La Patria los contempla orgullosa

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tributo 01Fotos: Archivo

El 5 de noviembre de 1975 con el arribo a Angola de las primeras unidades de combate cubanas, en defensa de la soberanía e integridad territorial, se inició la Operación Carlota. Desde entonces a lo largo de casi 16 años, más de 380 mil soldados y oficiales y cerca de 75 mil colaboradores civiles apoyaron la independencia, fortalecimiento y reconstrucción de la República Popular de Angola.

En el recuerdo se atesoran los heroicos combates de Quifangondo, Cassinga, Cangamba, Sumbe y Cuito Cuanavales, por solo citar los de mayor connotación político-militar, así como las defensas a las largas caravanas, emboscadas por fuerzas de la UNITA y los combates aéreos ocurridos en diversas latitudes del cielo angolano. La crudeza de la guerra implicó la caída en el cumplimiento de la misión de 2 289 internacionalistas cubanos –cifra informada por el Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias.

Desde los primeros instantes, la vida de cada uno de los casi 400 mil cubanos que cumplieron misión, fue prioridad para la máxima dirección política y gubernamental de nuestro país. Así lo expresó el entonces General de División Ramón Espinosa Martín, Héroe de la República de Cuba y Jefe del Ejército Oriental, a un corresponsal de este semanario ¡ahora!: “Estoy convencido de que a Fidel es a quien más le duelen los caídos en otras tierras, y por ello nos reiteraba la necesidad de alcanzar las victorias con pocas bajas, porque son las más queridas, las más importantes, las más duraderas y que más agradece nuestro pueblo. Y eso estuvo presente siempre en todos los jefes cubanos que estuvieron al frente de las unidades en misiones internacionalistas”.

El Ministro de las FAR, General de Ejército Raúl Castro Ruz en visita a Angola en 1976 planteó: “De Angola nos llevaremos la entrañable amistad que nos une a esta heroica nación y el agradecimiento de su pueblo y los restos mortales de nuestros queridos hermanos caídos en el cumplimiento del deber”. Con ella quedó establecido el principio de que cuando la colaboración militar y civil terminara, serían trasladados a la Patria los cuerpos sin vida de aquellos que regaron con su sangre el suelo de la Patria defendida poniendo en lo más alto del mundo el ideario internacionalista de la Revolución.

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En la primera etapa de la guerra (1975-1976) a los caídos se les dio sepultura en la cercanía de los lugares donde ofrendaron sus vidas. La gran extensión y complejidad de Angola y su situación militar, y el no contar con los recursos suficientes, impidieron poder concentrar todos los restos en un mismo lugar. Posteriormente, en la segunda etapa (1976-1981) se procedió a enterrar en cementerios locales, próximos a la ubicación permanente de nuestras tropas. En el caso específico de la acción combativa de Cassinga, el 4 de mayo de 1978, se construyó un pequeño cementerio en Tchamutete para los 16 combatientes caídos. Siempre que se daba sepultura a algún compañero, se hacía con su chapilla de identificación, se dibujaba un croquis en el sitio exacto y se levantaba un acta en la cual se relacionaban los participantes en la inhumación. Ambos documentos se archivaron en la Jefatura de la Misión Militar Cubana en Angola (MMCA). Ello permitió en 1981 reagrupar los restos de los caídos y depositarlos en un mismo lugar.

Se decidió entonces que no se podía continuar dando sepultura de forma dispersa; era preciso enterrar en Luanda a todos los cubanos, por lo cual se dio la orden de construir el cementerio de la MMCA en la propia ciudad capital, quedando terminada su obra en julio de 1983. Dos réplicas de fusiles AKM a gran tamaño, una Palma Real y el Escudo de nuestro país ambientaron el lugar. Los acontecimientos ocurridos a lo largo de 1988 provocaron el viraje de la guerra. La correlación de fuerzas en el teatro bélico meridional experimentó cambios favorables para nuestras tropas. Los triunfos alcanzados por las agrupaciones cubano-FAPLA en Cuito Cuanavale, Calueque y el aniquilamiento casi total del 61 batallón sudafricano, condujeron a la firma el 22 de diciembre del propio año de los Acuerdos Tripartitos en la sede de la ONU en Nueva York. Garantizando así la independencia de Namibia, la seguridad de Angola y la paz entre los países del suroeste africano. En consecuencia, el regreso victorioso a la Patria de nuestras tropas internacionalistas.

El 8 de agosto de 1989 el Segundo Secretario del Comité Central del PCC y Ministro de las FAR, General de Ejército Raúl Castro Ruz firmó las Indicaciones No 8, sobre las medidas para la organización y ejecución del traslado de los restos de los combatientes caídos en cumplimiento de misiones internacionalistas y las ceremonias militares en sus funerales. A partir de ese momento se crearon la Comisión Política, la Comisión de Trabajo Nacional con su grupo de apoyo, así como las Comisiones de Trabajo Provinciales y Municipales, quienes tuvieron a su cargo la preparación y realización de la Operación Tributo en todo el país.

En cada territorio se construyó un Panteón de los Caídos por la Defensa, se sostuvo intercambio con los familiares de los mártires; fueron constituidas y entrenadas las compañías de ceremonias, las bandas de música, se prepararon los locales donde se celebrarían las honras fúnebre y se dispuso la logística para recibir los familiares que tuvieran domicilio en otro territorio. Además fue necesario el acopio de grandes volúmenes de flores para las coronas, la adaptación de los medios de transporte que se utilizarían en los sepelios, así como la organización de la atención médica especializada, las comunicaciones y la seguridad de los inmuebles y carreteras.

Por su parte una comisión del Instituto de Medicina Legal viajó a la República Popular de Angola, Etiopía entre otros países donde reposaban los restos de nuestros compañeros caídos con la misión de identificar y preparar los cadáveres para su posterior traslado a la Patria.

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Entre los días 27 de noviembre y el 4 de diciembre de 1989 se procedió al traslado. Tres aviones IL-76 pertenecientes a la Compañía Cubana de Aviación efectuaron los viajes entre Luanda y la Base Aérea de San Antonio de los Baños, donde se realizó la recepción total de los féretros, clasificación, desinfección y control sanitario. De los 2 289 caídos, 2 085 fueron en misión militar y 204 en colaboración civil. De ellos 863 perecieron en acciones combativas, 829 por accidentes y 597 a causa de diversas enfermedades. Un total de 95 compañeros cayeron en circunstancias en que fue imposible recuperar los cuerpos y tres se notificaron como desaparecidos.

El 6 de diciembre fueron trasladados los féretros a las respectivas provincias. En el caso de las provincias orientales se realizó por vía aérea a bordo de un avión IL-76. El mismo arribó al Aeropuerto Militar de Holguín a las 08:20 h. Fue recibido por Francisco García Ferrer, Primer Secretario del Partido en la provincia y por el General de División Ramón Espinosa Martín, Jefe del Ejército Oriental, además de otros altos funcionarios del partido y el gobierno. Un total de 184 mártires fueron recibidos con honores militares en la loza del aeropuerto. Cincuenta y tres eran del municipio Holguín, 38 de Mayarí, 14 de Sagua de Tánamo, 13 de Banes, 11 de Gibara, 10 de Moa, 9 de Cueto, 7 de "Calixto García", 6 de "Urbano Noris", 5 de Cacocum, Báguanos y "Rafael Freyre" respectivamente y 4 de Antilla y "Frank País".

La propia tarde del 6 de diciembre fueron trasladados en tres helicópteros de la Fuerza Aérea Revolucionaria, los restos correspondientes a Moa, Sagua de Tánamo y "Frank País". Hacia los demás municipio la transportación se realizó por vía terrestre, con horas de salida entre las 22:48 h y las 01:20 h del 7 de diciembre. Para ello se utilizaron 65 ómnibus, 272 carros ligeros, 48 camiones, 24 carros patrulleros y 26 motores de la policía, estos últimos encargados de custodiar las caravanas.

A las 9 de la mañana, el día que la Patria conmemoraba el 93 aniversario de la caída en combate del Lugarteniente general Antonio Maceo Grajales, el pueblo rindió tributos a los mártires en misiones internacionalistas. Muestras de dolor, respeto, admiración se suscitaron a lo largo y ancho del país. Más de 309 mil personas en nuestra provincia pasaron por los lugares de exposición de los restos en los 14 municipios, mientras que 291 mil holguineros acudieron a la despedida de duelo en los Panteones construidos para tal fin.

La Operación Tributo terminó con el levantamiento del Duelo Nacional a las 18:00 h del 7 de diciembre. En suelo Patrio, en ese mismo que guarda los restos de los héroes de las gestas independentistas, de la lucha de liberación nacional, del enfrentamiento a las acciones enemigas, descansan para siempre los seguidores del Che, los que ofrendaron sus vidas en otras tierras del mundo que reclamaron sus modestos esfuerzos.


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Comentarios  

# man Blas 07-12-2024 15:39
HONOR Y RESPETO PARA LOS CAIDOS.
Me pregunto,por que los caidos cumpliendo mision no tienen nombre en las lapidas del cementerio de Mayabe,quien podra darme respuesta,,
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