Bolsos, guardabolsos y otros entuertos

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La entrada a la mayoría de las tiendas recaudadoras de divisa en Holguín vuelve a convertirse en un problema, sobre todo para el cliente que lleve una cartera, jaba o bolso. Primero, porque está prohibido el acceso con ellos a unidades de cualquier cadena y en segundo lugar, por las pocas taquillas habilitadas, cuyos espacios son, además, insuficientes para atender la demanda de un público in crescendo hacia un mercado prioritario.
 
Desde la instauración de esa política, nacida casi al unísono con la red de comercio minorista en cuc en la década de los ´90, muchos han sido los inconvenientes alrededor de la medida, que hoy pasa por incongruencias entre establecimientos de una misma cadena.

Por ejemplo, en determinadas tiendas con sistema de autoservicio ahora mismo te dejan ingresar con el bolso y al salir el portero lo revisa y si compraste alguna mercancía confronta el comprobante con lo adquirido (La Hogareña, El Encanto y otras pequeñas); sin embargo, en otras similares un “No puede pasar con cartera”, dicho alto y fuerte por el trabajador de la puerta, deja petrificado al cliente, que esa unidad dejó de prestar un servicio y niega un derecho.

No obstante, lo más criticado es instituir una prohibición sin antes crear las condiciones necesarias para garantizar su cumplimiento, es decir, habilitar la suficiente cantidad de guardabolsos y de taquillas con la capacidad necesaria para asumir la demanda de la población, que en ocasiones acude a esos sitios a recibir otros de los servicios complementarios prestados en esos lugares, como el de la Western Union.

Constan varios casos notorios. La tienda Modas Praga, una de las más populosas de Holguín, solo dispone de un minúsculo pasillito con pocos estantes, muchas veces ocupados “eternamente” por asiduos al lugar, sin contar los maletines y otros bultos grandes, que permanecen en el piso; algo similar en cuanto a poca capacidad sucede con el guardabolsos de Las Maravillas y el de la Luz de Yara, otros dos grandes comercios.

Estas, junto a otras ineficiencias en esos espacios, conllevan a largas colas para recibir ese ya imprescindible servicio si precisa ingresar a cualquiera de esos mercados y después, al salir, otra espera insoportable para recoger las pertenencias dejadas, las que dicho sea de paso, ninguna puede ser de alto valor, como dinero o prendas, pues no se responsabilizan con su cuidado y ni hablar del horario de almuerzo de los empleados de esos espacios.

La pertinencia o no de los bolseros es un tema con muchas aristas, entre ellas, la esgrimida por directivos de las diferentes cadenas (Tiendas Caribe, Panamericanas de Cimex y Caracol), que alegan su eficacia para evitar la sustracción de productos por algunos clientes, sin previa liquidación. Es cierto, que se han dado casos e historias hay muchas para contar sobre el encubrimiento de mercancías en los lugares menos pensados del cuerpo, pero lo que sí no puede pasar es que desde la misma prohibición de entrar a un establecimiento con cartera ya se violente la muy esgrimida desde hace algunos meses Protección al consumidor.

Y si de Protección al Consumidor se escribe y habla, en esta red no es solo el tema de los guardabolsos el que está incidiendo en el buen servir y atención de los clientes. En el olvido de no pocos dependientes ha quedado, el "Buenos días", "en qué puedo servirle", “mire este artículo es mejor, porque…” o el "vuelva pronto", que en sus inicios era recurrente escuchar.

En esta semana de recorrido por algunas de las unidades del casco histórico fuimos testigos de hechos, que antes era imposible presenciar sin el menor recato entre el personal que entraba al sector después de un riguroso proceso de selección y preparación. Ante ellos no nos quedamos impasibles, llamamos la atención en el momento exacto a los transgresores de elementales normas del buen hacer y de la ética.

Pensaba durante ese periplo que si muchas de las infracciones cometidas a diario en esta red las observa el cliente menos avezado en esos menesteres, ¿cómo no las detectan y combaten los directivos de esas unidades y los demás trabajadores en el justo instante de suceder el hecho? No se entiende ni nadie pude justificar esto.

Recordar, que aunque se use muy poco, no ha pasado de moda aquel eslogan de los años ´80 de “Mi trabajo es usted”, reiterado en todas las prestaciones de servicios y red de comercialización de productos, porque siempre nada podrá cambiar que lo más importante para un dependiente deberá ser el cliente.

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Comentarios  

# ada flora oliva escalona 23-12-2019 05:59
Lourdes felicidades por el articulo eres una lider en el periodismo esperemos resultados
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