“Las ventajas de vivir constantemente en una película de ficción”
- Por Milo García Muñiz / estudiante de periodismo
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“Con el paso de los años, empezaron a surgir preguntas: ¿quiénes están detrás de esto que estoy viendo? o ¿cómo se hace? Para mí son muy importantes aquellos que le dan forma al cine”, confiesa Dayana Araujo sobre cómo comenzó a sentirse atraída por el audiovisual.
Ella es una joven que percibe el cine como la forma más bella de ver el mundo “por muy destructivo, chocante y lúgubre que sea a veces”, quien se convirtió en la primera estudiante de la Universidad de las Artes en concursar con un material propio, en el Festival Internacional de Cine de Gibara (FIC).
Su documental El brillo de la superficie, que lleva como protagonista al poeta holguinero Delfín Prats, fue estrenado a inicios de agosto en suelo gibareño.
¿Qué sentiste al saber que tu documental formaría parte de la selección oficial del FIC?
Yo no me lo esperaba, tengo poca fe en mí. Cuando mando mis materiales lo hago porque la esperanza es lo último que se pierde, pero siempre creo que no va a pasar del envío. Terminar concursando en la selección oficial del FIC fue una felicidad terrible, yo grité en mi casa.

Cuando se lo anuncié a mi familia y a mis productoras Karla Cecilia y Juliette Morales, me volví loca. No esperas que siendo tan joven, recibas noticias tan lindas.
¿Cómo se decidió la estructura narrativa del documental?
La estructura narrativa fue saliendo en el proceso de edición, porque yo trabajo así. Cuando voy a hacer cualquier material audiovisual, yo voy con lo que quiero hacer y cómo lo quiero hacer, pero normalmente el resultado tiende a cambiar mucho. La idea inicial que yo tenía no es la que terminó siendo montada, y es que el proceso de montaje es aun más caótico.
¿Por qué a Delfín?
Él vive muy cerca de mi casa, y siempre creí que eso significaba algo. Sentí que yo también debía aportar algo al registro visual de Delfín Prats, a la historia que existe con respecto al personaje. Siempre se presentó muy dispuesto y aceptó bastante rápido mi propuesta.
¿Qué mensaje esperas que transmita el material?

El único mensaje que quiero es la verdad. Esa realidad que está viviendo una persona como Delfín, y que al público le llegue el mundo tan grande y bonito que reúne ese señor, a pesar de todo. Justo ese es el tema del documental, cómo a pesar del tiempo, de los daños que se van sufriendo, siempre queda un brillo en las cosas aunque sea en su superficie.
¿Piensas presentarlo en más festivales o subirlo en alguna plataforma online?
Lo envié a otros festivales nacionales, para ver qué suerte corre, además lo inscribí en algunos internacionales, pero tengo que esperar a que venza la convocatoria y empiecen con el proceso de evaluación. Dudo subirlo a alguna plataforma, yo soy un poco reacia a la hora de compartir mi material personal.
En el festival se te otorgó la mención Factoría del Cine Pobre, por tu proyecto de cortometraje documental Inanis, cuéntame sobre esto.
Todo surge por una necesidad mía de aportar algo a la historia de Gibara, esto desde las historias más humanas, más íntimas. Quiero hacer una cartografía del pueblo, que a su vez va a ser la cartografía de los miles de pueblos que tiene Cuba. En este audiovisual, que estaré grabando en unos meses, quiero abordar el tema de la emigración, de cómo los lugares se están quedando vacíos.
¿Por qué hacerlo en Gibara?
Ahí se me presentó la protagonista del documental, además ese pueblo tiene algo especial, cada vez que uno va a Gibara se le despierta la necesidad de volver.
Dayana, actualmente estudias en la Facultad Arte de los Medios de Comunicación Audiovisual (FAMCA) en la especialidad de Fotografía, aquí en la filial holguinera de la Universidad de las Artes, pero ¿siempre tuviste claro que eso era lo que querías?
Te mentiría si te dijera que siempre lo tuve claro, yo solo sabía que quería algo relacionado con el cine. Por mis 14 o 15 años fue que me empecé a dar cuenta que la fotografía era lo que me gustaba, y es que siempre me preocupaba por el aspecto visual de los materiales. Aunque también incursiono en la dirección de mis proyectos.
¿Qué intentas capturar en tus fotos?

Lo que intento capturar… creo que eso es lo más difícil de responder. Es algo que va ligado a la identidad, con el ser de las personas que llevan innato, que a veces ellos no ven y te corresponde a ti buscar. Es ver las cosas con una perspectiva distinta, observar qué hay detrás de todo.
Tienes una página de fotografía llamada “Un revelado hecho por los ciegos”, ¿cuál fue tu objetivo al crearla?
Mi objetivo no era muy grande, solo subir las fotos y que la gente lo apreciara. Al inicio hacía fotos individuales, mayormente retratos, pero me di cuenta que siempre me inclinaba por lo cinematográfico, e intentaba construir historias. Y es lo que hago, mediante varias imágenes, construyo cuentos que normalmente están ligados a películas que veo o vivencias personales, y es que yo me creo que vivo en una película.
¿Cuáles son tus influencias en el cine?

La mayor parte de cine que consumo es extranjero, pero me sigo quedando con el latinoamericano y el cubano. Ahora mismo la mayor influencia que tengo es de directores contemporáneos, sobre todo en la generación de Alejandro Alonso. Soy muy fan de él y espero algún día ser una documentalista, al nivel de ese hombre. Además sigo a muchos directores de videos musicales, como Santos Bacana y Roger González.
Y con ese interés hacia el videoclip, ¿no has estado dentro de un proyecto con estas características?
Algo hice, pero la experiencia que más recuerdo fue cuando una amiga y yo, decidimos grabarle un videoclip a un músico de la ciudad. Salimos con las cámaras en medio de la noche, con todo el peligro que eso podía traer para los equipos, y cuando había editado todo el contenido, el muchacho nos dijo que se retiraba de la música.
¿Así, sin más?
Sí, lo más triste es que todo el trabajo fue en vano.
Hablando de tus proyectos, ¿Círculos?
Círculos es un cortometraje que presenté en la pasada edición del Festival Nacional del Audiovisual Por Primera Vez. En este se cuenta la historia de un psicoanalista que somete a un muchacho a través de la poesía.
¿Tienes otro proyecto en mente?
No te puedo hablar mucho sobre algo que traigo entre manos, porque aún no ha salido, pero tiene que ver con la temática religiosa. Solo te puedo decir que me acerqué por primera vez a un mundo ajeno a mí. Yo salí de esa experiencia con un cuerpo distinto.
¿Consideras que tu trabajo con la cámara se ha visto enriquecido por la productora Desde Cero?

Sí, incluso trabajo como camarógrafa prácticamente desde que se fundó la productora. La experiencia ha sido maravillosa, pero sobre todo porque es donde más me he nutrido y donde he hecho una familia.
¿Cuál es tu pasión?
Yo lo que quiero es hacer cine, vivir del cine, quiero dedicar mi vida a esto, que es mi pasión. Me pudieran faltar millones de cosas, pero jamás el cine. Quiero en un futuro dirigir ficción y lograr hacer lo que muchos queremos: la gran obra capaz de cambiar la perspectiva de cualquier persona, y es que una película te puede salvar la vida.
Eso es lo que yo quiero, que alguien sentado en un rincón, donde yo también estuve, diga: a mí la película de Dayana Araujo me cambió la vida.