Abriéndole cauce al dolor
- Por Ania Fernández Torres
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Dicen que en un templo del lejano oriente hay un poema titulado “Pérdida” esculpido en la piedra. Tiene tres palabras, pero el poeta las ha tachado. No puedes leer pérdida, solo sentirla.Desde el mediodía del viernes 18 de mayo todo Holguín la alberga, es una pena colectiva que llegó como una ola y nos pasó por encima.
Y es que el dolor te atraviesa como hilo en una aguja y de ahí en adelante, por muchísimo tiempo, todo lo que hagas estará enhebrado y cosido con tu quebranto. Nada logra aliviarlo o detenerlo y aunque no puedes morir de dolor, se siente como si pudieras.
El duelo reprimido sofoca, hace estragos en el pecho y multiplica su fuerza.Por ello, desde ese día aciago las familias de las víctimas no han estado desamparadas y es que, en esta “Cuba de la Caridad”, como la denominara una vez el colega Pepe Alejandro del Juventud Rebelde, ningún afligido está solo.
Para darle cauce a sus lágrimas, duras y saladas como palabras que la boca no puede decir, ni el corazón soportar, les asiste un mar de gente humilde que mientras hace su trabajo con la mano derecha, con la izquierda se sostiene el corazón, porque somos un pueblo lleno de amor ágape, pero que, en muchas ocasiones, ha conocido el sufrimiento.

Y así lo atestigua Iliana Buch Ávila, Jefa de turno de la Fábrica de Coronas, mientras allí se hilvanan las flores y se diseñan las letras para las cintas. “Fue un impacto terrible, pensábamos que estábamos acostumbrados al dolor pero esta situación superó nuestras fuerzas. Trabajamos 12 horas, organizados en cuatro turnos, incluso hemos laborado el día de descanso, no porque lo pida alguien, sino porque lo sentimos, todo este esfuerzo es del corazón y no descuidamos la atención a los casos comunes”.
Junto a varios de sus compañeros Robin Infante Figueredo, chofer de carros fúnebres para Servicios Nacionales, con 19 años de experiencia en esta labor, manifiesta: “Tan pronto supimos el desastre nos incorporamos y empezamos a preparar las condiciones para los traslados. Este trabajo demanda mucha sensibilidad y hay que respetar el dolor. Tuve que llevar los fallecidos para Manzanillo y fuimos ágiles pero ha sido muy difícil pues el dolor es compartido”.

Hay un poder inmenso cuando un grupo de personas con intereses similares se reúnen para lograr un mismo objetivo. Acompañar a los dolientes y facilitar que vivan su duelo en paz ha sido la prioridad del Partido, el Gobierno y las organizaciones de masas, de nuestra provincia.
Por ello desde un puesto de mando conjunto se atiende y monitorea todo lo que sucede, se maneja la información, tramitan decisiones o inquietudes de las familias, para resolver las eventualidades que se presenten de cualquier índole en esta compleja situación.

En la Funeraria Los Álamos, la doctora Sara María Driggs Guerrero, directora del policlínico Manuel Díaz Legrá, explicó que en este sector, están organizados por áreas de salud y laboran en varios turnos, cuentan siempre con un medico, Psicólogos y dos enfermeras, además del servicio de urgencias con ambulancia.
“Desde que se conoció el suceso se activaron los planes para situaciones de desastre e implementaron las medidas. Es la primera vez que enfrentamos casos como este dentro del país y tenemos todos los recursos disponibles para atender a los familiares. Ha sido impactante son 67 vidas de nuestra provincia, jóvenes en su mayoría, hay un colaborador de salud, una doctora, muy doloroso”, expresó la Doctora.

Liudmila Cabrera Armas, Psicóloga del “Díaz Legrá”, ha visitado a las familias afectadas, en especial a la de la sobreviviente Maylen Díaz, que pertenece a esta área. “Damos apoyo, tratamos de trasmitir mensajes positivos pero es muy impactante y complejo el contexto, trabajamos con el abuelo y los sobrinos pequeños y damos orientaciones generales del tratamiento en esta situación”.

También los servicios de Trimagen, para la impresión de fotos de los fallecidos, se pusieron a disposición de los familiares. Yamilé Escalona, trabajadora, comentó: “Entregamos ya enmarcadas las fotos y estamos dispuestos a trabajar el tiempo que sea necesario. A medida que se hace reconocimiento de cadáveres empezamos la labor, para que cuando llegue ya este todo listo. Lidiar con tanto dolor y sentirlo como nuestro ha sido tremendo. Pasé todo el domingo llorando, como si fuera alguien cercano a mi, realmente desbastador”.
Varios familiares reconocen la labor de los transportistas, que desde el primer momento estuvieron implicados en el traslado hacia La Habana en ómnibus de Transtur y posteriormente el apoyo de TaxiCuba, responsable de traer a los dolientes desde la capital hasta lo diferentes destinos.
Una muestra de esa solidaridad que hermana a los cubanos la dan cada día los choferes de ómnibus urbanos y escolares, así como los de los triciclos e incluso transportistas privados, que han ofrecido sus servicios gratuitos para el traslado de familiares y amigos de las victimas del accidente hasta los cementerios y de ahí a sus zonas residenciales.

Es por esas múltiples razones que Bárbara Hernández Rodríguez, hermana del fallecido Nelson Hernández Rodríguez, expresa: “En medio del dolor no existen palabras exactas para agradecer el apoyo brindado por el Partido y el Gobierno, Salud Pública, Justicia Provincial, y la Caja Central de Resarcimiento de La Habana y Holguín, mi centro de trabajo, y en especial al pueblo holguinero, por su compañía incondicional y por hacer suya esta tristeza”.
Porque ha sido un río de dolor y los ríos más profundos son siempre los más callados, por eso no se oye casi nada en la ciudad, en la provincia pero, ya sabemos que, en realidad, el silencio es el más fuerte de los gritos. Como muchas otras personas hago mi trabajo y lo entrego. Callo porque, en este minuto extremo, una tiene conciencia de la inutilidad de todas las palabras.
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Un gran impacto para Cuba y muchos países del mundo lo constituyó el siniestro aéreo ocurrido este 18 de mayo del 2018 a las 12.08pm en La Habana donde la casi totalidad de los viajeros perdieron la vida, incluidos 5 niños, el mayor de todos solo contaba con 8 años de edad.
En el día de ayer, 23 de mayo del 2018 participé en las honras fúnebres de Adonayda (Nani), su pequeñita Gabriela (Gaby) de solo 4 años de edad y su señora madre (Ania) en el municipio de Cacocún, provincia de Holguín, allí aprecié la solidaridad y el dolor humano, se unificaron en un todo dos municipios: Cacocun y Contramaestre, el primero porque fue el terruño de donde provino Adonayda y su madre y el segundo porque fue allí donde Adonayda comenzó su vida laboral y procreó a sus dos hijos. Representantes de todas las organizaciones políticas, sociales y de masas estaban presentes y no podía faltar una gran representación de los trabajadores de la Empresa Procesadora de Café "Rolando Ayub" (LIDECA), que era donde laboraba Adonayda; todos tristes y meditabundos.
Impacto lo constituyó el hecho de ver la magnitud de pueblo allí reunido desafiando la madrugada muchos de ellos, en espera de los restos de éstas víctimas y luego el sofocante calor y el sol de ese día.
Impacto lo constituyó la larga cola de personas para rendir póstumo tributo a las víctimas y ver a la entrada de la Galería de Arte donde reposaban las urnas con sus cenizas las fotografías de las víctimas y dentro muchas coronas, una de las cuales era a nombre del pueblo de Contramaestre; pero ver que solo habían dos urnas porque en una de ellas se encontraban las cenizas de Nany y de su pequeñita Gaby hacía que el corazón latiera más de prisa y los ojos lagrimearan, pero ver una ampliación de una fotografía de ambas, bellas y sonrientes y más abajo un escrito que decía “Gabriela, los niños de guabayo no te olvidarán” y una muñeca, fue como una explosión para que las lágrimas rodaran por las mejillas y un nudo aprisionara la garganta; ¡cuánta tristeza! ¡cuánta agonía!
Impacto fue conocer que este propio día cumplía 14 años el hijo mayor de Nany, allí presente y acompañado por alumnos de su escuela y que su madre, hermanita y abuela venían en ese vuelo para celebrarle su cumpleaños.
Impacto lo constituyó ver toda aquella multitud de personas que en un silencio sepulcral les acompañó hasta la necropolis del lugar y lo que sería la última morada de Nany, Gaby y Ania, escuchar la despedida del duelo y luego el enterramiento.
Pero, mi mayor impacto lo constituyó el hecho de ver a Machado, esposo de Nany y padre de la pequeñita Gaby, cuando tomaba la muñeca y la envolvía con un pedazo de nylon transparente poniéndola junto a las cenizas de Gaby, ¡fue el último regalo suyo para su pequeña y bella niña……..!
Ania Fernández Torres, un material de excelente factura peridística; no solo por el valor informativo; sino como impresindible documentacion para atesorarla como una pieza de inestimable valor para la história. Fijar a personas, entre otras, que en medio del dolor que nos comprime por tantas personas que en nuestra linda ciudad de los parques, hemos tenido que dar sepultura, es una acto de manifiesta justicia, con los que no han tenido momentos de descanzo. Reitero maravillosa obra de este medio que los lectores agradecemos.