Hay una ciudad que a ratos se sienta a escucharlo, se detiene a su paso y vibra. Cantar con el corazón no es tarea fácil, deben ponerse alma y talento en escena. Pero él lo hace mientras los dedos dibujan sonidos a través del bajo. Se aleja de los esquemas, escribe para su público y para todo aquel que encuentre en ese arte una manera de liberar el espíritu, de expresar su sentir en letras y acordes, de encontrarse, entenderse, aliviarse.