Regalarte alegría

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alegría

Nada mejor que regalarte alegría cada día, tal vez la primera enseñanza debería ser algo tan esencial como aprender a “ser felices”, a pesar de tantos pesares.

La sonrisa es una herramienta que proporciona alivio de una manera natural, muy aconsejable para sentirse bien, por un ambiente acogedor, algo gracioso o estar contento, emocionado por determinados acontecimientos y, así, hay infinidad de situaciones que pueden aprovecharse para alegrarse y que casi siempre salen uno mismo.

Es realmente un poder mágico, pero no un estado natural de la existencia, de ahí la valía de la autorresponsabilidad, sin culpar a nadie.

En reiteradas situaciones, hay quienes alejan la felicidad, no se sienten realizados con nada y solo la tejen con complejas telas de arañas con riquezas, como dueños de la modernidad y las tecnologías, sin el más mínimo sacrificio.

Es importante cultivar las emociones positivas que permiten conectar con los demás para sobrevivir como especie, por eso deben incrementarse los abrazos, frases amables, caricias, amistad, amor… para apartar las inquietudes negativas, el miedo constante al fracaso, la tristeza al reconocer que algo va mal.

Muy preciso es lograr proyectar una imagen más segura cada día y aumentar la autoestima. El optimismo siembra confianza, abnegación, altruismo a favor de las relaciones familiares, laborales, sociales, al lograr las fuerzas necesarias para seguir adelante, para motivarte incluso cuando todo te insta a no salir ni de la cama.

Puedes tener la satisfacción entre las mejores medicinas que puedes regalarte, tanto a ti como a quienes te rodean, para vencer adversidades.

Las excelentes cosas, en muchas ocasiones, no se programan, llegan de forma espontánea, a favor de vencer, sobrevivir, derrotar los pensamientos negativos desde lo individual, producen alegría, cuando el miedo empuja a huir.

Deben eliminarse los focos de estrés e insatisfacciones, marcar metas realistas, demostrar siempre con satisfacción lo que eres, sin ignorar los límites, alejarse del perfeccionismo, disfrutar tu realidad, ser agradecido, como vías de expansión, para liberar las cargas nocivas y de vivir en equilibrio, armonía y la mejor serenidad.

Es muy posible que la auténtica felicidad ya esté a su lado… ¡cuídela y defiéndela!

Reflexionemos con Kahlil Gibran, poeta libanés: “Cuando te sientas feliz, mira al fondo de tu corazón, y verás que lo mismo que te dio dolor, te está dando alegría. Cuando te sientas triste, mira otra vez dentro de tu corazón, y verás que en verdad estás llorando por aquello que te había dado placer.

Thich Nhat Hanh, poeta vietnamita, expresó: “A veces tu alegría es la fuente de tu sonrisa, pero a veces tu sonrisa puede ser la fuente de tu alegría”; mientras, la premio Nobel de la Paz, Madre Teresa de Calcuta: “Cada vez que le sonríes a alguien, es un acto de amor, una regalo para esa persona; algo hermoso”.

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 Hilda Pupo Salazar
Author: Hilda Pupo Salazar
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Periodista especializada en temas de educación y valores. Autora de las columnas Página 8 y Trincheras de ideas.

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