Valores o antivalores en tiempos difíciles
- Por M. Sc. Miosotis Hidalgo Font*
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Con seguridad te preguntas, cómo los valores te pueden ayudar en tiempos diferentes como el que estamos viviendo actualmente. En estos meses la palabra valor cobra fuerza sobre todo cuando las necesidades de sustento, de protección y seguridad, de afecto y otras, movilizan mucho nuestro comportamiento.
El término resalta por ejemplo con los elevados precios de artículos y alimentos necesarios para el día a día. Pero es este el valor del que hablamos? No, y sí.
Hablamos de valores humanos. Los valores se relacionan con las convicciones, el comportamiento, las acciones, el bien social y moral, las potencialidades humanas, la familia, dan sentido a nuestras acciones y existencia. Y si, estos cambian con las necesidades y experiencias de las personas. Generan satisfacción en las personas que los practican. Por eso detrás de los que elevan los precios de artículos necesarios, detrás de los que permanecen en las calles desprotegidos y sin proteger a los demás, se esconden sin dudas algunos antivalores.
Los valores se desarrollan en las personas desde la infancia, en la medida en que van creciendo y en ello influyen la familia, la escuela y la sociedad en general.
Es tiempo de que los adultos seamos conscientes de la importancia de los valores en nuestras vidas. Es vital que despleguemos nuestros mejores valores, y motivemos y enseñemos a nuestros niños la importancia de los mismos. Enseñemos a nuestros niños a desarrollar la responsabilidad, por sus tareas escolares, por las tareas hogareñas, con sus mascotas, hasta con el cuidado de una planta.
Es preciso promover la empatía poniéndose en el lugar de los otros, enseñando a nuestros niños a proteger a los ancianitos que son los más vulnerables con la nueva enfermedad que afrontamos, o cuando se les muestra que es importante colaborar con mamá porque es la que más se recarga en este y en todos los tiempos. A respetar los espacios y el tiempo de los demás pero también a expresarse con respeto y ganarse el derecho de ser respetado.
Es la ocasión para enseñar también el valor de las acciones espirituales: una llamada telefónica para preguntar cómo se siente alguien, un “te quiero mucho”, un saludo desde una ventana, leer un libro, escuchar una buena canción.
Es preciso recalcar y mostrar a nuestros niños que son precisamente los más altos valores como la solidaridad y el humanismo los que hacen que nuestros médicos estén arriesgando sus vidas, para salvar otras, en Cuba y otras partes del mundo.
Es tiempo de aprender que los valores esas piezas superiores en el engranaje de nuestra personalidad si salvan en estos tiempos difíciles.
*M. Sc. Miosotis Hidalgo Font. Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Profesora Auxiliar Departamento de Psicología, Universidad de Holguín
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