una década, durante la cual enfrentó la furia de un huracán y las dificultades del peregrinaje.