Manejar sin complejos
- Por Flabio Gutiérrez Delgado
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Transitar por las calles holguineras donde las miradas indiscretas y la desconfianza estaban en cada esquina, era lo más frecuente para Gilma Pérez Pérez, quien a golpe de pasión y entrega ha tenido que sortear costumbres para cumplir sus sueños.
No es habitual ver a una mujer conducir un transporte público y menos un ómnibus, pero esta tradición no constituye barrera para una persona que se ha propuesto metas, donde las principales limitaciones radican en estereotipos negativos de siglos anteriores.
¿Por qué esta profesión?
Esa pasión por manejar viene desde pequeña, porque mi padre también fue chofer profesional y con él aprendí a crear mis principales habilidades detrás del timón, pues viajé mucho en sus carros y en los campos donde había posibilidades me daba las oportunidades.
Mi esposo, con quien llevo aproximadamente 20 años de casada, también realiza esta labor en la empresa ECOI-17 y fue otra motivación para que yo incrementara mi pasión por manejar carros grandes.
¿Cuándo decides que ese iba a ser tu futuro?
Eso era algo que yo siempre había querido, pero usted sabe, no es muy común ver en Cuba a una mujer manejando y menos un carro grande, pero mucho menos en un transporte público.
Comencé muy joven mi vida laboral en la Empresa Poligráfica José Miró Argenter como auxiliar general, pero desde el año 2011 tenía mi licencia de conducción en la categoría B, o sea, para autos ligeros; en el 2015 apruebo la C (camiones) y en el 2018 obtengo de la D (ómnibus), aunque se me venció la de motos (A). Sonríe.
Trabajé junto a mi esposo en su empresa y allí también tuve posibilidades de manejar algunos vehículos, como para no perder la costumbre y así estuve todo ese tiempo, hasta que vi por la televisión la noticia de la mujer en la Habana que comenzó a trabajar en Ómnibus Nacionales. Entonces me convencí que yo también podía.
¿Cómo llega la opción de trabajar en Ómnibus Holguín?
Antes de que se diera a conocer la noticia de la compañera en La Habana, yo trabajaba en la tienda de TRD “La Hogareña”, como auxiliar general, pero venía a la UEB Ómnibus Holguín a preguntar si había plaza de chofer, nunca dije que era para mí, simplemente preguntaba, me decían que no había y me iba. Así sucedió tres veces.
Finalmente me entrevisté con el Director de la UEB, en aquel entonces era Carlos Rodríguez Pérez. Me preguntó por qué plaza yo optaba, que funciones yo había realizado, como para vincularme a algún departamento de la entidad, pero mientras me interrogaba, yo le dije que quería ser chofer, que ya había una mujer en Cuba y yo tenía los requisitos para trabajar igual que ella.
Carlos se asombró, me miró, nunca me dijo que no, al contrario, me apoyó, pero me afirmó que eso tenía que consultarlo con la Dirección Provincial de Transporte, porque en Holguín no existía esa experiencia. Felizmente el 18 de diciembre de 2018 me hacen el contrato.

¿Cómo fue esa primera experiencia?
Para comenzar a trabajar en la entidad tuve que pasar el carro escuela en las dos guaguas, por la mañana manejaba la Yutong grande y en la tarde hacía el recorrido en las Dianas, siempre con los profesores al lado, en las rutas P-1 y A-6 respectivamente.
Normalmente esos exámenes son de una semana, 15 días cuando más, pero yo estuve en el carro escuela 36 días. Mis compañeros bromeando me dicen que tengo el record, de lo cual no me arrepiento, porque como quiera tenía que esperar el regreso de los carros para parquearlos o llevarlos a habilitar, como únicas opciones de adaptarme a sus características.
Al inicio no todos los choferes me daban el ómnibus para llevarlos a parquear o habilitarlos, quizás por temor a que yo fuera a chocarlo, hacerle algún daño, no sé, nunca me dijeron las causas, pero siempre tenían una justificación, lo cierto fue que con el tiempo comenzaron a confiar en mí.
Primero hice mucha práctica aquí dentro de la base junto a los profesores, haciendo maniobras para demostrar mis habilidades y reacciones ante cualquier situación, hasta que vieron que podía salir a la calle a conducir un ómnibus con personas.
El primer día me monté en el recorrido de la ruta P-1 a las 6:00 am con el profesor Jesús Caballero, prestigioso chofer de muchos años de experiencia; conocí el recorrido, las paradas que tenía y el tiempo que debíamos demorar para regresar a la base.
Cuando uno domina lo que hace, no se pone nervioso, pero cuando tienes muchas personas mirando lo que estás haciendo, tiendes a intimidarte, pero ese día estaba tranquila, aunque en las esquinas complejas, sí me ponía un poco tensa, pero me fue bien.
Así estuve ese período, aprendiendo en la Yutong en horas de la mañana y luego en la tarde salía en la Diana, esta última un poco más cómoda porque son más pequeñas, sin embargo; las que me gusta manejar son las guaguas grandes.
Comencé como chofer parqueadora, pero desde el mes de marzo de 2019 conduzco el carro que traslada a los trabajadores de nuestra UEB, con la esperanza de estar fija en la plataforma, o sea; conducir alguna ruta de la ciudad, aunque lo he hecho esporádicamente por diversas causas que he tenido que asumir.
En la actualidad soy la encargada de buscar y llevar a los choferes que transportan al personal de salud, pacientes y otros trabajadores que no han detenido sus tareas en esta etapa de pandemia.

¿Háblame de la familia y como aceptaron la noticia de su nuevo empleo?
Yo vivo en la comunidad El Jardín, ubicada cerca del Instituto Politécnico Calixto García Iñiguez, conocido por ITH, con mis tres hijos y mi esposo, quien también maneja un carro para trasladar el personal de su empresa, es decir, me desarrollo en un ambiente de choferes y carros.
Mi hijo mayor de 22 años se graduó como chapista, el segundo de 18, cumple con el Servicio Militar Activo, es técnico mecánico, ya tienen licencia de conducción y es pasión lo que tiene también con las guaguas, mientras la hembra de 15 años, todavía está estudiando.
Antes de comenzar a trabajar mi familia me apoyó, porque sabían que me gustaba manejar, quizás pensaron que nunca me aprobarían, pero cuando llegué a la casa con la noticia, mi marido se asombró y no lo creía, pero poco a poco lo fue asimilando.
¿Cómo has logrado estrechar tus responsabilidades en el hogar con el trabajo?
Eso tiene que ser con el apoyo de la familia. Yo soy la vicepresidente del Consejo Popular de Edesio Pérez, donde además soy la Delegada de la Circunscripción 94, con gran actividad en esta etapa de pandemia ante las movilizaciones que se han realizado por la propagación de la COVID-19.
Trabajar de noche días alternos, atender la familia y las responsabilidades en la comunidad, implica sacrificio, pero siempre que se haga con satisfacción, el resultado será positivo.
Comentarios
Mi mamá quería ser tractorista, me gustaría ver holguineras conduciendo combinadas, cañeras o arroceras, y trenes. Seguiré vuestros artículos, periodistas holguineros. Éxitos para todos.
Es un ejemplo a seguir como chofer y como profesional del transporte.