En Boca cerrada no entran esbirros
- Por Claudia Arias Espinosa
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Fotos: Juan Pablo Carreras
Hace 50 años, Chino sobrevivió a ocho tiros.
Por aquel entonces tenía 27. Y era lo que se dice un alfeñique, de flaco, de joven, de pantalones anchos.
Estaba al frente de la Unidad de Tropas Guardafronteras en Boca de Samá, un poblado que no más de 60 pescadores y carboneros habían levantado a orillas del mar, en el municipio de Banes.
En la noche del 12 de octubre atacaron el poblado.
Hombres de la organización terrorista Alpha 66, a bordo de dos lanchas piratas, atacaron Boca de Samá.
La administración norteamericana de Richard Nixon necesitaba una “victoria sobre el comunismo”. Era preciso tomar una ciudad, aunque fuera pequeña, como preámbulo de otra Playa Girón.
Por eso aquellos catorce hombres, envueltos en la noche, tomaron rehenes en tres hogares y saquearon la única tienda de una comunidad como Boca de Samá, humilde, tranquila, fácil.
Allí, en el comercio, fueron sorprendidos por los combatientes del Ministerio del Interior.
Fuego cruzado. Mercenarios que escapan ametrallando el caserío.
Las lanchas dejan una estela roja: dos cubanos muertos, Lidio Rivaflecha y Ramón Siam, y cuatro heridos: Nancy Pavón, de 15 años; su hermana Aracelis, de 13; el obrero agrícola Jesús Igarza y Carlos Escalante, el Chino.
“La vida me cambió totalmente. Nunca había sufrido el embate del terrorismo, ni el combate casi cuerpo a cuerpo”, cuenta.
Medio siglo después, Boca de Samá no olvida; pero a la orilla del mar hay paz.
Un grupo de jóvenes, trabajadores y vecinos conmemoran aquel hecho terrible. Entre ellos vino Yudirka Siam, la hija de Ramón. En aquel entonces, ella tenía siete meses y él 24 años.
A quienes defendieron la comunidad, les cantan, les recitan, los honran.
“Nuestro compromiso con la Patria, con la Revolución, con el Socialismo, no está en discusión”, dice Fausto Ampudia Castillo, que estudia el segundo año de Medicina y es presidente de la Federación Estudiantil Universitaria (Feu) en la Filial de Ciencias Médicas de Banes.
“Somos jóvenes revolucionarios que desde nuestra trinchera reclamamos el cese del cruel bloqueo al que ha sido sometido nuestro pueblo durante más de 60 años, el cese de la guerra mediática hacia nuestro país.
“Repudiamos todas las acciones orquestadas por mercenarios financiados por el imperio con el fin de desestabilizar la tranquilidad ciudadana. Jamás seremos vencidos. Para los que defendemos una causa justa, la derrota no existe”.