Eide, formadora de sueños
- Por Rosemary Santos Rodríguez / Estudiante de Periodismo
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“Las Eide serán cantera y base principal de la formación y preparación de los atletas en su paso hacia el logro de altos resultados (…)”, dijo nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, el seis de octubre de 1977, en la inauguración de la primera Escuela de Iniciación Deportiva Escolar (Eide) “Mártires de Barbados”, en La Habana.
Como una premonición, ese instante marcó un antes y un después en la preparación atlética de los jóvenes talentos en nuestro país, así como en los resultados competitivos en la arena internacional por parte de las delegaciones cubanas, en uno de los sectores que enaltece los logros de la Revolución cubana.
Estas Eide nacieron como centros docentes educativos para la enseñanza y desarrollo de niños y niñas con determinadas aptitudes en la práctica de un deporte específico, para formar los futuros campeones de nuestro país.

Son estas escuelas las que forman a beisbolistas, boxeadores, judocas, luchadores, ajedrecistas, remeros y muchos otros atletas que practican más de 30 disciplinas en Holguín; casi todos los que hoy ostentan un nombre en la historiografía del deporte cubano, transitaron por estas instalaciones deportivas.
Los procesos de captaciones no son sencillos porque requieren de tiempo y recursos necesarios para buscar los estudiantes-atletas de mayores condiciones en toda la demarcación, incluso en zonas intrincadas y de difícil acceso.
Con la colaboración de profesores de Educación Física, instructores de los combinados deportivos y otros centros que promueven la actividad física, se inicia la formación deportiva del niño y el perfeccionamiento de sus aptitudes.

Generalmente, desde edades tempranas nace la afinidad por uno u otro deporte y se muestra la capacidad para practicarlo de manera profesional, mientras los adultos cercanos a su entorno, promueven el desarrollo inicial del niño, lo preparan y luego llevan a competiciones a nivel de base, hasta que llegan mayores exigencias en los entrenamientos.
Es ahí cuando el colectivo y las instalaciones de la Eide son necesarias para moldear los conocimientos primarios; aunque, en muchos casos, ingresan con una preparación previa de áreas especiales y academias preparatorias, conocidas como pre-Eide, las cuales ofrecen una formación intensiva para su inserción al centro.
La Eide funge como escuela primaria, secundaria y preuniversitario, donde los estudiantes adquieren los conocimientos planificados y obtienen una educación básica, al igual que sus pares en instituciones regulares. Los contenidos y asignaturas son los mismos que estipula el Ministerio de Educación, simplemente se vincula la docencia con la preparación física a través de diversos planes.

Aunque no todos puedan convertirse en medallistas olímpicos o mundiales, si adquieren las enseñanzas de los maestros, entrenadores y compañeros, además, valoran y reconocen el papel del deporte para la vida.
Confiesan los entendidos, que a la Eide debe irse a entregarlo todo, trabajar duro, porque la formación de atletas de élite, capaces de representar a una nación en diversas latitudes, no es cosa de juego, requiere de mucha responsabilidad.
Allí se cumple un reglamento, el deporte es lo primero, todos los alumnos deben aprender y practicar el cuidado que merece su cuerpo, cada disciplina amerita distintos ejercicios y patrones alimenticios, pero todos deben poseer un óptimo estado físico.

En la Eide holguinera iniciaron su formación deportiva varios atletas que luego fueron estrellas del deporte cubano y mundial, como la primera campeona olímpica del judo en América, Odalys Revé Jiménez, su compañera de equipo Legna Verdecia Rodríguez, titular olímpica y del orbe, considerada la mejor deportista de este territorio del pasado siglo.
El mejor tirador deportivo cubano de todos los tiempos, Leuris Pupo Requejo y la ajedrecista Lisandra Llaudy Pupo, multicampeona nacional del juego ciencia, también suspiraron su tensión en la escuela formadora de atletas de Holguín.
Todos se desempeñaron o lo hacen inigualablemente bien en su campo, comparten el suelo grato de la Patria amada, la hogareña provincia de nacimiento, y la Eide como formadora imperecedera de sus sueños.