Manejo sostenible en áreas costeras protegidas de Holguín
- Por Yenny Torres
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Bahía de Naranjo fue el sitio escogido por el proyecto “Bases para el manejo sostenible de la biodiversidad en áreas costeras protegidas de la provincia de Holguín”, que tiene como institución ejecutora al Centro de Investigaciones y Servicios Ambientales del nororiental territorio (CISAT).
Antonio Vega Torres, jefe de proyecto, explicó que como resultados se destacan la caracterización de los componentes físico-geográficos del paisaje y la vegetación; y de las comunidades humanas con influencia directa en el área protegida desde el punto de vista socio-demográfico-cultural y el patrimonio arqueológico aborigen; la realización de inventarios de flora y fauna terrestre y marina; la identificación de los servicios ecosistémicos y principales objetos de conservación del área; entre otros.
El proyecto aporta información actualizada que sirve para fortalecer capacidades en el manejo del área protegida, así como mecanismos de toma de decisiones. Igualmente contribuye a la conservación, protección y uso racional de los recursos naturales.
“En total se registraron diez formaciones vegetales, 552 especies de plantas terrestres espermatofitas y 30 especies de macroalgas marinas. La fauna estuvo representada por 199 especies terrestres y 272 especies marinas. También se identificaron 30 servicios ecosistémicos, de los cuales siete son prioritarios para los planes de desarrollo del área. El estatus de conservación de los ecosistemas en general es alto; 86 especies de plantas son consideradas en diferentes categorías de amenaza (49 de ellas amenazadas de extinción) y seis especies de fauna.”, aclaró Vega Torres.
Por el informe final del proyecto se conoció que entre las principales amenazas identificadas para la biodiversidad están la fragmentación de hábitat, manejo forestal inadecuado, invasión por especies exóticas y tala ilegal.
Mientras que entre las propuestas como prioridades de conservación se ubican: matorral xeromorfo espinoso sobre serpentinita; bosque semideciduo microfilo; bosque siempreverde microfilo y bosque de mangles.
“El resultado obtenido sirve de base para que los tomadores de decisiones tengan en cuenta la biodiversidad y los bienes y servicios ecosistémicos en la planificación del desarrollo e incidan en la utilización racional de los recursos naturales, la información podría ser utilizada como pauta para la gestión sostenible de área protegida”, subrayó el investigador.