En Holguín, la COVID-19 pica y se extiende

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covid 19 hg diciembre
 
En los últimos 15 días Holguín confirma 39 positivos a la COVID-19, de ellos nueve autóctonos y 30 importados, para una tasa de incidencia total de 3,81 por cada 10 mil habitantes, del número general están activos e ingresados 30 enfermos, una de las cifras mayores reportadas por la provincia en la nueva normalidad.

Por ejemplo, en el informe del Puesto de Dirección de Salud Pública del martes, el territorio confirma ocho nuevos casos, de ellos viajeros procedentes de Haití, Ecuador, Estados Unidos y Canadá; de los cuales solo uno corresponde al municipio de Moa, los demás son de las áreas de salud “Máximo Gómez”, “Alcides Pino”, “Manuel Díaz Legrá” y “Mario Gutiérrez Ardaya”, en la cabecera provincial, que también agrega un autóctono, al igual que Cacocum, aunque sin precisar la fuente de infección hasta ahora, por lo cual las especialistas profundizan en la investigación epidemiológica.

Por esta situación sanitaria la provincia tiene 44 focos activos, en su mayoría en Holguín (28), Gibara (siete), Banes (tres), Moa (dos), Cacocum, Sagua de Tánamo, Antilla y “Rafael Freyre”, uno per cápita.

Cifras aparte, que bien resultan un SOS alto y fuerte a la responsabilidad individual y colectiva, es necesario acompañar los llamados a la sensibilidad y comprensión de viajeros, familiares y población en general, con medidas ejemplarizantes contra los que están poniendo en juego la salud de la comunidad.

Y ya como van las cosas, una gran parte de la población estima que más que llevar parejo la exhortación sobre el protocolo de bioseguridad a cumplir son momentos de pasar de la charla al enfrentamiento contra todos aquellos que infrinjan el aislamiento domiciliario, previsto como regla a acatar por los procedentes del exterior y vayan a la comunidad.

Hoy estamos viviendo y mirando en nuestras cuadras viajeros de distintos países que llegan como si nada pasara; son recibidos con abrazos, besos, apretones hasta fiestas, pero lo más criticable es la indiferencia de familiares, amigos hasta vecinos, que parecen estar ajenos a una situación de peligro en la cual está en juego su salud y la de todos.

No criticamos a los que vuelan por tres días a una semana a países cercanos en busca de sus mercancías para después vender acá, lo que apena, irrita es ver cómo reciben en sus casas a personas en busca de “encargos” y de otras en función de comprar. Todo ese “mercantileo” se hace sin el menor recato y peor aún sin el necesario e imprescindible nasobuco.

Pero, tampoco podemos estar ajenos a otros problemas relacionados con el servicio sanitario, entre los que más inciden está la tardanza en entregar el resultado del segundo PCR, que en no pocas ocasiones rebasa los cinco días más, lo cual trae malestar, como es natural. Trance en el que he visto a una vecina, que este martes hizo 10 días de su arribo desde Canadá tras un año sin ver a la familia y se mantiene aislada en su casa, pero nadie le explica qué sucede.

El otro asunto a analizar son las quejas- denuncias de la población, sobre determinadas personas que infringen las normas o se conoce han entrado al país con la COVID-19 y cuando se llama o va a los organismos correspondientes a informar no se actúa como corresponde.

Aún estamos a tiempo de evitar un rebrote en municipios como el de Holguín, pero para ello se requiere de la unidad de acción de todos.
 
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