Un San Valentín ferroviario

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feijo tren 1Manolito, como lo llaman familiares y amistades, tuvo bien definido desde pequeño, dónde y cómo sería su futuro. Fotos: Alexis del Toro

Desde su nacimiento está dotado de amor, pues el destino y sus padres lo trajeron al mundo el 14 de febrero del año 1958. Su nombre surgió motivado en la fecha, su vida en el sector ferroviario inició precisamente un día de los enamorados y se ha convertido en uno de los imprescindibles de la estación de trenes de Holguín.

Manuel Valentín Feijoó González afirma que con amor, disciplina y responsabilidad se cumplen las metas en esta vida, bajo el mismo rigor con el que se transita en un tren, donde los obstáculos se convierten en puentes para continuar el largo trayecto, convencido de ir por el camino correcto.

Proveniente de una familia ferroviaria y con una estricta vigilancia de los trenes que entran y salen a la terminal holguinera, pues vive a pocos metros de la estación, Manolito, como lo llaman familiares y amistades, tuvo bien definido desde pequeño, dónde y cómo sería su futuro.

“Mi abuelo Manuel Feijoó Fidalgo fue maquinista durante 35 años y mi tío Ramón Feijó Ramón, quien me transmitió esa pasión, laboró en esta profesión durante 43 años, pero ambos influyeron en mi formación.

“Desde muy pequeño estoy viendo los trenes cuando pasan por delante de mi casa, algo poco frecuente que siempre llama mucho la atención, pero yo me enamoré más cuando vi a mi tío Ramón manejando un tren, pues me montó en uno cuando yo tenía aproximadamente cinco o seis años” comenta.
 
Después de aquella experiencia ha subido y bajado trenes en disímiles ocasiones, pero su alma quedó eternamente sobre las locomotoras y sus coches, las cuales conoce hasta la última arandela.

“Yo no manejaba con esa edad, pero mi tío me daba la posibilidad de tocar las palancas y el timón de la máquina para poco a poco ir conociendo el funcionamiento de esa bola de hierro, como muchas personas piensan que es.
 

“Ellos siempre me decían que adquiriera lo bueno, que lo malo lo desechara para poder triunfar en esta profesión y gracias a sus consejos y enseñanzas ya llevo 47 años encima de raíles y trenes, cuando comencé a estudiar la especialidad.
 
feijo tren 2Feijó González ostenta la distinción José María Pérez Capote, por su destacada labor en sus años de servicio

La oportunidad de vincularse mucho más al mundo ferroviario surgió cuando se divulgó por la prensa una convocatoria para matricular en un curso de Electromecánica de locomotora Diesel en Camagüey, para el cual se inscribió con solo 14 años y terminó como obrero calificado.

“Tuve que ejercitarme en las cinco locomotoras que habían en ese tiempo. Cuando finalicé en el año 1974, comencé el curso que me adentra en la conducción, el de “auxiliar de maquinista” desarrollado en Santiago de Cuba, el cual luego pasamos para el Cristo, en esa misma provincia.

“Fui convocado para cumplir con el Servicio Militar Activo, pero cuando terminé, volví para Santiago de Cuba con el objetivo de recalificarme y allí me dieron la oportunidad de trabajar como auxiliar de maquinista”, afirma.

En el año 1986 inició un proyecto en Cuba para realizar cursos con el objetivo de formar técnicos medios en conducción de trenes, encuentros en el que Manolito matriculó en la segunda edición, para luego graduarse de nivel medio superior y alcanzar la licencia de maquinista categoría C.

Atrapado por la conducción de trenes, Manolito se fue alejando de la electromecánica, aunque no completamente, para recorrer con más frecuencia las líneas férreas del país, trayectos que con los años y su interés le permitieron alcanzar la clase B y en el año 1992 la máxima categoría, A.

Los maquinistas de mayor rango son los únicos que pueden conducir trenes de 100 o más kilómetros por hora, pero los que poseen la B, tienen la oportunidad de trabajar como auxiliares, para cuando tengan más protagonismo en la locomotora no sea muy brusco el cambio.

“Un auxiliar es fundamental en la tripulación porque, primero, es el que acompaña al maquinista ante cualquier situación en el viaje, va conociendo cómo funciona la mecánica del equipo, además contribuye en las señales, órdenes de vía y todo lo que respecta al movimiento de trenes.
 
“Desde que alcancé la categoría A he trabajado en las bases de Holguín y Santiago de Cuba, con los trenes nacionales que viajaban a La Habana y los de carga de la división de oriente. Actualmente estoy manejando el tren Holguín-Las Tunas” confirmó.

La cultura ferroviaria impregnada por la familia, la cercanía de la estación, así como su formación electromecánica y los años sobre ruedas, lo han convertido en el “google” del sector, ante las principales inquietudes sobre las añejas máquinas que arribaron a la ciudad en el lejano año 1965.
 
feijo tren 3Feijó se ha convertido en uno de los imprescindibles de la estación de trenes de Holguín

“Me satisface cuando vienen a buscarme porque existen problemas con algún equipo, eso quiere decir que me he ganado un prestigio, y desde luego, me alegra mucho más resolver el inconveniente. No obstante, trato siempre de enseñarles a los jóvenes, nunca voy a solucionar los problemas ocultando mis conocimientos a los que me rodean.

“Para trabajar en el sector ferroviario es importante hacerlo con amor, responsabilidad y compromiso. En el año 1993 yo tuve un accidente con un tren de combustible en el ramal de Antilla, momento difícil para cualquier persona, sin embargo yo estaba seguro de lo había hecho y lo que estaba haciendo.
 

“El maquinista para salir debe revisar todo al detalle, la mecánica, el peso de la carga o la cantidad de pasajeros y en aquel momento yo estaba seguro de lo sucedido, yo no fui el culpable, pero eso lo da la responsabilidad y el compromiso con lo que uno hace”, aseguró con puño cerrado.

Los responsables de conducir el viaje tienen 45 minutos antes de la salida, para verificar todos los detalles, coordinar las acciones del conductor y la tripulación del tren, para la revisión de los demás parámetros, como los frenos, claxon, lubricación y otros aspectos.

Orgulloso, Manolito recuerda la etapa cuando trabajó en la empresa René Ramos Latur de Nicaro, entidad donde fue a prestar servicio ferroviario junto a su locomotora y varios compañeros, con la satisfacción de saberse partícipe en el proceso de formación de uno de los rublos exportables de mayor relevancia en Cuba.

“Fue una bonita experiencia trabajar en esa zona, muy natural e impresionante, con compañeros excepcionales, territorio donde además, recibimos una buena atención por parte de los lugareños.
 
feijo tren 4Manuel Valentín Feijó González afirma que con amor, disciplina y responsabilidad se cumplen las metas en esta vida

“He recibido cursos en La Habana, Camagüey y Santiago de Cuba, por los resultados alcanzados, fui seleccionado para impartir esos conocimientos a otros compañeros míos en Granma, Holguín y Santiago, eso también me satisface y reconforta la labor que estoy haciendo”.

El experimentado maquinista resultó vanguardia nacional desde 1984 hasta 1989, desempeño que le valió para ser estimulado con un viaje a Checoslovaquia, además fue seleccionado como el conductor que llevaría a las delegaciones de pioneros, campesinos y trabajadores a sus respectivos congresos, en la década de los años 80, como reconocimiento también a su labor.

“Lo primero que debe tener un maquinista es amor por lo que hace y luego ser disciplinado, cuando mencionen su nombre que sea por algo positivo. A las nuevas generaciones les aconsejo que estudien los equipos con los cuales trabajan, porque no es solo manejar por manejar, sino saber qué hacen, para qué y para quién.

“Es muy reconfortante resolver un problema cuando andas fuera de la provincia sin depender de nadie. Eso solo sucederá cuando se estudien bien los medios con los que se trabaja”.

El experimentado conductor participó en las competencias nacionales sobre el reglamento de los Ferrocarriles de Cuba, encuentros donde obtuvo cuatro primeros lugares en igual cantidad de participaciones.

Feijó González ostenta la distinción José María Pérez Capote, por su destacada labor en sus años de servicio, máximo reconocimiento que entrega el Sindicato del Transporte en el país.

La provincia de Holguín tiene en sus filas a un San Valentín que transita las líneas ferroviarias cubanas, derrochado amor y sapiencia, en una labor que necesita de entrega, responsabilidad y disciplina para poder llegar al destino sin muchos contratiempos.
 
Flabio Gutiérrez Delgado
Author: Flabio Gutiérrez Delgado
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Licenciado en Comunicación Social. Soy un ferviente apasionado del mundo deportivo, atrapado por la magia del fútbol, pero no descuido la cultura general y siempre estoy dispuesto a aprender algo todos los días, cuando no lo hago, siento que he perdido el tiempo.

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