Producir, se puede
- Por Maribel Flamand Sánchez
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¿Cómo proponer incrementos productivos sin tener contratadas las materias primas? La respuesta le llegó desde la presidencia de la asamblea, sin embargo resultó más aleccionadora la que, sin proponérselo, dieron varios de sus compañeros al compartir con el colectivo propuestas consideradas para ese crecimiento.
Plantearon la posibilidad de fabricar tornillería, artículos varios y útiles para el hogar a partir de la recortería de alambres y otros metales abarrotados en el patio de la fábrica, de cultivar para el autoconsumo terrenos aledaños en los que hoy pululan la mala hierba y la basura y de encadenamientos productivos para incorporar producciones nuevas, como indican las medidas aprobadas para el perfeccionamiento de la Empresa Estatal Socialista, “porque como están las cosas no podemos sentarnos a esperar que los insumos nos lleguen por la ´canalita.”
Tal es el espíritu que debe primar en las asambleas para la presentación y análisis de los planes y presupuestos, proceso iniciado el 15 de enero pasado y por concluir el 31 de marzo, ante las circunstancias complejas que provocan la entrada tardía o no llegada al país de materia prima, insumos, piezas, partes y tecnologías necesarios para la marcha de los procesos de creación de bienes y servicios y de lo cual no escapa prácticamente ningún sector.
En cuanto al cumplimiento del cronograma e índice de asistencia las asambleas marchan bien en la provincia, pero, aun cuando estos indicadores son importantes, lo esencial radica en qué ocurre en estos parlamentos obreros, qué se discute, el aporte de propuestas colectivas para la solución de las problemáticas materiales y romper las ataduras formales que entorpecen el buen desempeño sindical y productivo de los colectivos.
Aparejado al cumplimiento del plan y la observancia del presupuesto se necesita crecer con rubros exportables y disminuir la compra en el exterior de cuanto se pueda crear en la Isla, para eso se necesitan también ideas novedosas y mecanismos innovadores, demandados igualmente para conseguir el ahorro de todo tipo de recursos y energía eléctrica.
Uno de los ejemplos más eminentes de que sí se puede lo dieron nuestros científicos al crear en tiempo récord las vacunas contra la Covid-19, pero los tenemos inmediatos, en entidades como las fábricas de Motores Eléctricos de Cacocum y la Héroes del 26 de Julio, ambas de la Empresa Mecánica del mismo nombre.
Al llamado del Presidente de la República de resistir y desarrollarse responden en el territorio también la Unidad Empresarial de Bases de Bebidas y Refrescos (EMBER), Conservas Turquino, Expo Holguín, la Empresa de Servicios Ingenieros DIP-Trasvase, Materias Primas, el Combinado de Periódicos José Miró Argentes, entre otras, referencias en encadenamientos productivos, creatividad e innovación, sustitución de importaciones, búsqueda de nuevos mercados para exportar y crear mejores condiciones a los trabajadores…
Se trata de excepciones que han de convertirse en regla, sobre todo aquellas treintenas de empresas con pérdidas, a partir de la generalización y sistematización de las experiencias fructíferas, con ciencia e innovación para alcanzar el progreso necesario.
Por todo ello las asambleas han de ser talleres de ideas, laboratorios para consensuar alternativas y compensaciones para las carencias de recursos, espacios para dilucidar las iniciativas de los trabajadores en defensa del plan del presente año.