Prudencia, mucha prudencia

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COVID 19 1

 

A partir del 15 de noviembre vamos a una nueva normalidad, luego de casi dos años intensos, tristes, llenos de miedo, pero también de esperanzas desde que protocolos sanitarios reforzados unidos a la consagración de los profesionales de la Salud, prodigiosas vacunas cubanas antiCOVID-19, la cooperación de la población y la acertada conducción de las máximas autoridades del país nos llevan a puerto más seguro.


Desde este lunes volverán nuestras calles a llenarse de la risa de los niños con su uniforme rojo y blanco, los que, sin dudas, han soportado con mayor estoicismo el necesario encierro sin poder jugar con sus amigos, el molesto nasobuco y otras tantas limitantes impuestas por la pandemia.


También este 15 las fronteras del país comenzarán abrirse al mundo y con este suceso se hará más frecuente el arribo de familiares deseosos de reencontrarse con sus seres queridos, así como será mayor la entrada de turistas extranjeros al polo turístico de Holguín con nuevos atributos, como el recién es trenado el Gran Muthu Almirante, en playa Guardalavaca.


Con esta flexibilización de medidas cambia el protocolo de actuación con los viajeros, reabren servicios gastronómicos y de trámites, galerías, teatros, estadios y otras instalaciones hasta ahora cerradas; así como se activa el transporte público, intermunicipal e interprovincial; sin embargo, esto no puede llevarnos al exceso, creernos que el problema epidemiológico esté resuelto y mucho menos a desmontar nada de lo que se ha logrado durante estos meses de epidemia.


Hay que mantener las mejores experiencias en la vigilancia, prevención, pesquisa y atención a la población desde el consultorio, el policlínico hasta la atención secundaria y a su vez a cada uno de los holguineros nos corresponde aprender a vivir con esta contagiosa enfermedad, para lo cual resulta de obligatorio cumplimiento las medidas de higiene y de prevención establecidas y como principales: el uso correcto del nasobuco, la desinfección de las manos, que no deben llevarse a los ojos, boca ni nariz y el necesario distanciamiento físico.


Estas y otras providencias deben seguirse al pie de la letra, a partir de que, si bien Holguín hoy tiene un mejor escenario epidemiológico, es la provincia junto a otras dos, con el mayor número de positivos al SARS-CoV-2 reportados diariamente en el país, con predominio de la transmisión comunitaria y aún con tasa de letalidad alta.

 

Los análisis epidemiológicos evidencian que, aunque el problema no está totalmente resuelto, ciertamente hay cambios favorables en algunos trazadores que tienen tendencia descendente, pero los expertos en manejo de epidemias ratifican que nos encontramos en un momento definitorio si se quiere estabilizar el escenario del territorio, porque como han dicho en este tipo de enfermedad la disminución de la circulación del virus no ocurre repentinamente, lo normal es que la reducción sea gradual en la medida que las personas se recuperen (inmunidad natural) y se incrementen los individuos vacunados (inmunidad artificial), y, por supuesto, también depende del comportamiento responsable de las personas.


Además, es prudente insistir que aún con las tres dosis de la vacuna antiCOVID-19- más de 611 mil 880 personas, el 61 por ciento de la población mayor de dos años tiene completo el esquema y seguirá creciendo la cifra en estos días- hay que seguir cumpliendo con las medidas sanitarias, que muchas veces violamos y no pocos asumen comportamientos de riesgo.


No olvidar que luego de una epidemia tan grande el agente causal, que en este caso es el virus SARS- CoV-2, por lo general se mantiene circulando a bajo nivel, a lo cual se añade que en los meses invernales son más frecuentes los cuadros respiratorios, de los cuales no están exentos nadie, pues cualquiera puede sufrir las molestas gripes y también la COVID-19.


Aunque aun así, como siempre se ha dicho, el contagio con el virus es un proceso social, que puede evitarse, la mayoría de las veces, con disciplina y responsabilidad individual y colectiva.


Disfrutemos, entonces esta entrada a la nueva normalidad, con alegría, pero siempre con prudencia, mucha prudencia y abracémonos todos con la mirada y desde el corazón.

 

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