Silvio Córcoles no cree en tormentas
- Por Arnaldo Vargas Castro
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Para Silvio, la patria, el mar y la familia, son sus grandes amores. Fotos: Cortesía de William, hijo de Silvio"Al Comandante en Jefe Fidel Castro y también a mi difunto padre, Reinerio, debo los ideales y la conducta que sustentan mi vida. De ellos heredé la lealtad a los principios, el patriotismo y la responsabilidad social de ser buen trabajador y padre de familia", reconoció el freyrense Silvio Córcoles Ramírez, avezado motorista de la Marina Marlin-Guardalavaca, quien hace 23 años fue víctima de un acto de piratería, que estimula la Ley de Ajuste Cubano.
"Aquel 16 de agosto del año 2000, nos dirigíamos al muelle del tiburonario, cuando el patrón del yate ordenó poner rumbo norte para realizar una salida ilegal. Nos separaban dos millas de la costa y me lancé al agua, pero los desertores me sacaron y golpearon. En medio de aquella presión, la travesía demoró cuatro días, porque perdieron el rumbo, que rectificó la tripulación de un buque bahamés".
Una vez en aquel país, Silvio rechazó las propuestas de quedarse y solo pensaba en su padre, cómo regresar a su lugar de origen, junto a la familia, los compañeros y amigos. "Tuve la suerte de que una familia cubano-americana me acogió y ayudó a contactar con la Oficina de intereses de Cuba allá en Estados Unidos, la cual gestionó el retorno, con la condición de que lo haría con mi yate, como sucedió".
William, el hijo mayor, era muy pequeño cuando ocurrió el suceso en el que se vio envuelto su padre.Y, casualmente, la embarcación llevaba el apellido del famoso escritor estadounidense, muy amigo de Cuba, Ernest Hemingway, quien nació y falleció en el mes de julio, de 1899 y 1961, respectivamente; mes en el que también vino al mundo, en 1970, el protagonista de esta historia, Silvio Córcoles Ramírez.
Cuando Silvio regresó, en su yate, fue recibido por los compañeros, familiares, amigos, representantes del Minint y el turismo, en cuyo acto, celebrado en la entonces Compañía Náutica Cubanacán, de Guardalavaca, reconocieron su valor y digna actitud, a la vez que denunciaron las permanentes hostilidades del gobierno de Estados Unidos hacia Cuba, incluyendo, además del bloqueo, su política migratoria ilegal y peligrosa, que pone en peligro la vida de quienes actúan de manera tan irresponsable en busca del sueño americano.
Silvio, quien contaba entonces con 30 años de edad y se había graduado de motorista en la Academia Naval, para servir al turismo, se licenció en Derecho, milita en las filas del Partido, goza del cariño de sus compañeros de trabajo y vecinos de "Rafael Freyre", donde reside y defiende las cualidades heredadas del padre, como hacen sus hijos, William, de 29 años de edad, jefe del departamento económico de la Dirección Municipal de Salud y padre de una bella niña; Wendy, de 23 años y trabajadora del comercio. Todos, atentos al desarrollo de Silvito, el más pequeño de la familia Córcoles Ramírez.
La Marina Marlin Guardalavaca, donde Silvio continúa desempeñándose como motorista, ahora, en un Catamarán, ofrece servicios de excursiones, pesca, buceo, deportes de velas y kayak, en un área de especiales condiciones naturales y de seguridad.
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