¡Tírate una foto, compay!
- Por Rosana Rivero Ricardo
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No, y la madre como siempre, defendiéndolo. ¡Chica!, que así no se crían a los machos. Y ella, más repetitiva que Multivisión. Ya lo tenía obstina´o con su jerga médica. Que si estaba “más atrás que la retina” o “más lento que un suero a tres gotas” para entender “las cosas de ahora”.
Aquella idea era incomprensible. El niño no iba a tener fotos de 15. Cuando más una fiestecita con los amigos. ¿Qué es eso de estar posando? Eso le va bien a las muchachitas que las peinan y las visten bonito. Si dependía de él, no se iba a gastar en la casa ni un solo peso.

Dale mija, olvídate de eso. Sácale de la cabeza esa idea al muchacho, si tendrás más oportunidades con tu hija de hacer fotos de estudio qu’el cará.
Y ella más insistente que un dolor de muela por la madrugá. Que si la igualdad entre el hombre y la mujer va en las dos direcciones y los varones también tienen derecho. Que unas veces se es nalga y otras jeringuillas. En el trabajo sería otra cosa. Pero en la casa… tenía que aguantar todo lo que viniera. La sesión de fotos ya estaba programada.

Papi, las fotos van. Tú sabes que yo nunca he andado con complejos y eso es una decisión que no me hace menos hombre. ¿Por qué tú crees que estoy “comiendo hierro” desde hace una pila´e meses? Yo pongo una mirada agresiva así, y una pose de galán de novela brasileña y contraigo bíceps y tríceps y las fotos quedan escapá. Eso es un recuerdo pa´to´ la vida. Para cuando yo sea viejito, así como tú, poder decir: Mira, yo también tuve 15.
Que no, que no me van a convencer. Dale, viejo, si queremos una foto de familia. ¡Qué va!, ni pensarlo. Y con la niña vayan cogiendo la cola, porque tampoco voy a permitir que a los 15 le tiren fotos enseñando hasta los empastes. Hay que mostrar la belleza y hasta alguito de sensualidad. Pero bueno es lo bueno, no lo demasiado…
Pero tú también, Manolo. Oye, ni en el trabajo... Claro que tengo la razón... ¿Qué tú le hiciste fotos a tu hijo? ¿Y te tiraste una foto con él? Ah, las traes en el teléfono… Sí, quedó muy bien, si parece un Brad Pitt hecho en Cuba… No, no, claro que ustedes son hombres… Está bien. Lo voy a pensar.
Aquella misma noche Artemio Sepúlveda, preguntaría la dirección del estudio que, con un Elpidio Valdés montado sobre el “naranja manchado”, promocionaba su especialidad en fotografía para jovencitos con un: “Tírate una foto, compay”.