El amor ayuda a vivir mejor
- Por Hilda Pupo Salazar
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Nada es mejor que hacer, desde el más puro amor, los deberes y compromisos de cada día, al ponerle alegría a esos actos, sin agobios y con optimismo.
El amor propio es muy importante en la vida de cada quien, al lograr bienestar psicológico en estrecha correspondencia con tus sentimientos, tanto por tu físico, personalidad, carácter, actitudes y comportamientos.
Vivir en un ambiente de amor contribuye a realizar mejor tus decisiones, sin importar el sacrificio, miedo, amenazas o contradicciones.
Es la manera en que puedes lograr ese estilo de subsistencia, del cual surgen los verdaderos momentos de bienestar subjetivo, que tanto contribuyen a tu felicidad.
Por eso, es importante convertir cada día en una escuela para aprender a cómo vivir mejor, sin sucumbir por la negatividad, inmovilismo y poder concentrarte en tus propósitos, con auténtica seguridad para desarrollarte constantemente, sin temor a los tropiezos.
Hay quienes sueñan con una vida maravillosa, “color de rosa”, pero desde lo material y obvian lo decisivo de una alta autoestima, saber emprender, incorporar nuevos saberes para cultivarse, porque son los que prefieren actuar con soberbia, sin amarse.
El amor es uno de los sentimientos más bellos que puede experimentar una persona y expresarlo, por cualquier vía, muestra sentirte vivo y feliz sin importar la situación, al favorecer la química en las relaciones, enaltecer el respeto, conexión y libertad para con los demás.
La oxitocina es la hormona de los abrazos, la cual se libera cuando tocas a alguien con cariño, sensibilidad, escuchas con respeto, ternura y recibes reciprocidad desde el amor en su más amplio sentido.
Al irradiar amor contribuyes a la tranquilidad de quienes te rodean, elimina estrés, aumenta la confianza, mejora la calidad del sueño y refuerza la seguridad en la creatividad, placer, agrado para ser mejor persona y disfrutas más de las pequeñas cosas de la vida.
Es reconfortante alcanzar una sensación de vitalidad al sentirte cómodo con los demás y más seguro de ti mismo, al poder demostrar lo que realmente sientes y no negarte el llanto, la risa, los descalabros de la cotidianidad, el miedo, y menos la alegría.
Es dejar de sentirte insuficiente, perdonarte y perdonar, comprenderte y comprender en este complejo mundo “dominado por hombres”, como dijo Silvio Rodríguez.
Y el Gabo - Gabriel García Márquez - ese gran amigo de Fidel, afirmó: “Te quiero, no por quien eres, sino por quien soy cuando estoy contigo”.