¿Dengue u Oropouche?
- Por Lourdes Pichs Rodríguez
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Holguín se mantiene entre las provincias del país con mayor determinación de casos sospechosos de dengue y Oropouche; sin embargo, lo que más preocupa es el subregistro de estos arvovirus, porque hay pacientes que quedan en casa sin saber si tienen una u otra enfermedad y, lo que es peor, sin una orientación médica adecuada de la actitud a adoptar ante determinados síntomas.
Muchas de las personas con malestar general, fiebre, dolores en las articulaciones y la cabeza; vómitos, diarreas y otras signos, cuando alguien sugiere que acuda al médico responden: “es por gusto, si no hay nada para mandar”, y, ciertamente, faltan determinados medicamentos y reactivos; no obstante, los especialistas pueden realizar un diagnóstico por las sintomatologías referidas y así indicar qué conducta asumir.
Después de ser evaluado el enfermo, ante todo debe reducir al mínimo el contacto vector-paciente, por lo que es imprescindible que descanse bajo mosquitero, cubrirse con ropas brazos y piernas, al igual que las demás personas de la casa; emplear insecticidas, realizar el autofocal en las viviendas y sus alrededores y tapar recipientes donde se almacena agua, entre otras medidas.
Recordar que el dengue se trasmite por medio de la picadura del mosquito Aedes aegypti, que pica a una persona infectada por el virus, luego el vector contaminado puede propagar el virus a otras personas al punzarlas con sus aguijones.
Los síntomas suelen aparecer entre cuatro a 10 días luego de la infección y duran de dos a siete y entre los más frecuentes están: fiebre elevada y sostenida; dolor intenso en la cabeza, detrás de los ojos y musculares y articulares; vómitos, náuseas y sarpullido; pero la fase grave, por lo regular, puede afrontarse al desaparecer la fiebre, al sobrevenir dolor abdominal, respiración acelerada, sed, vómitos y heces con sangre y hemorragias en las encías o la nariz, entre otros, que de no atenderse a tiempo y recibir asistencia médica especializada, el paciente pone en juego su vida.
En tanto que la fiebre de Oropouche, es trasmitida a través del mosquito cúlex y el jején culicoide, que una vez infectado al picar a una persona inicia un período de incubación de tres a ocho días, antes de aparecer los síntomas.
Después inicia el período de estado de la enfermedad que se manifiesta por fiebre, toma de estado general, cefalea (particularmente detrás de los ojos) y dolores en la espalda, musculares y articulares; náuseas, vómitos y fotofobia (molestia al exponerse a luz intensa).
Entre las complicaciones más graves están la meningitis y encefalitis (inflamación de las meninges, cerebro); sin embargo, ambos cuadros, aunque serios, suelen tener un curso benigno.
Como se aprecia, esta enfermedad (Oropouche) tiene síntomas parecidos a otras, que son más graves y si las personas no asisten al médico no es posible detectar los primeros casos o descartar dengue, que sí es necesario diferenciarlo, porque puede haber pacientes graves o muy complicados hasta fallecimientos, según alertó la doctora María Eugenia Escobar, especialista de Segundo Grado en Higiene y Epidemiología.
Hoy, las altas temperaturas junto a las lluvias y los problemas afrontados con ciclos extendidos en el abasto de agua, que obliga a almacenar el líquido en recipientes muchas veces inadecuados; problemas en la recogida de desechos sólidos en los barrios y en la limpieza de fosas, complica el medioambiente con la presencia de vectores y por ende el peligro de enfermar.
Ante este complejo escenario, resulta necesario aumentar la percepción de riesgo por parte de las familias, que deben hacer el autofocal para eliminar posibles criaderos de mosquitos y ante cualquier sintomatología que indique la sospecha de estar en presencia de dengue u Oropouche acudir al médico, quien es el indicado para realizar un diagnóstico oportuno y decir qué hacer al paciente.
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