La prensa cubana tiene que contar historias
- Por John Alex Fernández Leyva
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Cuba enfrenta un escenario mediático complejo en el que no pocos tienen la posibilidad desde un teléfono celular de contar historias, ya sea con una visión veraz o totalmente alejada de la realidad.
En ese sentido, nuestros medios de prensa deben atemperarse cada día más a las circunstancias, al contexto y ser reflejo de quienes están en casa buscando leer, escuchar u observar lo que pasa a su alrededor; la resolución de esta cuestión es necesaria, no solo por lo que representa para la sociedad, sino por su función en los tiempos actuales.
Sacarle provecho a la información a veces se vuelve tan complejo porque no todos los días se cuenta con las fuentes necesarias, sin embargo aún tenemos el poder de llegar a la gente con mensajes totalmente diferentes, que salgan de lo usual y toquen verdaderamente los sentimientos.
Lograr que la prensa cubana se parezca a su pueblo, parte del compromiso de cada profesional con la verdad, la cual, a pesar de las dificultades puede salvarnos. Necesitamos contrarrestar la ignorancia y cualquier forma de pérdida de nuestra identidad, algo que solo podremos conseguir con los lenguajes correctos, que cuentan una historia, los que la gente hoy necesita para identificarse.
Escuchaba con atención una conferencia de la Doctora Zenaida Costales, experta en el asunto, profesora de la Universidad de La Habana y formadora de generaciones de periodistas, en la que no hacían falta los formalismos para emplear un discurso correcto y en relación directa con la realidad. Esa que tiene la misión de parecerse al que barre en la mañana las calles, a la enfermera que trabaja en un hospital y al joven que está en un aula.
La historia que se escriba y la que podamos contar será recordada por nuestros hijos como la evidencia de lo que está ocurriendo y que si no lo compartimos o transformamos la información, realmente no tendremos nada que mostrar en el futuro.
La Revolución debemos construirla con palabras precisas, con la verdad y las ideas, como nos enseñó nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, quien siempre habló con total transparencia y veracidad, como orador por excelencia.
Confío ciertamente en nuestra capacidad para perseverar ante todo la independencia y hacer cualquier sacrificio por ver a Cuba más informada, encantada de los medios como fuente confiable, ahí seguiremos escribiendo como hasta hoy páginas imborrables solo si nos adaptamos a las nuevas circunstancias, jugando en el campo de la virtualidad, sin cerrarle la puerta.
Contrarrestar la influencia de los medios extranjeros que pueden presentar una visión distorsionada de la realidad es fundamental para fomentar una comprensión más precisa y matizada de los acontecimientos. Para lograr esto, es importante promover la difusión de información veraz que refleje la realidad de las comunidades y los contextos locales.
Una estrategia efectiva es fortalecer el periodismo local, que tenga un profundo conocimiento de la cultura y las dinámicas sociales. Esto permite que las narrativas sean más auténticas y representativas. Además, es crucial utilizar plataformas digitales para compartir historias, aprovechando las redes sociales y los blogs para llegar a audiencias más amplias.
Asimismo, la educación mediática juega un papel vital. Fomentar el pensamiento crítico en la ciudadanía ayuda a las personas a discernir entre información veraz y desinformación. Alentar a la población a buscar diversas fuentes de información y a cuestionar lo que consumen puede empoderarlos para resistir narrativas manipuladoras.
Explicar sucesos que resalten la diversidad de experiencias y voces dentro de una comunidad puede humanizar los problemas y conectar emocionalmente con la audiencia. Al hacerlo, no solo se contrarresta la desinformación, sino que también se construye una narrativa más rica y compleja que refleja la realidad de manera más fiel.
