Jorge Luis, un holguinero restaurador de sueños
- Por Claudia Patricia Domínguez
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Fotos: Cortesía de los entrevistados
Todo comenzó con el empeño de un niño por salvar el busto del Maestro, desde su casa le angustió verlo destruido y a punto de ser desechado, insistió en recogerlo, su tío le explicó como repararlo y con sus propias manos logró un resultado asombroso. El pequeño Jorge Luis este año cumple 40 años de vida artistica y no concibe sus días sin la restauración.
“Mi primer trabajo fue la restauración de un farol colonial del Museo Provincial La Periquera, en aquel momento tenía 12 años y dedicaba todo mi tiempo libre a aprender del maestro Armando Gómez”, explicó el reconocido restaurador patrimonial Jorge Luis Betancourt Sánchez en entrevista concedida a ¡ahora! digital.
Collage: Ana Maidé Hernández
“No fui como esos niños que se encantan al entrar a un museo y una vez pasa el efecto no regresan, desde aquella primera pieza no dejé de trabajar; mi vida es una mezcla entre la restauración, la historia y la arquología ya que con 17 años encontré en el pozo del cementerio de la ciudad los Escudos cardenalicio y papal, los cuales alguien en la década del ´60 los sustrajo de la Catedral de La Habana y los trasladó hasta Holguín”, hallazgo que marcó el inicio de su amistad con el historiador Eusebio Leal.
La versatilidad asi como la capacidad para irradiar su talento caracterizan la trayectoria de este reparador de sueños, cuyas manos hasta hoy lo mismo han devuelto el esplendor a muebles y lámparas antiquisimas, que el movimiento de las agujas a un distintivos reloj de torre, la musicalidad de un piano o la oportunidad de disfrutar de los antiguos reproductores que desde agosto de 2019 se exhiben en La Casa de la Victrola.
“Este proyecto fue un sueño acariciado por mucho tiempo ya que mi pasión siempre fueron los antiguos reproductores, disfrutaba coleccionarlos e incluso, en varias oportunidades realicé exposiciones intinerantes en diferentes provincias cubanas, en las cuales las personas se me acercaban y me decían donde podía encontrar una victrola destruida, un brazo o un mecanismo oxidado y así creció la colección y la necesidad de tener un lugar para el disfrute de los holguineros y visitantes”.
Y en este empeño Jorge Luis no estuvo solo, pues se hizo acompañar de su fiel escudera y compañera de vida Tania Zaldivar. Ella no solo domina a la perfección el recorrido cronológico que lleva a los visitantes por la historia de los primeros grabadores y reproductores de sonido mecánicos y acústicos fabricados en el siglo XIX y las primeras décadas del XX, sino que entre sus funciones se encuentra las labores de pintura, decapado y mantenimiento de las piezas para su conservación.
Collage: Ana Maidé Hernández
La Casa de la Victrola de los pocos museos que existen en el mundo con la peculiaridad de que todas sus piezas funcionan y con un registro musical de más de mil grabaciones originales en formatos que incluyen las grabaciones realizadas en los antiguos cilindros fueron diseñados por Thomas Alva Edison y constituyeron los primeros soportes para grabar y reproducir la voz humana, invención que dada a conocer por su creador en el año1877 acompañan este proyecto sociocultural que, como si fuese poco, también funciona como unidad docente.
La propuesta inicial, indicó Tania, concebía a continuación de la galería la creación de un gabinete de restauración, el cual adscripto a la Academia Regional de Artes Plásticas “El Alba” funcionaría como especie de taller para los estudiantes no solo de esta institución, sino de escuelas de oficio interesados en aprender el arte de la restauración, sobre todo, por el hecho de que estos conocimientos se han ido perdiendo con el tiempo.
Comentó que lamentablemente las características del local no lo permitió y aunque no renunciamos a esta proyección apoyamos al sistema de la enseñanza artistica con la incorporación durante todo el período pandémico de los estudiantes de la especialidad de Restauración de la sede principal de la Universidad de las Artes (ISA) en La Habana, quienes se involucraron tanto con los fonógrafos del Museo como en la recuperación de unos 13 pianos, pertenecientes a la Escuela Elemental de Arte Raúl Gómez García y al Conservatorio de Música José María Ochoa.
Coordinado con la filial del ISA en Holguín la sala se convierte además, en escenario para los estudiantes de canto lírico, argumentó Jorge Luis y señaló que en los aniversarios cerrados de importantes figuras de la cultura cubana como: Rita Montaner y Barbarito Díez, La Casa de la Victrola dedica la jornada a la reproducción de su música e invita a destacados musicólogos como Zenobio Hernández a realizar conferencias magistrales.
Precisó que una vez abierta nuevamente al público, La Casa de la Victrola tienen previsto el montaje de una exposición sobre el espectacular tenor italiano Enrico Caruso, pionero de la música grabada; mientras que para el mes de diciembre lo harán en homenaje a la pima ballerina assoluta Alicia Alonso y añadió que cada muestra incluye además la exhibición de material fotográfico sobre el artista en cuestión.
Volver a la cotidianidad del holguinero, sin renunciar a los muchos proyectos que en toda Cuba esperan por el talento de Jorge Luis y el empuje de Tania constituye hoy el mayor reto de la pareja que desde Holguín restauran sueños entre antiguedades y sonido de victrolas.
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