Universidad de las Artes en Holguín: Arte en crecimiento, espacio en deuda

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ISA FOTO 1Estudiantes de la filial del ISA en Holguín.

“No enseñamos arte; nosotros ayudamos a apreciar el arte”, me dijo uno de los profesores que entrevisté, corrigiendo mi pregunta. Con admiración, agregó que “¡Orgullo!”, es lo que siente cuando escucha el nombre de un antiguo alumno por aquí y por allá. La profesora añadió, “no solo es orgullo a nivel personal, sino de la institución, de la universidad, de encontrarte con ese estudiante en cualquier evento y escucharlo decir que estudió en esta filial”.

Insistieron en la capacidad expansiva de los holguineros –y otros orientales, por supuesto– “al ser un hecho que en estos momentos, La Habana está llena de holguineros que han pasado por la filial de la Universidad de las Artes en Holguín. Todos sienten el orgullo de decir que en este lugar se graduaron”.

Nace la oportunidad en Holguín

La historia de la –hoy– filial de la Universidad de las Artes (ISA) en Holguín, inició en el año 1988, a partir de la idea del entonces rector del ISA, Miguel Ángel Sánchez Meriño. Se crean dos unidades docentes: Canto, adscripta a la Facultad de Música, y con todos sus perfiles, la Facultad de Arte de los Medios de Comunicación Audiovisual (FAMCA).

En el año 2005, por resolución del ministro de Cultura, fue creada la filial de la Universidad de las Artes en Holguín, dejando de ser una facultad y una unidad docente.

En la actualidad unifica dos carreras: la Facultad de Música, perfil Canto, y la FAMCA con los perfiles Dirección, Sonido, Fotografía, Edición, Producción audiovisual, y recién se añadió la especialidad de guion.

En los primeros años abarcó a las provincias de la región oriental y algunas del centro del país.

ISA4Historia de la filial del ISA en Holguín.

A inicios de la pasada década, cuando Camagüey abrió la Facultad de Arte de los Medios de Comunicación Audiovisual, Holguín aglutinó solo las provincias orientales.

¿Cómo ingrasar al ISA?

La Universidad de las Artes exige la aprobación de pruebas de ingreso para acceder a sus facultades, con modalidades diferenciadas según el perfil del aspirante.

La FAMCA ofrece curso por encuentro –para trabajadores– dirigido a profesionales de los medios de comunicación (en los perfiles de Dirección, Sonido, Fotografía, Edición o Producción audiovisual), mientras que su curso regular diurno –exclusivo para egresados de preuniversitario– solo está disponible en La Habana.

Por su parte, la Facultad de Música, en el perfil Canto, dispone de dos vías: curso diurno para estudiantes recién graduados del preuniversitario y curso por encuentro para trabajadores, quienes ingresan directamente a primer año.

En la filial de Holguín, los estudiantes de preuniversitario pueden optar por un año preparatorio (tras examen estándar) o realizar un examen más riguroso para acceder directamente a primer año.

Sin cultura no hay artista

Isabel García Granados, directora de la filial en Holguín, observa: “el artista saca lo que tiene dentro, quien no tiene nada es un mercader del arte”.

Esta universidad tiene dentro de su plan de estudio, no solamente las asignaturas de la especialidad por la que opta el estudiante, sino todo un cuerpo de asignaturas que complementan una formación humanística. Entre ellas están: filosofía, historia, literatura, apreciación de las artes, estéticas; todo un espectro de formación general que complementa la especialidad del estudiante.

¿El rigor de los estudios en el ISA es igual al de cualquier otra universidad?

“Hay veces que llega algún muchacho equivocado pensando que va a estudiar un oficio. Ser un fotógrafo, ser un editor, conocer nada más de tecnología… Quien venga aquí con esas aspiraciones, le recomiendo ir para una escuela de habilitación del ICRT o cursos de habilitación”.

¿La teoría es necesaria o es imprescindible?

“Cuando se gradúan aquí, salen con el título de licenciado en arte de los medios de comunicación audiovisual, por lo que deben tener una formación humanística cultural. Se hacen de herramientas del ámbito de la cultura, que les permiten como creadores, desarrollar lo que han estudiado”.

“Ser buen fotógrafo no quiere decir solamente que encuadres y domines una técnica: hoy un director de fotografía –por poner un ejemplo– debe tener una mirada muy especial, porque el arte no es la realidad en sí, el arte es la otra realidad, la que ve el artista, y por tanto, si no tienes conocimiento, cultura, si no sabes lo básico de la filosofía, de literatura, de la historia universal o nacional; si no lees, si no estudias, si no tienes nada adentro, ¿qué vas a sacar?”.

Redes más allá del aula

“El arte tiene un destino social: no es para cantar entre cuatro paredes”, afirma García Granados.
La institución mantiene una estrecha relación de trabajo con el sistema de instituciones culturales, aunque con autonomía organizativa. “Somos un pedacito de la universidad en Holguín –precisa la directora–. Cultura es nuestro órgano de relación, pero ni nos financia ni nos subordinamos”.

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Esta colaboración se materializa en proyectos como el Concurso de Canto María Dolores Rodríguez In Memoriam, organizado con la Facultad de Música, y en prácticas estudiantiles.

Leticia González, estudiante de esta facultad, detalla: “Trabajamos en el Teatro Lírico Rodríguez Prats, el Centro de Superación para la Cultura y el museo provincial La Periquera”.

Las alianzas trascienden el ámbito cultural e incluyen al CITMA, la Universidad de Holguín, Ciencias Médicas, la Unión Nacional de Arquitectos e Ingenieros de la Construcción de Cuba y la Unión Nacional de Historiadores de Cuba en la provincia de Holguín.

La Universidad forma parte del plan de desarrollo de cultura, es decir: gradúan estudiantes para que laboren en instituciones de la cultura.

Retos de la Filial

Zoila Rodríguez Rodríguez, profesora de edición de FAMCA, señala: “Muchas veces resulta complicado enseñar en Holguín, pues la lejanía de la capital provoca que los egresados del ISA no tengan suficiente disponibilidad laboral dentro de nuestra provincia; y los egresados muchas veces deciden, incluso sin haber concluido la carrera, marcharse hacia La Habana u otras provincias en donde están sus intereses en cuanto a trabajo, desarrollo artístico y cultural. Es difícil motivar al estudiante. Las condiciones sociales que se viven, impiden muchas veces que se desarrollen en las diferentes especialidades por las que optan”.

La licenciatura en Arte de la Comunicación Audiovisual, al tener un curso para trabajadores, trae consigo que los estudiantes de esta carrera laboren de por sí en los medios de comunicación y por tanto, tienen otras metas e ideales de desarrollo: “no es lo mismo el estudiante que lleva un curso regular diurno, con una formación paulatina, lenta y concentrada, que le permite un vínculo laboral menos específico”, comenta Rodríguez Rodríguez.

Lityaris Mulet Miranda, estudiante de FAMCA, confirma las limitaciones del curso por encuentro. “El plan de estudios actual condensa demasiado el contenido, y al tratarse de una modalidad como la nuestra, algunos de los contenidos esenciales no los tocamos a fondo, por lo que en el momento de pararnos en un set, quedan muchas dudas de la parte teórica”.

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En La Habana, donde está la sede central, la tecnología es más accesible para el curso diurno, que son para los estudiantes, que por continuidad de estudio cuentan con equipamiento técnico. La sede central tiene también la parte de actuación: “donde los estudiantes cuentan con los actores que trabajan gratuitamente en el audiovisual y pueden colaborar con los músicos para la banda sonora”, agrega Rodríguez Rodríguez.

De igual forma, Manuel Alejandro Martínez Abreu, jefe de la carrera de FAMCA, refiere que carecen de un estudio propio para grabar y no cuentan con el equipo más adecuado para editar.

Adriel Bosch Cascaret, estudiante de FAMCA, comenta que la falta de recursos para impulsar los trabajos de clase implica un enorme sacrificio. Además plantea que lograr una representación de todas las especialidades en las aulas ayudaría en la elaboración de los trabajos finales en equipo, que implica una mayor promoción de las especialidades que se estudian.

García Granados comenta que a pesar de las dificultades no son la institución que más pérdida de talento tiene, por lo que las partidas no son tan significativas como para interrumpir la calidad del proceso docente educativo.

Universidad sin rostro

ISA3Local del ISA en Holguín, calle Cables.

Para acceder a la universidad, primero, crucé la calle Cables, estrecha y transitada, que permite notar apenas la existencia de la institución. Dividida por un parqueo, la parte superior de dos edificios dicen de forma delicada: a mano izquierda “ISA Universidad de las Artes Filial Holguín” y a mano derecha “Residencia Estudiantil”. Pero, ¿dónde estaba la entrada?

La institución ha sufrido por no tener un local con mejores condiciones. Sin entrada propia la filial no puede proyectar una imagen oficial de su espacio, dificultando a la vez la promoción y realización de actividades de la misma, como las graduaciones, conciertos, grabaciones de programa y los exámenes de ingreso a la universidad. Los estudiantes no tienen campus universitario.

La directora aboga por ampliar el espacio físico de la filial: “Siempre estamos solicitando un acceso por la calle Libertad, uno de esos edificios, que permita ampliar a otras líneas de instrumentos, sobre todo las cuerdas”.

La posibilidad de abrir algunas líneas le permitiría a egresados del Conservatorio continuar estudios superiores en Holguín y formar parte de la Sinfónica –la Sinfónica es solo un ejemplo– y de otros proyectos relacionados con el desarrollo cultural de Holguín.

La filial ha ido creciendo en un espacio que es de la televisión holguinera, el cual se acondicionó para su uso. “Lo ideal sería tener un espacio propio con más aulas: un sitio para realizar peñas, un local para hacer radio, un set de televisión con todo lo que lleva. De igual forma un laboratorio de computación, aparte de las computadoras que están en la biblioteca, y precisamente, una biblioteca más dotada que la existente”, afirmó Aracely Escalona Tamayo, profesora de la institución.

Otros factores también demandan una alternativa. Al compartir un espacio reducido con otra institución –en este caso Telecristal– genera problemas en la docencia. Martínez Abreu confiesa que como profesor esta situación es molesta, pues se suman varias cuestiones como el ruido de los motores o el ruido del personal del telecentro que tienen otra rutina de trabajo y se mueven de forma constante.

No obstante, para los trabajadores del telecentro también pueden resultar molestas las rutinas de trabajo de la otra institución. Por ejemplo, el local de canto no está insonorizado: el sonido traspasa las paredes y se percibe claramente en todo el sitio.

ISA6Acto de graduación 2024 de estudiantes del ISA filial Holguín.

La situación que vive el país es incómoda para la enseñanza artística, al ser costosa. García Granados afirma que de todas formas la Universidad se ha mantenido con lo básico, con un esfuerzo extraordinario para que los estudiantes sientan que salen bien preparados.

Estar abierto al cambio es importante. La directora, como reflexión, asegura que es necesario escuchar a los jóvenes y que ellos encuentren en su escuela la posibilidad de formarse para proyectos personales y colectivos. “Porque es lo que necesitan, tener los referentes de su cultura, de sus sentidos, de pertenencia a un lugar, a su país, eso que se siembra en el alma de la gente, que te acompaña y no te lo puedes quitar nunca de encima. Todo esto forma parte de la educación que reciben aquí los estudiantes”.

Si partimos de la idea “el arte es para sentir y no para transmitir”, que necesita para ser, una voz auténtica: que lo centre, encuentre y muestre al mundo, y no como conocimiento vacío, escolástico y repetitivo, sino como forma de vida; podríamos decir que la filial y sus profesores cumplen su papel: porque la voz de sus alumnos es escuchada, porque es distinta.


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