Cuba les rinde tributo y nunca olvida

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tributo ATHFotos: Alexis del Toro
 
“Mami, yo sé que tú eres una Mariana Grajales y tienes que seguir siendo una Mariana Grajales siempre”, estas fueron las palabras de Orestes Alfonso Paz minutos antes de partir a la guerra por la independencia de Angola, testimonio que ofrece Esperanza Paz Noa madre del joven, a la televisión avileña en el primer capítulo de la Operación Tributo.


Orestes Alfonso Paz preparaba a su madre por si nunca más se encontraban. Así mismo sucedió, con ellos y con dos mil doscientos ochenta y nueve hijos que no vieron jamás a sus madres, hermanas, a sus familiares. Regresaron con una libertad que les costó la vida a muchos, pero obtuvieron la victoria en los pueblos oprimidos del continente africano.

En el mes de noviembre regresaron a Cuba los restos de los combatientes en Angola. En homenaje a los 93 años de la caída en combate de Antonio Maceo Grajales y su ayudante Francisco “Panchito” Gómez Toro se escogió la fecha del 7 de diciembre de 1989 para despedir físicamente a los patriotas que pelearon en tierras extranjeras.

Bien temprano en la mañana del 7 de diciembre, partían hacia sus lugares de orígenes los restos de los patriotas caídos. Mientras que el Monumento Nacional El Cacahual del municipio capitalino, Boyeros, abría las puertas a los familiares desconsolados de los cubanos que perdieron sus vidas en tierras africanas.

Llegaron madres de cada región de Cuba en busca de un último adiós de sus hijos. Las banderas reposadas sobre los féretros constituían el símbolo de luto y eterno tributo a los combatientes.

Frente a la despedida de las víctimas, se encontraba el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, junto a José Eduardo Dos Santos, presidente de Angola en ese entonces. En una solemne guardia de honor, transportaron a 16 cubanos hasta el panteón internacionalista y dieron sepultura a sus cuerpos.

Fidel Castro Ruz pronunció un discurso en homenaje a los valientes que entregaron su vida. “Creía el enemigo imperialista que ocultaríamos las bajas en Angola, la misión más prolongada y compleja que cumplió ya 14 años, como si fuera una deshonra o una mancha para la Revolución.

“Soñaron durante mucho tiempo que fuera inútil la sangre derramada, como si pudiera morir en vano quien muere por una causa justa. Mas si solo la victoria fuese el vulgar rasero para medir el valor del sacrificio de los hombres en sus justas luchas, ellos regresaron además con la victoria”.

Cada 7 de diciembre, en cada rincón del país se desarrolla una marcha hasta los cementerios dónde descansan los héroes de la independencia internacional. Acompañados de sus seres queridos, quienes extrañan con dolor a sus parientes y entregan una flor y un beso al recuerdo de su hijo, hermano, amigo. Quienes saben que no fue un adiós, porque, “quien muere por la patria no puede llamarse muerto” y a quienes toda Cuba les rinde tributo y nunca olvida.

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