Andan por ahí lleno de colores. Algunos elegantes, otros más sobrios, pero siempre con su religión a cuestas. Fanáticos al fin, son adictos al movimiento, a la luz. Miles de adolescentes en Cuba son parte de esta tendencia, que más allá de cómo se le nombre, ante la disyuntiva, por sus propios seguidores, de si son tribus urbanas o no, siguen siendo una fiebre que contagia, y va sumando más y más adeptos.
Read more ¿Solo para coreanos?