Un oso en la ciudad de las hadas

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OSO1Diseño de portada: de la autora

En un pueblo aislado por las montañas, corre la leyenda de unas hadas que roban bebés. Nadie las ha visto, pero, desde que existe vida humana en aquel lugar, los rumores corren o vuelan. En una gruta, mientras se resuelve el misterio de una niña desconocida, unos seres mitológicos cantan a coro su verdad:

“Desde siempre nosotras las hadas.…
Nosotras las hadas que del mundo de ahí abajo
tantas cosas podríamos contar.”

Cuando llegó al mundo, los médicos anunciaron el nacimiento de un disminuido psíquico. Creció siendo un niño miedoso, con debilidad ante los intensos ruidos. Es alto y robusto; si alguien se le acerca no hace más que gruñir, no es una sorpresa que todos le llamen “el oso”.

En el libro “Como bestias” de la autora francesa Violaine Bérot (1967), es investigada la aparición de una niña desconocida en compañía del oso. La trama se desarrolla por medio de interrogatorios; la voz del policía que cuestiona a los habitantes nunca tiene protagonismo, en los diálogos solo aparecen las voces de los interrogados.

Cada habitante —la maestra, un compañero de clase, un vecino de por allí, un tal Albert que cría vacas— aporta datos al lector sobre la vida de aquel niño y su madre, todos afectados por su propio sesgo.

Para algunos, era solo gente extraña: una pobre madre a cargo de un discapacitado. Para otros, solo era una familia con cosas raras, como todas las familias. Pero lo que nadie entendía era la existencia de una niña de unos seis años cerca del oso, escondida en una cueva, o como la llamaban los lugareños: “Gruta de las Hadas”:

“En el mundo de ahí abajo saben que
nosotras las hadas vivimos ocultas en la gruta.
Saben que nosotras las hadas, desde siempre,
los observamos, los miramos y oímos…”

Las habladurías y las supersticiones cobran protagonismo: "¿Cómo es posible que el oso cuide de un ser inocente? ¿Acaso robó a la niña? ¿Acaso las hadas son las responsables?" El texto puede leerse como una antigua leyenda desempolvada que juega con historias del folklore, como son esas criaturas con alas y polvos mágicos.

Érase una vez un pueblo donde los habitantes preferían fabular y acusar a los más débiles antes de enfrentar la realidad que vivían las mujeres. Érase una vez un pueblo donde las mujeres preferían creer en hadas antes de confesar un maltrato:

"Lo que a veces les pasa a las mujeres.
Lo que algunos hombres a veces les hacen.
Nosotras las hadas sabemos."

La autora vivió una temporada en Los Pirineos, donde se dedicó a la crianza de cabras y caballos, inspirándose en aquella vida de la montaña para escribir "Como bestias". Parece ser que decidió juntar los intereses de sus progenitores en el texto; su padre escribió varias obras sobre Los Pirineos y su madre libros infantiles.

En la novela todos temen. La madre teme por su hijo. El oso teme a todos. La antigua maestra teme por la seguridad de la niña aparecida. El pueblo teme por la ausencia del oso, ya nadie podrá curar a los animales. Todos son seres vulnerables que, como bestias, gruñen cuando se sienten amenazados.


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