Suministros de amor
- Por Ada Bruceta / Estudiante de Periodismo
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Fotos: Cortesía de Tania Rodríguez Mayo y Alessandro Capano.
No es secreto para nadie que en los momentos más cruentos de la COVID-19 muchos servicios sanitarios en el mundo colapsaron. Nuestra pequeña Isla, por mucho esfuerzo desplegado por el Gobierno, el sistema de Salud, sus médicos, enfermeras y personal auxiliar no fue la excepción, más por el férreo bloqueo recrudecido a partir de las más de 240 nuevas medidas impuestas por el gobierno norteamericano.
Holguín fue una de las provincias con un fuerte rebrote y entre sus municipios, Gibara, resultó uno de los de mayor afectación en números de casos y fallecidos por la pandemia.
Tal situación hizo que los hijos de la Villa Blanca, tanto los adentro como los que hoy viven allende los mares no escatimaran esfuerzos para ayudar a revertir tan difícil situación epidemiológica y la escasez de determinados suministros médicos.
Así, un matrimonio de gibareña y canadiense decidió extender la mano solidaria para colaborar con este pueblo marino del oriente de Cuba. Pero la historia comenzó hace muchos años atrás, de ello nos cuentan desde Canadá una de sus protagonistas.
``Mi esposo Alessandro Capano, italiano canadiense, hizo una primera donación monetaria para ayudar a otros necesitados, en específico al hospital de niños Sick Kids ´, aquí en Toronto. En ese centro está escrito su nombre en una de las paredes principales. Luego en Cuba, estando ya casados, él llevó dos donaciones de medicinas al Hospital de Gibara, donde yo trabaja como enfermera”, detalla Tania Rodríguez Mayo.
Recuerda que una vez establecida en Canadá con su esposo e hijas decidieron incorporarse de voluntarios a una organización llamada NJT que significa ``No solo somos turistas´´, cuya función es preparar maletas con material higiénico sanitario y gastable, a partir de donaciones de personas que desean cooperar. “Es así como mi esposo comenzó llevando la primera maleta al hospital de Gibara, todo fue bien. Luego regresó de nuevo y trasladó dos más y después fuimos los tres juntos y cargamos seis bultos. Al ver que todo iba bien decidimos hacer un envío de cuatro cajas por avión´´.
``Tiempo después, junto con la Organización Juan Gualberto Gómez, de Cubanos en Toronto, fue consumado el envío de dos contenedores a La Habana, con insumos médicos. Poco después se nos presentó la oportunidad de despachar diez cajas de materiales sanitarios para Gibara y Holguín, a través de la Aerolínea de Sunwing y con la ayuda de Dennis, Norman y Teresita.
“Es por eso que decidimos solicitar un permiso para enviar un contenedor hacia la Villa Blanca, el cual nos fue otorgado.
“Las cargas, por lo regular, cuentan con donativos muy necesarios; como es el caso de camas, sillas de ruedas y para bañar pacientes; camillas, colchones, muletas, equipos médicos; distintos tipos de medicamentos, como vitaminas, aspirinas, analgésicos y otros renglones posibles de comprar en el país sin recetas, pero cuando se regalan acá, se consulta de manera previa con un médico, al igual que los espejuelos, que les han servido de mucha ayuda a la población”, narra.
Pero Gibara no ha sido el único beneficiado con las donaciones. “En específico al hospital clínico quirúrgico Lucía Iñiguez le entregamos, recientemente, un equipo para desarrollar la cirugía de mínimo acceso, el cual les servirá de mucha ayuda en diferentes especialidades en las cuales se desarrolla esta técnica quirúrgica con múltiples ventajas para los pacientes”.
Tania narra que esta tarea no ha sido nada fácil, pero reconforta saber que ayudamos a otras personas que nos agradecen.
“Nuestro objetivo es lograr que más manos solidarias se unan a esta causa para seguir enviando un mayor número de suministros. Agradecer, en este segundo contenedor la ayuda de Teresa y Yanelis, dos gibareñas y otras tres colegas, todos juntos podemos hacer más”.
A la pregunta de ¿Hasta cuándo seguirán con esta humana tarea, que casi resulta anónima? La respuesta llegó rápida y decisiva: “Mientras nosotros podamos, seguiremos dando muestras de amor y solidaridad para con nuestros hermanos. Así lo hemos decidió Alessandro, mi esposo y yo”.
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