Caminos obstruidos y hogares inundados en el poblado de Bocas
- Por Mélany Quevedo Rojas
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Fotos: De la autora y vecinos de la localidad
El Consejo Popular de Bocas, en Gibara, continúa, poco a poco, la recuperación por los estragos causados por el huracán Melissa.
Los relatos de los vecinos se inundan en lágrimas, como aquel miércoles lo hicieron sus casas. Los árboles que antes brindaban sombra y un hermoso paisaje ahora obstruyen el paso en los caminos. Los campos, que solían ser un mar de verde, se transformaron en un océano oscuro de desechos traídos por la fuerza de los ríos cercanos. Las ráfagas de viento arrasaron con los cultivos, prácticamente la única fuente "segura" de alimento y sustento para las personas del pueblo. La fuerza de la naturaleza ha dejado una profunda huella que, durante mucho tiempo, será imposible de borrar.
Entre las principales problemáticas que enfrenta el pueblo bocareño destaca el deterioro de la carretera que los conecta con el resto del municipio. El mal estado del camino impide un transporte estable, haciendo cada vez más escasa la entrada de recursos y la necesaria movilización de las personas en sus actividades cotidianas.
Resulta preocupante el estado de la torre de telecomunicaciones, especialmente mientras el pueblo es azotado por eventos meteorológicos como "Melissa", ya que la población queda incomunicada por tierra ante la creciente de los ríos y carece de una señal estable que permita solicitar el apoyo necesario a tiempo. La resiliencia es una virtud admirable que identifica a quienes vivimos en zonas rurales, pero no puede sostenerse sin el respaldo adecuado.
Como parte de las medidas recuperativas del Consejo de Defensa Municipal, y con la activa presencia y dirección de su presidenta Nayla Marieta Leyva Rodríguez, al bajar el nivel del agua del río esta semana, el grupo comunitario de la circunscripción 49 de Candelaria unió fuerzas para talar y trasladar los árboles caídos que obstruían el paso por el Río Cacoyogüín. La incorporación de maquinaria pesada del Molino 200 mil en la zona fue el apoyo que concluyó la operación.
La oscuridad de la noche acompañó a las máximas autoridades en su recorrido por el poblado de Bocas, dirigiéndose a los centros de evacuación y desarrollando un intercambio con las personas afectadas con el objetivo de lograr, en medio de tanta tristeza, crear una pizca de esperanza y mucha fuerza para lograr la recuperación del lugar.
Las fotografías no son suficientes para captar la cruda realidad que se vive al intentar recuperarse de los estragos. La angustia se siente en el aire; el miedo a futuros huracanes se mezcla con la incertidumbre de cómo reconstruir lo perdido. Sin embargo, una vez más debemos mantenernos firmes y seguir luchando por reconstruir nuestro pedacito de campo y, como ya sabemos hacer, salir a flote a pesar de cuán pesadas sean las dificultades.
