Por amor a la ganadería
- Por Flabio Gutiérrez Delgado
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En el hogar de la familia Infante Batista no existe cabida para el descanso porque la premisa de la cotidianidad está en el bregar diario, convencidos de que en el sacrificio y las horas de trabajo está la clave para lograr el éxito.
Buscar un protagonista en esta familia no es tarea fácil a pesar de la juventud y la experiencia bajo el mismo techo, porque cada uno tiene su rol; no obstante, el denominador común está en los objetivos, resultados y la entrega para alcanzar sus propósitos.
Amparado por una tradición ganadera, el campesino Roberto Infante Alonso y su familia, constituyen referente para sus homólogos en la comunidad La Concepción, en el Consejo Popular de Limpio Chiquito, municipio de Cacocum; incluso, más allá.
Así lo atestiguó la más reciente visita del primer secretario del Partido y Presidente de la República de Cuba, Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez, quien sentenció: con diez productores como Roberto, se cumple el plan de entrega de leche en el municipio de Cacocum.

“El secreto no es otro que tener deseos de trabajar en el campo”, explicó el experimentado ganadero, al ser interrogado para indagar sobre los positivos resultados productivos.
A la hora que usted visite este hogar, siempre habrá alguien despierto acompañado de un grupo de sabuesos para velar por los recursos y la tranquilidad de la familia, según argumentó Robin Infante Batista, el menor de los primogénitos de Roberto y actual responsable del ganado en la vivienda.
Atender cientos de animales y los cultivos no es cosa de juego, por ello Roberto recibe el apoyo de sus hijos Roberto Carlos, Reinier y Robin, los dos primeros colaboran en la siembra y cosecha de los cultivos y el más pequeño atiende las 129 cabezas de ganado junto a sus dos hijos.
Entre Roberto, su padre, los tres hijos y nietos, poseen 172 hectáreas de tierra, la mayoría para el ganado, la siembra de comida animal, el autoconsumo y un porciento para entregar a la CCS Juan Durán a la que están asociados. De ellas, 21 hectáreas son propiedad del padre de Roberto, ya inactivo, y el resto en usufructo.

Las jornadas de trabajo en esta residencia son ciclos sin pausa, porque en las noches el ajetreo todavía ocupa a Roberto, sus hijos y nietos, quienes, además, recorren los locales de los animales hasta las 2:00 am, cuando Robin inicia su accionar en el ordeño de las 14 vacas que tienen en la casa.
“Pronto serán 15, porque el día que nos visitó el Presidente nos parió otra, como un regalo a esa prestigiosa delegación de visitantes”, argumentó Roberto, con el orgullo a flor de piel y una sonrisa resplandeciente capaz de mostrar esa pasión por la ganadería.
Aunque el contrato está a nombre de Roberto Infante Alonso, es justo hablar en plural, porque todo funciona como un equipo de trabajo, pues su esposa, hijos, nueras y nietos contribuyen en la producción de alimentos en la finca, por lo tanto, los planes y cumplimientos son responsabilidades de todos.
El plan de entrega de leche a la Empresa Láctea por parte de la familia Infante Batista en el año, marcha a un 77 por ciento, y confían en el cumplimiento, porque disposición y animales tienen para eso.

“En lo que va de año hasta el mes de septiembre habíamos entregado 10625 litros de leche y confiamos en cumplir y sobrecumplir los 13750 litros planificados, porque nuestras vacas están aportando como promedio diario cerca de cinco litros.
“Contamos con un ganado mestizo, pues mezclamos la raza Siboney con el Sebú y obtuvimos la conocida clase F1, la más común y resistente en esta zona, además, mayor productora de leche y carne.
“Eso no es obra de la casualidad porque al ganado no le puede faltar el agua, no deben apurarse, ni maltratar, hay que dejarlas que vayan a su paso y con calma, porque todo eso atenta contra la producción de leche”, añadió Robin.
Hace trece años atrás Roberto y su familia entregaban cerca de 48 mil litros de leche, incluso con menos animales, pero con más vacas lecheras y hacia ese camino van enfocados.

Producción de carne
La producción de carne es otra de las potencialidades de la familia Infante Batista, pues en el año 2022 firmaron un contrato para entregar una tonelada (t) de carne, sin embargo, aportaron 1.2 t.
“En 2023 planificamos 1.2 t y en unas horas cumpliremos el objetivo, porque está previsto para el mes de octubre. El año pasado sacrifiqué 19 animales, de los cuales vendí a un precio razonable al círculo infantil, policlínico, la comunidad y doné una parte al hogar materno del territorio. Este año van cuatro y mataremos tres, que fue la cifra aprobada.
“Con el tiempo pretendemos incrementar el número de cabezas porque existen proyectos con nosotros para obtener máquinas de ordeño y mejorar las razas con novillas de otras clases y mediante la inseminación.
“El objetivo es ampliar la masa ganadera hasta llegar a las 300 más o menos, tenemos todas las condiciones para ello, la más importante, es el deseo de trabajar”, argumentó Roberto.

Los cultivos son un complemento
Mientras Robin y sus discípulos pastan el centenar de reses por las áreas del territorio, en la finca de autoconsumo, la cual posee una extensión de cuatro hectáreas y media, la actividad no se detiene.
Con la premisa de rotar los cultivos, en estos momentos la plantación de maíz atrapa la atención de Roberto y sus ayudantes, aunque no descuidan los boniatos y frijoles que se encaminan en los surcos de su propiedad.
“La mayor cantidad de cultivo sembrado es el de maíz, porque con eso alimentamos a los animales y entregamos a la CCS. En tiempo de sequía acudimos más a la caña y el maíz que tenemos sembrados, alimentos que molemos completamente, es decir, la plantación íntegra y así lo aprovechan más”, explicó Roberto.
Una visita reconfortante

Aunque no fue su primer encuentro con el Presidente de la República de Cuba, el encuentro con Miguel Díaz-Canel en su propia finca resultó reconfortante para el consagrado campesino.
“Esa visita del Presidente a mi casa es un orgullo para nosotros, porque se valora el sacrificio y los resultados alcanzados. Yo conversé con Díaz-Canel en el año 2008 cuando nos pusieron la electricidad en la zona, era el primer secretario del Partido en Holguín.
“Pero esta vez dialogamos con él y se refirió a algo que nos beneficia para crecer en cabezas de ganado, como la inseminación para obtener una mejor genética. Yo no hablaría de que me visitaron porque sea el mejor, sino porque estoy cumpliendo con lo que está establecido.
Ser ganadero es…
“No descansar, porque esta labor requiere de esfuerzo. Antes el ganado pasaba la noche comiendo por los campos, pero hoy tenemos que trancarlos por el incremento de los robos, situación que a nosotros no nos afecta, gracias al sistema de vigilancia que tenemos, pero realmente el que tiene que estar trancado es el ladrón, no las vacas.
“Mis padres me inculcaron el amor por la agricultura y la ganadería, pero, sobre todo, el amor al trabajo, ese es el secreto de los buenos resultados”, finalizó uno de los mejores ganaderos del municipio, basado en la entrega de carne, leche y las variedades de raza que poseen en el ganado.