Sin tregua para proteger al pueblo
- Por Yanela Ruiz González
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No pocas veces se escuchan expresiones como “hay que poner mano dura a la delincuencia”, “no puede haber impunidad con quienes aplican precios abusivos”, “las leyes se hicieron para cumplirse”, “¿Hasta cuándo vamos a permitir que pululen las indisciplinas y el desorden?”
Ante la dura crisis económica que vive el país la situación de forma general se ha tornado en extremo compleja y son muchas las necesidades que afloran en la población, que busca resolverlas de alguna manera.
Sin embargo, no por difíciles las circunstancias se justifican las violaciones ni las incongruencias del accionar de muchos con lo establecido, pues si bien el país no tiene todas las respuestas para suplir cuestiones básicas, lo que para nadie es un secreto, se han buscado alternativas y permitido flexibilidades para propiciar el acceso a productos e insumos que por la vía estatal se dificulta disponer en sus establecimientos, y en otros casos, se ha tratado de organizar lo poco para que llegue a más o los más necesitados, siempre con el debido respaldo para que se cumpla ordenadamente.
Las medidas adoptadas han tenido ese fin, pero este empeño muchas veces se distorsiona. Manos inescrupulosas se arrojan el derecho de hacer y deshacer, sin importar a quienes afectan, porque como dice el dicho “a río revuelto ganancia del pescador”. Surgen entonces una serie de ilegalidades, violaciones e incumplimientos que dan al traste con el bolsillo de cualquiera, el orden, la organización de la sociedad y la tranquilidad de quienes trabajan honradamente.
Sumado a ello, el poco respeto por el cuidado de los bienes comunes y del entorno y la indisciplina desmedida en todos los ámbitos se ha enraizado de una manera que lo anormal parece normalizarse.
En los últimos tiempos en la provincia se percibe un incremento del robo en bodegas, centros laborales, incluso en viviendas con moradores. El vandalismo contra infraestructuras externas de la Empresa Eléctrica ha sido recurrente. El robo de cables y aceite dieléctrico figuran en la lista de las afectaciones a esta entidad. ¿Y qué decir del hurto y sacrificio ilegal de ganado mayor o de las innumerables indisciplinas en nuestras calles, como las discotecas rodantes en que se han convertido las motorinas?
La batalla para hacer frente a este panorama debe ser constante. No cabe la tregua. Lo ha demostrado el Ejercicio de prevención y enfrentamiento al delito, la corrupción, las ilegalidades y las indisciplinas sociales, que desde el pasado lunes se realiza en la provincia con el concurso de autoridades administrativas, y organizaciones políticas, sociales y de masas, de control popular y comunicacionales.
Por solo citar un ejemplo de los resultados como parte de las acciones intensificadas en estas jornadas, fuerzas del Minint impusieron más de 600 multas por infracciones del Código Vial, además más de 20 personas fueron apercibidas por conducir sin licencia, se retiraron matrículas a medios de transporte por diversas violaciones y se ocuparon 17 motorinas en calidad de depósito.
Hubo más detenciones de personas que se dedican al expendio de medicamentos controlados y tres ciudadanos fueron imputados por tráfico de drogas. En la controvertida calle 13 del reparto Sanfield, de la capital provincial, se realizaron operativos que permitieron detectar hechos como estos.
Los grupos de trabajo comunitarios aplicaron medidas profilácticas a más de un centenar de ciudadanos por su proclividad a la comisión de hechos delictivos y se realizaron, de conjunto con el CENCOP, conteos de ganado mayor que permitieron identificar violaciones registrales y de procedimiento. Fueron multados los responsables.
Las redes sociales dieron fe de cuanto se hizo en algunos territorios como Sagua de Tánamo, Gibara, “Rafael Freyre”, Holguín y Moa en relación a controles a la seguridad y protección física de entidades, entre otras cuestiones que arrojaron un sinnúmero de transgresiones como trabajadores irregulares sin contratación y garantía laboral, dificultades con el pago por pasarelas digitales y prestación de servicios de transporte sin licencias operativas, sobre todo en horarios nocturnos, lo que también constituye evasión fiscal.
El llamado de las máximas autoridades ha sido claro, los holguineros no podemos ser espectadores ante estas situaciones nocivas que atentan contra la seguridad y el orden interior, sino activos y proactivos en las soluciones a los problemas. El ejercicio es la mejor evidencia de que el enfrentamiento al delito y a las desobediencias es tarea de todos, incluido los jóvenes, para proteger al pueblo.