Orgullo de vivir en Cuba
- Por Yanela Ruiz González
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Varios comentarios colgados en los últimos post que publiqué en mi perfil de Facebook me condujeron a esta reflexión, que por demás, tiene la sazón de todo lo que he podido leer y apreciar en esta y otras redes sociales.
Precisamente esa gran diversidad es lo que hace más rico el debate o el intercambio, siempre que sea respetuoso y en un clima de amistad y colaboración.
La red social en internet, un espacio virtual para hacer amigos y compartir intereses, gustos y preferencias, con esta brecha pública si se quiere, porque hay maneras de restringir los contenidos que exponemos para determinados grupos, ofrece la posibilidad de poder interactuar con personas de aquí, allá y acullá, beber de manera online de la sapiencia de muchos e ignorar las burradas de otros, pues no estamos obligados a consumir lo que no nos interesa.
En los días que corren de intenso trabajo para enfrentar una de las pandemias más complejas de la historia de la humanidad, y la califico así porque en tiempos de modernas tecnologías, amplios conocimientos y gran difusión informativa, es cuando más enajenada anda la gente y poca apreciación de riesgos hay ante lo que cada vez expone, o pone en juego a la especie humana, he visto de todo un poco en los intercambios.
Muchos rozan la falta de respeto, el descrédito y llegan a ser hasta injerencistas, alarmantes, desconsiderados, carentes de juicio y manipuladores. Lo demuestran tanto los referidos comentarios como los materiales venidos de varias partes del orbe.
Mientras se buscan soluciones científicas a este poderoso Nuevo Coronavirus, se toman medidas que ponen en riesgo la economía mundial y de los países, pero necesarias; incrementa el sufrimiento de miles de familias por la pérdida de los seres queridos, y hay hasta enfrentamientos con la conciencia por la disyuntiva de si dejar morir a los más adultos es lo más justo para poder socorrer a los que tienen mayor esperanza de vida; este pequeño Archipiélago recibe el látigo de la lengua o las manos si se viene el caso, de sus propios hijos diseminados por el mundo.
Cuba, la cuestionada Cuba, que hasta este momento ha dado los pasos necesarios de acuerdo a su propia situación, la que no se parece a la de nadie más, sigue siendo blanco de manipulación hasta en estos momentos cruciales, en la que es sacudida la humanidad.
Y eso no lo tienen en cuenta los que, lejos de ayudar o querer alertar por su experiencia desde otras tierras en esta contienda, blasfeman hasta por los poros de una isla que los vio nacer y les dio, en muchos de los casos, hasta los conocimientos sin más intereses que su asistencia y puntualidad al aula.
Hoy son los primeros que aprovechan la red social para incitar al pánico, crear confusión y poner en tela de juicio al Gobierno, el único que tuvo los pantalones de ayudar a la tripulación y los pasajeros del crucero británico en el que viajaban cinco casos confirmados con Covid-19 y se sienta frente a una mesa para analizar y luego explicar al pueblo cómo proceder con las requeridas garantías y seguridad que amerita la situación en pos de salvar la vida y salir lo más ilesos posible del azote de la pandemia.
En esta hora de mi aislamiento social, en la que escucho las catastróficas cifras de muertesque van en aumento, la expansión cruel del contagioso virus por la nación norteña de Estados Unidos, el más cercano vecino y poderoso de todos, pido por la salvación de los amigos que están allá, y por los que brindan su ayuda médica desinteresadamente en otras regiones, no me queda más que gritar, en estas líneas, mi orgullo de vivir en Cuba.
Comentarios
No somos perfectos, nadie lo es, pero me atrevo a asegurar, mejor aseguró, que en ningún otro país del mundo se ha llevado a cabo tanta seriedad, organización y respeto para con el pueblo como en nuestra Cuba.
Pobre, criticada, envidiada, pero siempre firme ante sus convicciones y conceptos éticos y Morales.
Yo, al igual que tú y millones de cubanos, me siento más que orgullosa de decir que los cubanos somos ricos en humanismo, amor, solidaridad y apoyo para con los nuestros y los no nuestros.
Felicidades por tus palabras.
Estoy segura que de esta saldremos.
quienes somos los q estamos del lado d la decencia y quien no es mas q un vulgar contrarrevolucionario q sin ninguna verguenza se pone a decir mentiras aun sabiendo q el mundo entero esta viendo lo contrario d lo que dicen y dandose cuenta q nuestra Cuba tiene un actuar hermoso, del cual nos sentimos orgullosos