El futuro es nuestro

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la coubreFoto: Tomada del periódico Escambray.

 

Es 4 de marzo de 1960. Alrededor de las 3 de la tarde una explosión en el vapor La Coubre estremece a la mayor de las Antillas. La segunda detonación cubriría el mar de sangre y el cielo de humo...

 

El cuerpo de un obrero estaba quemado por la pólvora. Las huellas dactilares, las cicatrices y las placas dentales permitieron reconocerlo. Tenía 72 años cuando el vacío que cierra los ojos golpeó su rostro. El recuerdo de un abrazo, una caricia y un beso abriría sus alas en el corazón de su familia.

 

El sábado salieron del Palacio de la Central de Trabajadores de Cuba los sarcófagos que guardaban los restos mortales de las víctimas, sostenidos por manos endurecidas por el trabajo. En las calles tapizadas con flores se aglomeraba el pueblo con los párpados ennegrecidos por la tristeza. Desde una tribuna improvisada Fidel pronunció las palabras de despedida del duelo.

 

En este contexto se expresó una convicción inquebrantable que nos acompañaría en el camino de enfrentar la oscuridad del hombre y aún vibra en el alma de La Revolución: “ ¡Patria o Muerte! ”

 

Es imprescindible recordar que la frase constituye una premisa histórica. El 10 de octubre de 1868 Carlos Manuel de Céspedes se dirigió a una multitud para levantarse contra España. Luego proclamó la libertad de sus esclavos y los convocó a marchar como combatientes que permanecieron en la manigua bajo el grito de “Independencia o muerte”. El 19 de mayo de 1895 Martí arengó a trescientos soldados: “Dejaré que me claven en la cruz”, expresó. Finalmente, en aquel sepelio el espíritu revolucionario se alzaba en un clamor que sintetiza el legado de la historia.

 

Nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro dio la única respuesta posible al sabotaje. En un extraordinario silencio la emoción embargaba a todos mientras las palabras inundaban sus pechos. Doblegarse ante el enemigo no era una opción. Aruñar la tierra entre cadenas no sería su destino. Resistir hasta la última gota de sangre fue el anhelo de aquellas personas, después de tanto luchar. ¿Sus parientes murieron en vano? ¿ Construyeron para no recoger frutos ? No, trabajaron en “ una sociedad con todos y para el bien de todos”.

 

“ Patria o Muerte” significa vida, y se entiende como proyecto colectivo donde reina la soberanía y la autodeterminación. Es el convencimiento de la victoria, un modo de actuación, un sentido inalienable del deber y una materialización verbal del amor.

 

Esta consigna trasciende el tiempo y se ha convertido en la voz de ataque ante cualquier amenaza. El imperialismo norteamericano quiere destruir la Revolución: bloqueo, terrorismo de estado, cerco político, campañas difamatorias y guerra cultural e ideológica. Pero no doblamos las rodillas y con la frente en alto miramos el mundo. Igualmente empuñamos el coraje contra la COVID-19. Hay que destacar los cinco candidatos vacunales y el empeño de los médicos y profesionales de la salud en salvar vidas. También en cada realización que tributa al bien común contemplamos su vigencia.

 

Con decoro y dignidad emprendamos la obra. Existen piedras en el camino, sin embargo, nuestra fuerza está en la solidaridad y no en el odio. Como esos cubanos que murieron defendamos la nación, y así como sus familiares derramemos lágrimas por la injusticia. El futuro es nuestro.


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