Entierro holguinero del Mayor General Calixto García

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calixto garcía 4Momento en que es depositada urna con restos del Mayor general Calixto García en el mausoleo que está en la Plaza de la Revolución. Fotos: Cortesía de Miguel Cano Blanco

El deseo de la patriota independentista Lucía Íñiguez Landín de que su hijo, el Mayor General Calixto García, tuviera un entierro cubano en su tierra fue siempre una deuda latente entre los coterráneos, que tras el Triunfo de la Revolución insistieron, una y otra vez, porque se consumara la voluntad de la madre del mambí.

Sobre cómo se gestó y realizó el traslado de los restos del General de las Tres Guerras hacia Holguín, hoy recuerda Miguel Cano Blanco, quien fuera primer secretario del Partido Comunista de Cuba en la provincia, entre 1976 hasta 1989, aunque desde septiembre de 1971 hasta febrero de 1972 se desempeñara primero como segundo secretario y luego máxima dirección política de la región Holguín.

La memoria de Cano es prodigiosa. Nada de su entrañable terruño ha quedado en el olvido de su paso por acá, como tampoco le resulta ajeno lo que sucede por Holguín, a pesar de vivir a más de 700 kilómetros de la Ciudad de los Parques. A él lo dejamos rememorar…

“A partir de 1972 el profesor y fundador del Movimiento 26 de Julio en Holguín, Renán Ricardo, se acercó varias veces a la máxima dirección política del territorio para hacer las pertinentes gestiones que llevaran a cumplir con la petición de Doña Lucía.

“También Elías Pavón (Cuqui), periodista, envió una carta a la organización política de la región con el mismo objetivo, de la petición de Renán. Ellos fueron los dos holguineros que insistieron, fervorosamente, por realizar el traslado de los restos del insigne holguinero a su cuna.

calixto garcía 3Recorrido del cortejo fúnebre desde Casa Natal Calixto García hasta Plaza, en el centro el General de Ejército Raúl Castro Ruz acompañado por otros dirigentes de la Revolución.

“No podemos olvidar que en el año de 1972 la región estaba deprimida económicamente luego de terminar la zafra del ´70, pero bajo la guía del Comandante en Jefe Fidel, quien comenzó sucesivos recorrido por esta parte del país, se fue conformando un programa de desarrollo para Holguín.

“Así, poco a poco, comenzaron a crearse las condiciones para un nuevo centro de la ciudad, con plazas, universidad, edificios para las sedes del Gobierno y Partido y otros sitios de importancia social e histórica de este territorio”.

Cano aclara que es necesario abordar este antecedente, porque está muy relacionado con la decisión final del entierro cubano a Calixto García. “El proyecto inicial para elaborar el plan director del nuevo Holguín fue concebido por Panificación Física bajo la dirección y cooperación desinteresada del doctor holguinero Edmundo Azze Tillán, Premio Nacional Arquitectura 2018.

“Primero lograron unir elementos técnicos con los constructivos para, de manera paulatina alcanzar el propósito de dotar de otros atributos a esta urbe”.

Explica que varias fueron las propuestas de dónde colocar los restos del patriota, de quien José Martí dijera, que “no necesita encomio: lleva su historia en su frente herida. El que sabe desdeñar la vida, sabrá siempre honrarla”.

calixto garcía 5El pueblo holguinero rindió honores al insigne Mambí .

“Cuqui Pavón sugirió la idea de colocarlos en la Loma de la Cruz, pero los que debíamos decidir sobre este hecho trascendental, afirmamos que debía respetarse la tradición religiosa del lugar. Por lo cual, siempre estuvo entre el Partido y el Gobierno la idea de que cuando existieran las condiciones se haría la propuesta oficial a la máxima dirección del Partido en la nación”.

En la medida que el programa director fue avanzando, iba cambiando Holguín con una notable expansión por las partes este y sur. “El 8 de abril de 1979 Fidel, en compañía de Todor Zhivkov, presidente de Bulgaria, de visita por la provincia realizó un recorrido por la ciudad. Se detuvo en el Hotel Pernik, estadio, Vocacional y se produjo un mitin en áreas de la fábrica de implementos agrícolas Héroes del 26 de Julio, que había sido dotada de equipamiento de esa nación exsocialista del Sureste de Europa.

“Allí el compañero Fidel habló del desarrollo de Holguín, ya multiplicada en ese momento al anexarse el territorio minero metalúrgico de Nicaro y Moa. Pero lo más trascendental ocurrió en el aeropuerto internacional Frank País, en la despedida de Zhivko. El Comandante en Jefe se acercó a nosotros muy contento por cómo marchaba el proceso inversionista, y entre las obras que reconoció fue el estadio; entonces aseguró que los holguineros estaban en condiciones de hacerse acreedores de celebrar el 26 de Julio y que lucharan por ese objetivo.

“En ese instante faltaban 108 días para el Día de la Rebeldía Nacional, por lo cual acto seguido la Dirección del Partido y el Gobierno de la provincia nos reunimos con todas las organizaciones para emprender una ofensiva en la vida económica, política, social y de la vida en general del holguinero.

 “Lo primero era cumplir con la zafra azucarera, superior a las 700 mil toneladas de azúcar -hicimos 764 mil- y también emprendimos la construcción de la Plaza, que en ese momento no sabíamos cómo nombraríamos, para una celebración de tanta importancia y que sería en ese tiempo la segunda del país, después de la de La Habana.

“Destacar de la Plaza su formidable friso escultórico y los que lo concibieron, al escultor Delarra y arquitecto Azze, así como a los jóvenes que se le unieron en esta encomienda. Los artistas resumieron en la obra a relieve principales pasajes de la Historia y luchadores, quienes en distintas épocas participaron con el pensamiento y las armas en ristre.

“Así, con nuestra hermosa Plaza concluida y a 48 horas de la celebración del 26 de Julio en Holguín, Fidel nos informa que participarían en ese histórico acto 26 comandantes y combatientes de la Revolución Victoriosa del 19 julio de 1979 de Nicaragua.

“Asumimos el reto y aquella celebración se convirtió en un acto sandinista para regocijo del pueblo holguinero. Ya en la despedida de los distinguidos visitantes sostuvimos conversación con Fidel, Raúl y Almeida, los dos últimos ya eran partícipes de la idea del traslado de los restos de Calixto hacia Holguín.

calixto garcía 6El General de Ejército Raúl Castro Ruz junto al Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque.

“Les leímos una minuta a los tres y Fidel planteó que esa propuesta debía llevarla al más alto órgano de dirección política del país en los próximos días y orientó presentáramos todos los elementos. El Buró Político aceptó la petición y el 11 de diciembre de 1980 en parada militar, solemne, escoltado por generales de las Fuerzas Armadas Revolucionarias fue depositada la urna en la Plaza, debajo de la estrella que está en el friso y la cual representa su frente.

En esta descripción hace un paréntesis Cano Blanco, para explicar que en la parte posterior de la Plaza fue construido el mausoleo donde fueron depositados los restos de Calixto García.

“En la primera visita a Holguín del Comandante Daniel Ortega, quien no había participado en el acto del 26 de Julio, conoció de lo que se planeaba, por lo cual propuso donar adoquines de Managua, con los cuales los Sandinistas hicieron barricadas defensivas antes del Triunfo, por eso varios tienen las marcas de los impactos de proyectiles; aunque sí todos los que rodean la tumba del General de las Tres Guerras los envió el Gobierno de ese hermano país, en agradecimiento a la acogida del pueblo holguinero, de Cuba, a los combatientes centroamericanos”.

Al referirse a las honras fúnebres, Cano detalló que “en la Casa Natal Mayor General Calixto García se le rindió tributo al Mambí con guardia de honor, protagonizada por personalidades de la provincia y la última la efectuaron el General de Ejército Raúl Castro, Vilma Espín y Juan Almeida Bosque”.

Entre los datos más curiosos citó que la bandera cubana, que cubrió la urna funeraria del líder insurrecto cubano, fue la misma que Arnaldo Tamayo Méndez llevó en su viaje al cosmos y la impresionante despedida que el pueblo holguinero tributó al insigne Mambí, al paso del cortejo fúnebre por las principales calles de la ciudad hasta la Plaza.

Cuando finalmente se cumplió con el deseo expreso de Lucía Íñiguez Landín, el compañero Raúl dijo aquel 11 de diciembre de 1980: “Fue un hombre que vivió con intensidad las demandas de su tiempo, que siempre dijo sí al reclamo de la Patria, que jamás se cansó, nunca se desalentó y siempre puso por delante los intereses sagrados de la lucha cuando su vocación revolucionaria y sus condiciones de jefe y dirigente lo colocaron en encrucijadas difíciles”.

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