A Mayarí se mudó la solidaridad
- Por Rosana Rivero Ricardo
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Mayarí tiene muchas cosas. Es el municipio más grande de Holguín y tiene un programa de desarrollo integral. Allí se toca el son de manera exclusiva. Por eso, tiene un festival nacional del género. También presume de Los Planos Inclinados, maravilla de la ingeniería férrea y del Salto del Guayabo, uno de sus atractivos naturales.
Pero este 27 de octubre, Mayarí tuvo algo más: la presencia de la X Brigada Artística Internacional de Solidaridad “Los mapas del alma no tienen fronteras”. Al bautizado como “Vallecito florido” se fueron el jazzista Leon Quince Allen y el proyecto Bamboo Bike, ambos de Estados Unidos. También estuvo el flamenco, con la Compañía Mónik Dance.
“La Guantanamera”, al estilo de la Banda Municipal de Concierto, recibió al joven Leon, quien luego interpretó dos solos con la trompeta. Se sumaron después el bajo, la guitarra eléctrica, la percusión, la flauta, el saxofón para interpretar la música del Benny.
“!Qué rico suena esto, caballero!”, dice un mayaricero rellollo que reconoce que Leon “tiene mucho de cubano”. El jazzista suelta la trompeta y pone a sonar los tambores. Y luego se pasa a la percusión. Y de nuevo a los tambores, en una improvisación infinita que anhela no acabe.
Dice Leon que este es su segundo viaje a Cuba, pero ha sido más especial que el anterior, porque ha tenido mucha más interacción con el pueblo.
El percusionista de la Banda, Ramón García, siente que fue un intercambio magnífico: “Ha sido un honor compartir con él. Fue un reto y a la vez un aprendizaje. Se siente la influencia del jazz y el blues en la música que hace, pero lleva muy bien la cubana”.

La influencia de la Isla en León no es fortuita. Lleva muchos años investigando la cultura cubana, que considera una de las más grandes del mundo.
“Tuve la oportunidad de conocer a músicos cubanos en Chicago cuando era muy joven y eso cambió mi vida. Aunque nací y crecí en Estados Unidos, me siento tan cubano como ustedes”, comentó.
Acotó el jazzista que disfruta venir a la Fiesta de la Cultura Iberoamericana, pues en su opinión, la ciudad de Holguín, Mayarí, Bariay, Guardalavaca es la Cuba real.
Otra gran sorpresa para los mayariceros fue la presentación, en vivo y directo, de una bicicleta de bambú, diseño del norteamericano Craig Calfee, pero fabricada con la más resistente caña cubana. El que quiso la montó y comprobó sus potencialidades: liviana, cómoda, segura, no se poncha porque lleva resina en sus gomas y, sobre todo, es muy original.
La jornada artística concluyó con la presentación, en la Casa de la Cultura, de la Compañía Mónik Dance. El influjo de la península ibérica se sintió en el repique de los tacones y en la actitud y los vestidos de las bailarinas españolas, “nací´as” y “crí´as” en Cuba.
La acogida del pueblo mayaricero a la X Brigada Artística Internacional de Solidaridad no pudo ser mejor. Como fértil tierra de cultura, la despedida estuvo a cargo del talento local del territorio.