Valoración económica de ecosistemas en Holguín

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Medio Ambiente
 
El Proyecto Ecovalor (GEF/PNUD), “Incorporando consideraciones ambientales múltiples y sus implicaciones económicas, en el manejo de los paisajes, bosques y sectores productivos en Cuba” incluye entre las cinco provincias de intervención a Holguín.

Debido a que su máximo objetivo radica en promover la generación de beneficios ambientales múltiples, usa la valoración económica (VE) de bienes y servicios ecosistémicos (BSE) como herramienta para la toma de decisiones en diferentes niveles.

La Universidad de Holguín, con el Dr.C Roberto Guillermo Rodríguez Córdova, realiza cálculos imprescindibles para avanzar.

“Nosotros tenemos la responsabilidad de desarrollar la VE dentro de este proyecto. En el país no existía una política que permitiera conocer lo que implica un análisis de este tipo.
La Universidad, desde 2015 comenzó un trabajo entre el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma) y el Ministerio de Educación Superior (MES), que permite actuar sobre la valoración, sustentada en hechos ocurridos en la Isla, ejemplo, huracanes.

Tomamos como base uno que pasó por la zona de Santiago de Cuba y donde el primer secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, Raúl Castro, se preocupó por la afectación económica sufrida por el Medio Ambiente a raíz del impacto del huracán”.

¿Cómo se realiza la valoración económica de un ecosistema?
“No siempre hay una respuesta de precios de mercado, entonces han surgido otros métodos para poder determinar: Método de Valoración Contingente, Método del Costo de Viaje, y otros que permiten tener criterios en este sentido.

El trabajo es una base para toda inversión que se realice; pues, desgraciadamente, a veces hacemos inversiones y no pensamos en la incidencia que tiene en el ecosistema. El Proyecto Internacional nos ayuda a esto y por lo tanto la Universidad tiene la responsabilidad no solo de la valoración económica en esta etapa, sino también de la superación del personal, los especialistas técnicos deben estar preparados y dominar el tema.

En el Proyecto Nacional que cierra ahora hicimos los primeros trabajos en la zona objeto de estudio: Caletones, como área protegida. Ya se ha logrado un nivel de aplicación. Ahora sigue la zona de Guardalavaca hasta Antilla.

El trabajo tiene características particulares: primero se hace un estudio que le llamamos ex –ante, es decir, conocer el ecosistema plenamente, cuál es su flora, su fauna, la composición del mismo; después viene la fase relacionada con los estudios de impacto ambiental, afectaciones y daños que se producen ante factores determinados, que pueden ser de tipo meteorológico (huracán, tormenta) o los provocados por una inversión. Tras estudiar estos elementos nos preguntamos ¿qué impacto pueden producir?
Sintéticamente, incluimos tanto la VE del ecosistema sin tener ninguna afectación como de ocurrir alguna. Lo que sirve para determinar acciones a realizar en la recuperación de un daño ambiental ocurrido”.

Investigación e inversión, abrir la gaveta
“No siempre los trabajos investigativos se aplican, se engavetan. A veces la respuesta de las instituciones integra la lista de debilidades junto a la preparación del personal que debe asimilar la inversión, al no estar preparados para entender un grupo de aspectos relacionados con la ciencia. Se piensa más en los ingresos que en los beneficios del equilibrio que permite desarrollarnos económicamente sin afectar el Medio Ambiente.

Este proyecto es para el ecosistema marino-costero, pero en las áreas del estudio también hay zonas agro-productivas y en ellas no apreciamos hasta ahora el nivel de aplicación en las actividades relacionadas con el turismo. Creo que existen condiciones para alcanzar estadíos superiores. El turismo es esencial, por el cual debemos apostar, por eso ya iniciamos con la creación del Departamento de Gestión Costera y proyectos encaminados a esta área”.
 
 
 

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