Jóvenes ponen corazón en el barrio

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Con asombro los vecinos los han visto desandar enrevesados caminos desde los primeros días de septiembre, llegar hasta la última vivienda del barrio más intrincado, para sin más presentación que un “aquí estamos, para saber cómo está cada uno de ustedes”, los jóvenes vestidos de verde o blanco; protegidos con nasobucos, caretas y pertrechados de indispensables medios médicos están poniéndole corazón a la salud del pueblo holguinero desde la comunidad.

 

Cuando los cerca de 150 estudiantes en formación y médicos, en la más estricta complicidad decidieron integrarse en un contingente para apoyar la atención médica en los lugares con situación más compleja del municipio de Holguín, no imaginaron nunca cuánta experiencia les reportarías a su formación este contacto directo con el pueblo en medio de una epidemia que asusta a muchos.

 

El proyecto surgió con el nombre “A la Salud, ponle corazón” y más que corazón, cada uno de sus miembros, le ha puesto vida, amor, horas de entrega, sacrificio y pasión, que los hace cada día mejores seres humanos y profesionales de las Ciencias Médicas.

 

Arrancaron en momento clave de la provincia y, en específico, del municipio de Holguín, donde el rebrote de la pandemia se hacía sentir con saña y lo demostraba el incremento diario de enfermos, graves y críticos y fallecidos, que entristecía a miles y enlutaba a familias, al tiempo que tensaba las fuerzas de profesionales, más en la atención primaria de salud, porque es ahí donde se gana o pierde la pelea, en este u otro cualquier programa de salud.

 

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Por eso desde su génesis el objetivo principal del proyecto salubrista estuvo bien definido: accionar de forma organizada y constante el trabajo en las comunidades, para brindar atención médica a las personas afectadas por la COVID-19 y así identificar, de forma oportuna, los casos sospechosos y positivos de la enfermedad, a demás de hacer labor preventiva y de promoción de salud. Y en ningún momento suplantar al galeno y enfermera de la familia, sino apoyarlos, para no dejar a nadie sin la asistencia médica oportuna, esa que salva vidas.

 

El grupo se dividió en equipos liderados por médicos e integrados por galenos y enfermeras en formación y así entraron al policlínico, corazón de cada área de salud, para desde allí comenzar la gran labor con la ayuda del Consejo Popular, los CDR, la FMC y líderes formales e informales del barrio.

 

En esta primera etapa del trabajo fueron escogida las áreas de salud Mario Gutiérrez Ardaya, Álex Urquiola, Manuel Díaz Legra, Pedro del Toro y Alcides Pino, con escenario más complejos por la COVID-19 y otros problemas sociales, que ponen en situación de mayor vulnerabilidad a su población; para en un segundo momento pasar a las otras cinco del municipio cabecera y con la esperanza de trasladar la estrategia de trabajo al resto de la provincia.

 

Hoy son decenas de historias y conmovedoras vivencias las que atesora cada uno estos jóvenes de lugares que ni sabían existían en esta ciudad donde nacieron y han crecido, como revelaron algunos de ellos al doctor José Ángel Portal Miranda, ministro de Salud Pública, quien junto a las máximas autoridades de la provincia, compartió con una representación del contingente y de otros que laboran en zona roja en hospitales, centros de aislamientos, vacunación o mesas coordinadoras.

 

Los que están poniendo corazón en el barrio

 

“Soy Tony Michel González Sillero, residente de la especialidad de neurocirugía”, dijo el joven y el auditorio sabía que hablaría con el corazón aún apretujado por la pérdida de un colega, un hermano debido a la COCID-19, y por eso y porque siempre, que se remonta al 24 de agosto de 2014, cuando arrodillado frente la residencia estudiantil de La Plaquita hizo su juramento de hacer todo cuanto pudiera por salvar vidas, se unió a este proyecto de pueblo.

 

“Un sabio una vez dijo que la verdadera medicina es conocimiento, amor y cuidados y alguien pregunto: ¿Y si no funciona? Y aquel sonrío y respondió: Aumenta la dosis; y esta anécdota me guía, más en estos meses de tanto dolor por la pandemia que nos llegó en medio de carencias, que nos han llevado en zona roja a sufrir, llorar y batallar a pulmón. Por eso quise apoyar la atención primaria, para contribuir a que los pacientes no lleguen a los hospitales cuando queda muy poco por hacer por ellos.

 

“Como médico de la atención secundaria esto ahora ha sido un reto muy, muy grande, porque no es nada fácil desde un consultorio abarcar y llegar a cada familia de un barrio, donde no todas las personas tienen el mismo nivel escolar y hay quienes ni les gusta ir al médico, pero cuando ven a una bata verde o blanca en la puerta de sus casas les sale una sonrisa y eso es gratificante.

 

“Tengo muchas anécdotas, diré apenas estas. Llegué a un lugar que no está en mapa alguno y ni idea tenía de su existencia, se llama Los Pozos de Guaitabó, en Alcides Pino, donde hay casitas que son las llamadas ¨llega y pon¨ y allí una niña con la inocencia de sus cuatro añitos me dijo: Doctor, gracias por curarme.

 

“Otra sencilla historia, pero que nos da la idea de por qué estamos hoy donde hacemos más falta, es la de una señora que al comenzar la presentación de rutina, nos afirmó: Tengo 83 años y nombre de inglesa, Lidia Richardson Meyer, pero soy cubana de pura cepa, para seguidamente contarnos sus cuitas, también alegrías y esperanzas y agradecer lo que estamos haciendo por ellos.

 

“Cuando somos capaces de identificar un paciente tempranamente, con diagnóstico oportuno y tratamiento adecuado, esa persona no se complica. Por eso señores, tenemos que potenciar la APS, protegerla, para poder salir de esta situación que nadie podría imaginar viviríamos. Pero tengo la seguridad de que esta tragedia va a pasar, vamos a salir airosos y volveremos a las aulas, a reunirnos y disfrutar del cabaret Nocturno o del Bariay”, aseguró

optimista.

 

jovenes barrio3Fotos: Alexis del Toro.

 

Por su parte, para la siempre líder estudiantil y de la UJC, Yanet Pupo Estupiñán, hoy médico residente de Medicina Intensiva Pediátrica y Emergencias Médicas, con abultada hoja de servicio en el enfrentamiento a la pandemia en zona roja, primero y ahora en el área de salud Manuel Díaz Legrá, el proyecto le ha dado la oportunidad de crecerse y aprender nuevos procederes a la par que hace un bien a la sociedad.

 

“Las personas nos abren sus puertas y también sus corazones y en recompensa nosotros los examinamos, realizamos test rápido de antígeno para diagnóstico de la infección por SARS-CoV-2 y de ser necesario tramitamos cama en centro de aislamiento u hospital y, lo fundamental, les damos seguimiento, porque ese detalle es fundamental y la gente lo agradece.

 

“Nos hemos unido estudiantes de varios años de la carrera de Medicina, recién graduados y médicos residentes, por un objetivo común, la salud de nuestros conciudadanos. Y en medio de esta pandemia nos ha pasado algo muy reconfortante, al tener nuestro Deja vu, porque muchos de los que están en el grupo fueron dirigentes de la FEU, la UJC y vivieron etapas lindas y ahora formamos un gran equipo, que solo mira hacia dónde está el deber”.

 

De Mayarí vino a Holguín Juan Ernesto Rivera Martínez, presidente de la FEU de la Filial de ese municipio y estudiante de quinto año de la carrera de Medicina, “porque nos han enseñado que se está donde se es más necesario y aquí estamos llegando a cada comunidad, barrio y casa en medio de una situación álgida, en un pico pandémico, para demostrar que los estudiantes somos unas de las fortalezas del sistema sanitario cubano”.

 

“Estamos haciendo valer el método clínico, que resulta efectivo para detectar, aislar y determinar si un paciente es o no positivo. Aunque también hacemos labor educativa, señalando a las personas qué actitud tener ante esta enfermedad.

 

“En una casa una anciana me dio una clase de la valía de las vacunas cubanas. La señora nos reveló que completó esquema de Abdala y por eso solo afrontó durante tres días leves síntomas de la COVID-19, a pesar de sus comorbilidades, por eso defendía la vacunación ¨a capa y espada¨”.

 

“Hoy los jóvenes estamos siendo protagonistas de un momento histórico de la Patria y la provincia, en medio de campañas desestabilizadoras, por eso más que nunca debemos estar más comprometidos con nuestra Universidad, la Revolución, la Patria y el pueblo”.

 

Y, además, en esa noche memorable de martes también hablaron muchos más, entre ellos Jorge Enrique, Dianet, Manuel, Leonardo y Rafael, el presidente de la FEU en la UCMHo, quien tras explicar nuevas ideas y proyecto para el reinicio del curso, entregó un reconocimiento en nombre de la organización juvenil al Ministro de Salud Pública, quien reciprocó al grupo con sentidas palabras de gratitud.

 

“En medio de la pandemia y su enfrentamiento en el país han surgido varios proyectos, incluso de científicos, pero este de ustedes es uno de los más humanos que hemos visto en este período y que no es más que el reflejo de la formación de los valores dentro del cual han crecido ustedes en esta gran Universidad. Nos han demostrado que en Salud somos una gran familia y su esfuerzo, sacrificio y entrega al pueblo, ratifica que los holguineros no están solos ni desamparados, porque todos ustedes están aquí”, puntualizó.

 

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