Alejandro pedalea hacia el futuro
- Por Calixto González Betancourt
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Hay un nombre que hace un tiempo suena en el ciclismo cubano, se trata del holguinero Alejandro Parra Pérez, quien, a pesar de sus 22 años de edad, ya exhibe un notable y amplio expediente competitivo, aunque su mejor época está por llegar y podría ocurrir en el próximo ciclo olímpico.
Alejandro Parra Pérez a pesar de sus 22 años de edad exhibe un notable y amplio expediente competitivo en el ciclismo. Foto: Calixto N. Llanes.
Máximo Velázquez fue quien lo llevó para el área, luego de observarlo en unas pruebas de eficiencia física en el seminternado Rafael Freyre y después Pablo Campins (actualmente Comisionado Nacional), lo captó para la Eide.
“Con 20 y 21 años, respectivamente, asistí a mis primeros Juegos Centroamericanos y del Caribe y a los Juegos Panamericanos. No obtuve medallas, por inexperiencias y tecnología atrasada, pero esas incursiones fueron de gran valía”, alegó. Recuerda que ya ha ganado etapas en el giro Clásico Baracoa-La Habana fue Campeón de la ruta individual del torneo Sub23 del Caribe en 2019 en la capital cubana; quinto general y segundo por puntos en el Tours de Cibao…
“No obstante a resultados modestos, para mí significó un éxito concurrir al Tours de San Luis-2017 (sufrí una caída de la máquina y tuve que abandonar la carrera) y San Juan-2018, ambos en Argentina, certámenes donde coincidieron varios de los mejores pedalistas del mundo. Esos giros son los de mayor rango del ciclismo en América”, consideró.
Entre tantas justas, no obvia los campeonatos nacionales de mayores, con sus buenos comportamientos, que en los últimos años han influido mucho en la fuerza y lugares de lujo que ha mostrado Holguín en esta disciplina. Desde hace dos años sus resultados son los más estables en la pista en Cuba.
“Sé lo que me falta y debo hacer. En esta disciplina, generalmente a los 25 años llega la consolidación, mas yo tengo prisa. Aspiro a estar en varios juegos multidisciplinarios, subir a los podios y llegar a mundiales y olimpiadas…pero para eso necesito, además de mi esfuerzo y el trabajo de los técnicos, más fogueos en el extranjero. Son muchos los eventos a los que no podemos asistir por limitaciones económicas. El ciclismo es un deporte muy costoso, realmente de ricos, por eso me propongo en un futuro insertarme en un club profesional, con contrato oficial de Cuba. Así podría lidiar frecuentemente con ciclistas de calidad en el mundo y tener más competencias”, reflexionó Parra sobre sus perspectivas.
Pero aclara: “Pedalear siempre como cubano y representar a mi país en los certámenes oficiales. Siempre fiel a mi terruño holguinero. Algunos capitalinos me dicen: Guajiro, que tú haces viajando, quédate definitivamente en La Habana, aquí tienes más opciones. Y yo le contesto: Eso nunca, a mi tierra natal yo no dejaré, ni mis recuerdos y familia y a tantos amigos de la infancia, al reparto, mi linda ciudad. Yo podría estar mucho tiempo fuera, rodar en mi bici por el mundo, pero siempre volveré y recalaré en Holguín”.
Dijo esas últimas palabras con gran emoción. Respira profundo y hace un breve silencio, lo cual aprovecha el comisionado Velázquez y argumenta: “Parra tiene condiciones para llegar lejos: explosivo, sabe distribuir adecuadamente sus energías; rápido, fuerte, con gran coordinación en su pedaleo; es inteligente y disciplinado. Especialista en la pista, pero también se distingue en la ruta. Su fuerte radica en las lides en colectivos sobre la pista”.
El ciclista retoma la conversación: “Cuando llegué al centro nacional, con 17 años de edad, mantuve mi costumbre de acostarme muy temprano. Mis compañeros bromeaban: Oye, a dormir, llegó la calabacita. Pasó el tiempo y ya no se percatan de eso. Todos me quieren y respetan.”, rememora con una sonrisa.
Mostró disgusto al referirse a que la prensa nacional no dio la información completa de lo sucedido en el torneo clasificatorio olímpico en Bolivia, en septiembre de 2019: “Además de la dificultad de adaptación rápida a la altura de ese país, me enfermé de dengue, pasé muy malos momentos; aun así, me presenté a la competencia, pero los árbitros se percataron de mi estado y no permitieron que siguiera pedaleando… En la televisión cubana se dijo solamente que me retiré del evento”.
Alejandro fue novato del año del deporte holguinero y en el 2019 estuvo entre los diez mejores.
“Por ahora permanezco en casa, junto a mis padres Argelio y Mayelín y mi hermana, que se llama también Mayelín.
“Está aquí en su hogar holguinero”, me dijo Máximo Velázquez, Comisionado Provincial de Ciclismo, cuando le comuniqué mi intención de conversar con Parra. Pero un rato después el funcionario deportivo me sorprendió al aparecerse en mi casa en compañía del ciclista; ambos, por su puesto, con la debida protección, como exige la COVID-19.

Alejandro resultó ser un joven muy conversador, de excelente memoria, analítico y convencido de hasta dónde puede llegar en el ciclismo, con dedicación, persistencia y disciplina.
“Mi infancia transcurrió en medio del bullicio y el accionar deportivos, en un hogar que colinda con el combinado Feliú Leyva, entre guantes, bates, pelotas e implementos de otras disciplinas, que practiqué, pero desde pequeño sentía una particular atracción por el ciclismo, al ver sus competencias por la televisión. En ese deporte matriculé, con 12 años de edad, en un área del Feliú, donde me atendió el entrenador Reinier Rodríguez”, así evoca Alejandro su inicio en el mundo del pedal.
Máximo Velázquez fue quien lo llevó para el área, luego de observarlo en unas pruebas de eficiencia física en el seminternado Rafael Freyre y después Pablo Campins (actualmente Comisionado Nacional), lo captó para la Eide.
Fue tan espléndida su estancia en esa escuela, que Parra tuvo que preparar un amplio espacio para guardar tantas medallas, alcanzadas en los Juegos Nacionales Escolares y Juveniles.

Detalló sus desempeños en tres lides Escolares: dos bronces y una plata; cuatro oros y un bronce; dos oros, una plata y dos bronces, respectivamente. También en tres Juveniles: bronce y cuarto lugar, siendo aún escolar; tres oros y dos bronces; cinco oros, una plata y bronce, para ser declarado el mejor juvenil del país en la agrupación de fuerza rápida en 2016. En esas dos categorías, sus actuaciones están distribuidas en diversas modalidades de pista y ruta, individual y por equipo. Sus resultados fueron determinantes en los varios primeros peldaños logrados por la provincia de Holguín en esos niveles.
“Con 20 y 21 años, respectivamente, asistí a mis primeros Juegos Centroamericanos y del Caribe y a los Juegos Panamericanos. No obtuve medallas, por inexperiencias y tecnología atrasada, pero esas incursiones fueron de gran valía”, alegó. Recuerda que ya ha ganado etapas en el giro Clásico Baracoa-La Habana fue Campeón de la ruta individual del torneo Sub23 del Caribe en 2019 en la capital cubana; quinto general y segundo por puntos en el Tours de Cibao…
“No obstante a resultados modestos, para mí significó un éxito concurrir al Tours de San Luis-2017 (sufrí una caída de la máquina y tuve que abandonar la carrera) y San Juan-2018, ambos en Argentina, certámenes donde coincidieron varios de los mejores pedalistas del mundo. Esos giros son los de mayor rango del ciclismo en América”, consideró.
Entre tantas justas, no obvia los campeonatos nacionales de mayores, con sus buenos comportamientos, que en los últimos años han influido mucho en la fuerza y lugares de lujo que ha mostrado Holguín en esta disciplina. Desde hace dos años sus resultados son los más estables en la pista en Cuba.
“Sé lo que me falta y debo hacer. En esta disciplina, generalmente a los 25 años llega la consolidación, mas yo tengo prisa. Aspiro a estar en varios juegos multidisciplinarios, subir a los podios y llegar a mundiales y olimpiadas…pero para eso necesito, además de mi esfuerzo y el trabajo de los técnicos, más fogueos en el extranjero. Son muchos los eventos a los que no podemos asistir por limitaciones económicas. El ciclismo es un deporte muy costoso, realmente de ricos, por eso me propongo en un futuro insertarme en un club profesional, con contrato oficial de Cuba. Así podría lidiar frecuentemente con ciclistas de calidad en el mundo y tener más competencias”, reflexionó Parra sobre sus perspectivas.
Pero aclara: “Pedalear siempre como cubano y representar a mi país en los certámenes oficiales. Siempre fiel a mi terruño holguinero. Algunos capitalinos me dicen: Guajiro, que tú haces viajando, quédate definitivamente en La Habana, aquí tienes más opciones. Y yo le contesto: Eso nunca, a mi tierra natal yo no dejaré, ni mis recuerdos y familia y a tantos amigos de la infancia, al reparto, mi linda ciudad. Yo podría estar mucho tiempo fuera, rodar en mi bici por el mundo, pero siempre volveré y recalaré en Holguín”.
Dijo esas últimas palabras con gran emoción. Respira profundo y hace un breve silencio, lo cual aprovecha el comisionado Velázquez y argumenta: “Parra tiene condiciones para llegar lejos: explosivo, sabe distribuir adecuadamente sus energías; rápido, fuerte, con gran coordinación en su pedaleo; es inteligente y disciplinado. Especialista en la pista, pero también se distingue en la ruta. Su fuerte radica en las lides en colectivos sobre la pista”.
El ciclista retoma la conversación: “Cuando llegué al centro nacional, con 17 años de edad, mantuve mi costumbre de acostarme muy temprano. Mis compañeros bromeaban: Oye, a dormir, llegó la calabacita. Pasó el tiempo y ya no se percatan de eso. Todos me quieren y respetan.”, rememora con una sonrisa.
Mostró disgusto al referirse a que la prensa nacional no dio la información completa de lo sucedido en el torneo clasificatorio olímpico en Bolivia, en septiembre de 2019: “Además de la dificultad de adaptación rápida a la altura de ese país, me enfermé de dengue, pasé muy malos momentos; aun así, me presenté a la competencia, pero los árbitros se percataron de mi estado y no permitieron que siguiera pedaleando… En la televisión cubana se dijo solamente que me retiré del evento”.
Alejandro fue novato del año del deporte holguinero y en el 2019 estuvo entre los diez mejores.
“Por ahora permanezco en casa, junto a mis padres Argelio y Mayelín y mi hermana, que se llama también Mayelín.
Hago algunos ejercicios en solitario en un terreno frente a mi casa. Cuando la COVID-19 pase, y se me permita, regresaré a los entrenamientos a plenitud con mi actual técnico, el holguinero Ramón Acosta. Debo prepararme para el Clasificatorio de los Centrocaribe, que será en 2021. En los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Panamá-2022 les daré sorpresas agradables y así empezaré a materializar mis sueños, que son ambiciosos, pero posible”, concluyó Alejandro Parra, una de las promesas del ciclismo cubano para los próximos años.
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