El juego de la Buena Suerte

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Fotos: Alexis del ToroFotos: Alexis del Toro
 
Ríe demasiado, y a veces, no puede contenerse. El oyente le hace cada broma… que el tiempo (tan corto) se vuelve una carcajada. Cada palabra que dice huele a Cuba, y eso la ha hecho auténtica, más pura. Se convirtió, hace muy poco, en un par de noches, en “La Rosa Oriental” y “La Giraldilla”, pero esa historia se la contaré más adelante.
 
Antes, debemos encender la radio y escucharla, hay que hacerlo. Recorrer las frecuencias hasta la 96.1 de la FM de Cuba y quedarse en la Nueva Radio Holguín, cuando el programa Buena Suerte invada cada una de nuestras casas, balcones, patios, o azoteas. El sonido feliz de esta mujer llega donde quiera que estemos. Nos contagia, hasta en momentos inmunes.
 
Cada día, cuando abre la puerta de la emisora, llega cantando. No me dijo que canta, pero debe hacerlo bien, porque desde chiquitica le corre el arte. Ella olvida los problemas de casa y se concentra en esto, que ha llamado un “juego serio”.
 
En broma, dice que cuando muera quiere que su familia de la radio la recuerde así: alegre, dispuesta a desafiar un público, al que valora desmedidamente. Por eso, esta vez, hablaremos de respeto, un respeto en mayúscula, contaremos sus caminos frente el micrófono, y la escucharemos, en frecuencia word, como mujer y madre.
 
Yamilka Arredondo Lara fue, antes de animadora y locutora, maestra de Eduación Musical. Llegó con una Brigada Artística del Movimiento de Artistas Aficionados del aquel entonces pre-pedagógico “José de la Luz y Caballero” hasta el Plan Turquino, y más tarde, en Sagua de Tánamo, donde hizo su servicio social, insistió y ayudó a crear el único Centro Cultural de Artex con el que contara la serranía. A este espacio recreativo, ubicado en la Casa de la Música de este municipio, decidió llamarle Río Cristal. Transcurrían, entonces, los primeros años del 2000.
 
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“Por cosas de la vida me mudo para la ciudad de Holguín, y vengo con la propuesta de trabajar en la Casa de la Trova El Guayabero, que fue el primer Centro Cultural donde me presenté. La animación llega de casualidad, en más de una ocasión me falló la animadora y tuve que asumir. Muchas personas que estaban allí, se acercaron porque le había gustado y mi dijeron ´¿por qué no pruebas?´
 
“Me empezó a gustar este trabajo, respetando muchísimo los buenos profesionales que hay en esta ciudad. Hoy tengo la responsabilidad de tener un espacio fijo, en el Salón Benny Moré y es un trabajo bien arriesgado, porque estoy frente a un público, que va a beber, pero trato siempre de sacar mi magia y hago que la gente se sienta cubana, orgullosa, y que también disfrute de lo que suceda en el escenario”.
 
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Lo primero que hizo en la radio fue la locución del programa “La Algarabía”, en la emisora provincial Radio Angulo: “Todavía no tenía muy claro la diferencia que hay entre ser animador de espectáculos musicales y locutor de radio.
 
Eso me falló mucho y reconozco que no fue bueno lo que hice. Luego comencé a entenderlo, se parece mucho, pero no es lo mismo, ese no era el camino”.
 
Años más tarde, separada de este medio, llega la propuesta del realizador de sonido Víctor Osorio Zaldívar para asumir el espacio diario Buena Suerte, en Radio Holguín, a él le agradece profundamente, le debe mucho en su carrera. Por fin acepta la invitación, que hoy acumula cuatro años de buenas locuras e interacción constante con los oyentes: “La locutora que hacía el programa era muy carismática y había dejado bien alto el listón, entonces me tocaba asumir esta responsabilidad. No quería parecerme, pero tampoco alejarme del trabajo que estaba haciendo. Victor me dice: ´yo quiero a Yamilka, sentada en ese micrófono, conversando de tú a tú con los oyentes´.
 
He tratado de respetar el trabajo que se había hecho anteriormente, y que los oyentes del programa me reconozcan como parte de su familia. La radio, con mucho respeto, tiene que ser bien cercana a la gente, por eso nunca lo tratamos de usted. Creo que me mantendré aquí, porque he logrado crear una familia”, afirma, decidida.
 
Le pregunto qué ha sido lo más difícil de su profesión, y responde, sin dudar, pero con la voz rota: “El miedo horrible que tengo cuando voy a hablarle a las demás personas. Aun cuando llevo tantos años trabajando para un público, siento tanto respeto por las demás personas, que tengo tanto miedo a hacer algo mal, o de ser irrespetuosa sin darme cuenta. No quisiera defraudar nunca a la gente que me escucha”. Y no lo ha hecho, se lo aseguro.
 
Pero llegan, luego, las gratificaciones, el reconocimiento. Cuando está en un escenario y ve que las personas ríen, sabe que lo que hace y dice vale la pena, que está logrando su objetivo. Me confiesa que siempre ha violado la técnica de los animadores de mirar a un punto fijo. No, ella prefiere mirar las caras, las reacciones de su público.
Será porque también tiene el poder de leer los ojos, y saber cuándo hay una verdad. También lee los míos, atentos.
 
Mucho se debate en torno a la calidad de los locutores en la Isla. Incluso, hay quienes dicen que en Cuba no existen buenos animadores. Pero no, no es así, cuando se está preparado culturalmente, dice Yamilka, se puede asumir cualquier reto: “Nos falta un mundo por aprender, es importante leer mucho, hay que ver la televisión, hay que escuchar la radio y a la gente. Un locutor cubano puede llegar a cualquier lugar en el mundo, y desplazar a muchas personas. La locución no es un trabajo que se paga bien, el que está frente a un micrófono es porque le gusta y cuando te gusta una cosa, te preparas”.
 
Y ahora sí, llega la historia inicial de los motes. Todo pasó en Camagüey, por cierto, su ciudad natal. En octubre, ganó el premio a la mejor animadora en el Festival Nacional Gatronómico Cultural, que convoca Artex. Por primera vez se insertaba a la animación como categoría en la competición. Y ella, junto a otro animador santiaguero, representaron la región Oriental.
 
En total fueron 8 de todas las regiones. Fue difícil y agotadora la jornada, pero con su sabor a Cuba, conquistó. “Era la primera vez, que trabaja en Camagüey y estaba muy nerviosa. Tenía como desventaja que no iba con mi equipo.
 
Pero bueno, lo hicimos. Me gané hasta un mote, ´La Rosa Oriental´, porque como era de Camaguey, vivía en Holguín, representaba a Santiago, a Granma y Guantánamo… ah sí, soy La Rosa Oriental, y la Rosa oriental se quedó”, relata.
 
En la última ronda, cambian a todo el mundo de región. Dejó de ser una rosa con su guayabera. Tuvo, por sorteo, que representar a La Habana, que se ha puesto de moda, y que además, nunca ha recorrido sus calles. Se inventó una historia. Se vistió más a lo loco, informal y asumió ser un gran símbolo: “Ese día me convertí en La Giraldilla y por eso te quiero llevar a recorrer mi Habana…”, le dijo al público, apoyada en canciones y buena música dedicada a esta ciudad inspiradora.
 
Da Buena Suerte escucharla y describirla: “Para poder hacer este programa tengo que volverme un poquito niña; jugar, pero un buen juego, mucho cuidado, que hay muchas personas que te esperan para aprender. Comienzo hacer el trabajo de mesa, porque me gusta investigar, y saber de lo que voy a hablar ese día. Un programa en vivo, tiene una responsabilidad tan grande, que si lo haces en serio te pierdes. Yo me equivoco mucho, lo que hay es que saber cómo vamos a salir de esa equivocación y que la gente hasta llegue a reírse y lo disfrute”.
 
Tiene un hijo de 23 años. Recuerda Yamilka cuando su bebe nació, muy enfermizo y delicado. Enfrentó cosas duras. Ella solo tenía 22 años, pero con un buen instinto de madre , sabía que él se mejoraría y así fue, con esperanza y fe. “En la medicina es donde único dos y dos no son 4. Caminó tarde, pero caminó. Ya se graduó de Lenguaje de Señas, aunque lo que le gusta es la música”. Y siento su alegría, más fuerte.
 
Indago en sus temores, y nos los esconde: “Ir perdiendo poco a poco la memoria, a que un día deje de sentir el respeto por mi profesión, que un día no sea capaz de arrancarle una sonrisa a alguien, aunque no sea mi mejor momento. Temo, también, a que se me apague la voz”.
 
Esta mujer sueña con vivir, pero rodeada de personas transparentes: “No soporto cuando alguien enmascara una mentira con una verdad, y me da mucha alegría cuando llegan a mí, diciéndome una verdad dura. Hay que tener mucho valor para decirla. Voy acercando a mí, las personas más honestas que descubro”.
 
¿Y el futuro? : “La vida me ha demostado que tengo que vivir el aquí y el ahora. Lo que venga malo, lo vamos a superar, y lo bueno, lo vamos a recibir con los brazos abiertos. Claro, ya hoy me preparo para mi función de mañana.
 
Pero me gusta el presente, y el pasado también. No soy de las personas que borran el pasado, quizá sea un defecto, pero de las cosas buenas y malas del pasado me hicieron la persona que soy hoy, con mis defectos y virtudes”.
Jorge Suñol Robles
Author: Jorge Suñol Robles
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Periodista, hasta cuando duermo. Escribo porque las palabras pueden construir caminos y describir realidades, pueden cambiar el mundo. Melómano excesivo. Cubano, de pies a cabeza.

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Comentarios  

# Andrés Pavón 06-12-2018 22:51
Gracias Yamilka por dejarnos conocer más cosas personales de tú vida.
Escucho casi todos los dias ese espacio Radial Buena Suerte que conduces y participo cuando el móvil esta activado.
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# Jorge 13-12-2018 14:14
Gracias a usted por su comentario. De veras, la Yami es un mujer auténtica. Fue un placer dialogar con ella. Espero se repita otra vez.
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