Holguín vive bajo los influjos de su fiesta mayor, cuatro días con sus noches cuando da igual ser fan de la trova tradicional o del reggaetón porque se baila hasta con los sonidos de una lata y un palo; las personas beben Mayabe a pico del mismo pomo plástico, sin tener en cuenta los posibles contagios de las demoledoras gripes modernas, ni importan las distancias para irse a pie de un extremo a otro de la ciudad detrás de la agrupación musical de preferencia o encontrarse con familiares o amigos.