Las cortinas de la necedad

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Cuba SubversionFoto: Radiobayamo.cu


En el Museo de Arte de las Américas, de la desacreditada Organización de Estados Americanos (OEA) desde el miércoles 27 de octubre y hasta el 14 de noviembre próximo, la “organización sin fines de lucro” denominada Victims of Communism Memorial Foundation (VOC) presenta una exhibición de fotos sobre la “cruel realidad en la que viven ciudadanos comunes en Venezuela y Cuba”.


Nunca saltan a la palestra pública en estos predios las confrontaciones, por ejemplo, entre el Gobierno chileno y los indígenas, cuando el presidente, Sebastián Piñera, anunció el 12 de octubre pasado la militarización total de las regiones Biobío y Araucanía, escenario del reclamo mapuche por sus tierras ancestrales.


Desde la sede del Gobierno, Piñera decretó “Estado de Excepción Constitucional de Emergencia” y los medios locales indicaron que esta decisión fue tomada por el jefe de Estado Mayor Conjunto, las Fuerzas del Orden y la Seguridad de la zona. Sin embargo, fue solicitada por los sectores más conservadores, aunque la oposición y los movimientos indígenas criticaron duramente la medida.


Nadie habla, ni acusa al gobierno de Chile porque esta medida está respaldada por el artículo 42 de su sagrada Constitución, que indica que el Presidente de la República tiene la potestad de declarar “el estado de emergencia, en caso de grave alteración del orden público o de grave daño para la seguridad de la nación” y solo en caso de que el mismo quiera extender el decreto, si deberá contar con la aprobación del Congreso.


Tampoco nadie le “sacude en la cara” a este señor su presunta participación en la venta de acciones del proyecto minero Dominga en las Islas Vírgenes Británicas, para evitar el pago de impuestos, según exponen los ya famosos Pandora Papers.


Nunca se abrió una sala de exposición, con brindis y violines, para expresar lo sucedido en plaza Baquedano de Santiago de Chile, que fue uno de los epicentros de la gran indignación de los chilenos hace dos años, ni se ilustró la situación, más allá de las fotos de la Prensa haciendo su trabajo, en las cercanías del Palacio de la Moneda, cuando Fabiola Campilla, perdió la visión por el efecto de una bomba lacrimógena durante las protestas.


Pero si el ruido (con pocas o muchas nueces) procede de Cuba o Venezuela, arquitectos y tramoyistas, que han estudiado el manual del politólogo estadounidense Gene Sharp, que explica los 198 métodos para derrocar gobiernos, levantan un escenario con vistosas cortinas de necedad y obcecación con el fin de maximizar lo negativo, sonando el gong de la protesta y la no cooperación para llamar al mundo a mirar el panorama.


Nada nuevo hay bajo el sol, en la revitalización actual de la antigua Doctrina Morroe y la pésima conformación de ese falso personaje asumido por Estados Unidos de Norteamérica sobre Cuba, como si aún estuviéramos en 1902, como si aún nuestras leyes tuvieran el grillete de la Enmienda Platt o ser gendarme universal fuera, realmente, el destino mesiánico de esa nación.


Tal es así que, créalo usted o no, la Cámara de Representantes de Estados Unidos, de mayoría demócrata, aprobó recientemente una “iniciativa” que expresa la “solidaridad” de Washington con los cubanos detenidos por los disturbios del 11 de julio, promovida por la legisladora demócrata Debbie Wasserman-Schultz, con el apoyo del republicano Mario Díaz-Balart, por supuesto ambos representantes del estado de la Florida.


En un abierto y descarado caso de injerencia en los asuntos internos de Cuba ahora este proyecto pasará al Senado para luego ser enviado a la Casa Blanca y el presidente estadounidense, Joe Biden, deberá firmarlo para que se convierta en ley. Mientras ya circulan las amenazas de sanciones por parte de Washington ante la prohibición de una marcha convocada para el 15 de noviembre, que resulta anticonstitucional en nuestro país.


Ambas acciones forman parte de la estrategia desestabilizadora, que solo se aplica para determinadas naciones del área como Cuba, Venezuela y Nicaragua. No obstante, las organizaciones de la emigración cubana y latinoamericana que en Miami integran la Alianza Martiana rechazaron los intentos de subvertir el orden interno en la isla.


La agencia Prensa Latina reseñó hace solo unos días que esta alianza afirmó que desde este país norteamericano se planifican, con millones de dólares disponibles, un complot subversivo para este 15 de noviembre, el cual pretende alterar el orden social y destruir la estabilidad política de Cuba con el apoyo de asalariados dentro de la Isla.


Pero hay quienes se creen el teatral montaje porque, desafortunadamente, en algunas prestigiosas galerías de América y el mundo, o los grandes medios de comunicación, nunca saldrán las fotos de nuestras víctimas, de los trabajadores revolucionarios apedreados y golpeados el pasado 11 de julio, o el rostro de Nancy Pavón en Boca de Samá, la del desgarro de esa madre que perdió a su hijo en el crimen de Barbados, la de “Tin” Cremata que quedó huérfano o cualquiera de los miles de afectados por otras agresiones de todo tipo.


Nuestra lucha, nuestro proyecto social, nunca se abordará desde el punto de vista del arte contemporáneo, porque en medio de tantas privaciones, de la pandemia y el bloqueo nunca nos sobrará la plata (esa por la que baila el mono) para financiar y mantener “organizaciones sin fines de lucro” como VOC, creada y financiada, por el Congreso de los Estados Unidos, al amparo de la Ley 103-199, firmada por el presidente William J. Clinton, el 17 de diciembre de 1993.

 


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Comentarios  

# Marciano Ortiz Matos 10-11-2021 09:49
Excelente su comentario.Cuando usted revisa la trayectoria de los personajes que hacen estas cosas, que podemos encontrar, los más indeseables y corruptos señores de las americas, quienes hacen de la vista gorda ante todas las barbaridades que se cometen en nuestra America por no irnos más lejos, les conviene ver lo malo en el ojo ajeno mientras el de ellos está podrido.
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