No pida lo que el otro no puede dar

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pedir favor 1

No pidas lo que no te puedan dar, y eso se aplica en cualquier tipo de relaciones personales.

Si a ello le agregamos que hay quienes se sienten merecedores de todo, que siempre consiguen lo deseado, incluso, en varias ocasiones solo con el propósito de satisfacer su ego.

En caso de ser una necesidad, con total respeto y humildad solicita ese favor, desde una estrategia lógica y razonable, porque el modo en que se haga puede definir la situación, e incluso hasta lo más complejo puede obtenerse si sabes cómo plantearlo.

No se resuelve con llorar miseria, chantajear, regatear, es muy importante ser concreto y honesto, o sea si solo requiere la mano, no intentes coger el cuerpo completo, hay que tener claro qué precisas, porque las razones deben ser claras desde el principio, sin ambages.

Hay quienes no se cansan de pedir, incluso sin dar nada a cambio ni tal vez necesitarlo; mientras está lo reverso, esas personas que no solicitan nunca nada, porque creen que no se lo merecen, aunque no sea cierto. Ambos comportamientos son perniciosos.

Por eso, es muy importante hacer una reflexión sobre lo que realmente pretendes, si lo mereces realmente y hacerlo con humildad, sin altanería, ni amenazas. Además, en caso de no tener una respuesta positiva aceptarlo con ecuanimidad, o si la otra persona se arrepienten de realizar el favor en un determinado momento, comprender que son sus motivos y tu responder con el mejor semblante, lo cual hará mucho más fácil conseguir lo que quieres la próxima vez.

Pero si te muestras agresivo con quien decide no aceptar lo demandado entrarás en esa llamada “lista negra”, para ti el escenario futuro será de puertas cerradas.

Es definitorio ser conscientes del momento en el que pidas el favor, si es a la persona idónea y el instante apropiado.

Quienes creen merecerlo todo, a cambio de nada, muchas veces son manipuladores, astutos al tejer con maldad para irradiar compasión hasta lograr que los demás crean, de verdad, que deben complacerlos y si no ceden que queden con sentido de culpa y únicos responsables de sus males.

Estos panoramas, en la cotidianidad, tienen diversas manifestaciones entre parejas, familiares, amigos, compañeros de estudio o trabajo… Cuando una de las partes solicita, exige o demanda con total potestad cualquier derecho propios de las relaciones humanas, pero, a la hora de dar, no es el ejemplo.

Si quieres las respuestas deseadas, las amenazas no funcionan, cada uno tiene sus motivos para decir sí o no y saberlo es clave.

Como dicen estos refranes populares: “Contra el vicio de pedir hay la virtud de no dar… No pidas respeto, si no sabes respetar… No pidas que te comprendan, si no puedes comprender… No pidas que te escuchen, si no sabes escuchar”.

 

 Hilda Pupo Salazar
Author: Hilda Pupo Salazar
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Periodista especializada en temas de educación y valores. Autora de las columnas Página 8 y Trincheras de ideas.

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