Llegan los Premios Calendario a Holguín
- Por Milo García
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Fotos: Andrés Zaldívar
La XXXII edición de las Romerías de Mayo acoge a jóvenes promesas de la literatura cubana, justo en las instalaciones de la Librería Ateneo Villena-Botev, con la presentación de los Premios Calendario 2024, máxima distinción literaria de la Asociación Hermanos Saíz (AHS).
El público conoció los títulos ganadores: Versiones de la traductora (narrativa), de Roberto Raez; Cosas que arden sobre el pasto (poesía), de Ragnar Wilfredo; La actualidad de la Revolución (ensayo), de Iramis Rigoberto Rosique; El niño de las preguntas (poesía infantil), de Leo Buquet; La biblioteca de Alexa (ciencia ficción), de Nathaly Hernández.
"Tres hombres en una playa caminan sobre la arena. Van en traje de baño. Un novelista italiano, un escritor francés, y un amigo ocasional. Están detenidos en un instante que el lente fotográfico convierte en diálogo", con tal primicia el escritor Eugenio Marrón describe a la novela Versiones de la traductora, ganadora en la categoría de narrativa.
El texto, con autoría del narrador holguinero Roberto Ráez, alude al género policíaco con la búsqueda de una misteriosa traductora que se encuentra a la sombra de dos hombres, un escritor y un editor. "Es una historia saltarina y desconfiada de certidumbres acartonadas, proclive al desembarazo más sustancioso para contar cómo se encuentran el detective salvaje y la traductora insumisa", añadió Marrón.
Cosas que arden sobre el pasto, de Ragnar W. Robas, texto que mereció el premio en la categoría de poesía, fue presentado por la editora e ilustradora Lorena Velázquez Fraga. "Leo el texto y me veo obligada a detener, por momentos, la lectura. Puedo sentir la atmósfera séptica, caliente y densa salir del libro e instalarse en mi sofá y mi mente. Puedo sentir las lágrimas, la pérdida", expresó.
El libro, tras su título y portada, guarda una historia personal del autor guantanamero, dejando claro que su mayor búsqueda como poeta es la sinceridad. Ragnar supo agarrar experiencias negativas -ver todos sus libros arder ante la negativa de ser escritor- para crear algo que valiera la pena.
"La quema traspasa las páginas y parece arte del milagro que aún queden palabras en el libro que no hayan sido consumidas por el fuego. Las imágenes se suceden, tan devastadoras como sutiles: es solo el principio y ya se nos recuerda que nada une tanto como la muerte", añade Fraga.
El texto ganador en el apartado de ensayo titulado La actualidad de la Revolución, del autor matancero Iramís Rosique, contó con la presentación del historiador e investigador Paul Sarmiento, quien confesó el pleno disfrute de leer un libro provocativo que suscita al debate.
Según Sarmiento, el texto de 94 páginas cuenta con un trasfondo filosófico y político que despierta diversas preguntas sobre la actualidad cubana, pues, además de evocar cuestiones latentes en el presente de la Isla, plantea como dilema de la sociedad la reproducción del consenso social.
El niño de las preguntas, del camagüeyano Leo Buquet, tuvo su espacio como ganador en la categoría de Literatura infanto-juvenil. El texto, escrito en versos, tiene como público fundamental a los más pequeños, quienes encontrarán propuestas como: Receta de familia, Preguntas que todo padre debe responder, Preguntas de noche clara, Pasajero, Nanas contra la tristeza, Cosmonauta, Trampas para ganar, Juego entre amigos, entre otras.
El libro contó con la presentación del escritor y periodista Rubén Rodríguez, quien se ha desempeñado con anterioridad en este tipo de letras. Rodríguez expresó su máxima admiración hacia el autor y su texto, por la valentía de escribir para ellos, los más pequeños, los lectores más críticos.
La biblioteca de Alexa, de la matancera Nathaly Hernández, ganadora en el apartado de ciencia ficción, narra una distopía futurista sobre el vínculo entre los seres humanos y la inteligencia artificial. La novela reflexiona sobre el impacto que pudieran tener las nuevas tecnologías, convirtiéndose en un llamado para cuidar y no perder de vista lo orgánico y natural que nos representa como seres humanos.
El libro fue presentado por el editor Adalberto Santos quien tuvo el atrevimiento de hacer algo diferente. Solicitó ayuda de una inteligencia artificial para así cederle unas palabras a la autora, una demostración de las posibilidades que brinda esta tecnología si sabemos apreciarla y no abusar de ella.