Mujer, Fidel y el Moncada
- Por Yenny Torres
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Foto: Juventud Rebelde
Agosto es mes de renacer y triunfos, pues nos dio al Comandante en Jefe y una organización para las mujeres. Las gestas de la Patria se encargan de hilvanar los hechos, perpetuarlos y hacerlos, cual argamasa, fortaleza. Marta Rojas, periodista y escritora, estuvo muy cerca de Fidel y del Moncada, de ahí el diálogo acerca del vínculo del líder con las féminas cubanas de cara a la historia.
“Parte de la condición humana de Fidel estuvo inspirada en el ejemplo de su madre; ahí comienza su vínculo con la mujer. Lina fue una persona excepcional. En el desarrollo intelectual de sus hijos, con independencia de la inteligencia natural, estuvo su mano. Ella defendía a toda costa la importancia de que sus muchachos aprendieran”, expresa la interlocutora en apuesta por la raíz.
La mujer, baluarte de la obra revolucionaria, también estuvo en el Moncada
“La relación de Fidel con la mujer es una trama muy intensa. En el juicio del Moncada, los magistrados le preguntan con desdén si el pueblo seguiría ese movimiento y él pone de ejemplo la solidaridad manifestada por las enfermeras del Hospital Civil a los combatientes. En aquel lugar había dos mujeres con fortaleza moral grande: Melba y Haydée.
“Bilito, amigo de Fidel, y los magistrados insisten en que Yeyé no declare, pues su testimonio sería demoledor; mas ella insta en denunciar la masacre cometida contra sus compañeros, su hermano Abel y su novio Boris Luis Santa Coloma.
“Luego de desarticular al tribunal con su autodefensa, a Fidel se le declara enfermo. En esa circunstancia escribe una carta y se la hace llegar a Melba. Esta, en medio de soldados con bayonetas caladas, pide la palabra como abogada y con la venia entrega la carta donde Fidel decía que no estaba enfermo. Fue el desafío y papel importante de la mujer en aquel segmento del juicio.
“Antes del asalto al Cuartel, en la casa de la madre de Melba se cosen algunos uniformes y atributos militares, no todos, porque algunos fueron conseguidos de otra forma. Varias mujeres participan en su confección, entre ellas la señora que trabajaba como empleada doméstica en la casa, Nati Revuelta y la propia Elena (madre de Melba).
“Cuando Fidel decide reconstruir el Alegato desde Isla de Pino, orienta a Haydée y Melba, transcribirlo clandestinamente y buscar la forma de sacarlo en una imprenta. Esas mujeres lograron la osadía de publicar no cien mil como pidió él, pero sí 10 mil ejemplares. Crearon una ficha astronómica y más para hacerlo en una pequeña imprenta, con el Ejército y la fuerza represiva detrás.
“Hay otra mujer en quien él confía, su hermana mayor, del primer matrimonio de Ángel, Lidia Castro Argote. Ella busca el dinero necesario para la gasolina, con la cual los choferes, entre ellos los hermanos Ameijeiras, llevan hasta Oriente el documento.
“Otra mujer muy importante desde el punto de vista simbólico en condiciones extremas es la doctora María Antonia Figueroa, quien el 16 de octubre, junto a Nilda Ferrer, entra al hospital civil Saturnino Lora y cuando llevan a Fidel hacia la habitación de estudio de las enfermeras, irrumpen y dicen: Fidel, Santiago de Cuba está contigo y quiere abrazarte. Es la primera expresión pública solidaria que se da en relación con el Moncada. Esas simples palabras tenían peso enorme.
“Así se incorporan otras mujeres. Celia Sánchez pudo reunir a campesinos como Guillermo García y fue la primera en incorporarse a la Columna Uno en la Sierra Maestra, y María Antonia González, quien desde México resultó colaboradora eficaz con los expedicionarios del Granma. Paralelamente está Vilma en Santiago, vinculada con Frank País y los sucesos del 30 de noviembre.
“Desde la Sierra Maestra crea el Pelotón Mariana Grajales. Después el Lidia Doce, que luchan en todos los frentes. El impulso de Fidel y reconocimiento de los valores femeninos está en todos los ámbitos”.
¿Qué significa Fidel para Marta Rojas?
“Fidel para cualquiera debe representar lo más importante, concebido como hombre de Estado, revolucionario, conductor de multitudes, sencillo y de gran visión.
“Nombrarlo el hombre del siglo XX sería injusto, por la existencia de Mandela, Ho Chi Minh y otros, pero para nosotros, América y el mundo es una figura cimera. Él puso la semilla para cambiar la América que conocemos y ver la modernidad de otra forma. Es nuestro abanderado principal”.
Esther Montes de Oca, madre de los hermanos Saíz, cuando cumplió 105 años, al referirse a los jóvenes planteó: “Me aterra pensar que olviden”, entonces ¿cuán importante es el conocimiento de la historia para preservar la nación?
“Si no conocemos el pasado, no podemos saber cómo se hace el presente y el futuro. Para responder a los jóvenes sus inquietudes y descifrar su deseo de aprender, es imprescindible instituir laboratorios como el debate”.
Grande, muy grande fue Marta Rojas, quien tuvo el valor de perseguir los detalles del Moncada y la ruta de Fidel. Modesta, desenfadada, conocedora, mujer...