Solidaridad en tiempos de la COVID-19
- Por Hilda Pupo Salazar
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La solidaridad requiere imponerse contra los efectos devastadores de la pandemia covid-19. Como dijo el doctor Tedros Adhanom, máximo dirigente de la OMS: “solo juntos podemos vencer la enfermedad, luchar unidos por un bien común es importante”.
Mientras hay países con casos limitados de los afectados, otros tienen colapsados los sistemas sanitarios, para un desolador panorama del mundo, como nunca antes en toda su historia.
Apoyo de brigadas médicas de algunos países, los donativos de medios de protección, recursos de higiene, para los pobladores y personal de hospitales, pero el antónimo a ese sentimiento es el egoísmo.
Actuar con individualismo es pensar en su persona y olvidar a las mayorías, es priorizar a quienes tienen dinero y puedan pagar (aquí incluyo el precio del tratamiento completo de la COVID-19 en algunos países). La prepotencia es dañina siempre, más ahora y conspira contra la hidalguía.
La solidaridad no solo es para el exterior, nacionalmente hay ejemplos positivos y negativos. Los primeros suceden al fabricar nasobucos con recursos propios y brindarlos gratuitamente en la comunidad, sin embargo otros prefieren venderlos.
Campesinos que dan, sin costo alguno, parte de sus cosechas o animales a enfermos y aislados o personas, que atienden a núcleos vulnerables en alimentos o medicamentos.
Están, también, los vecinos, familiares, amigos o compañeros que comparten sus pocas tenencias con otros, eso los engrandecen y dicen mucho de sus valores.
Contrario a los buenos gestos, están quienes aprovechan los complejos tiempos en que vivimos, para lucrar con los males ajenos. Acaparan, hurtan recursos estatales, solo para beneficio propio, manipulan pesas, ponen altos precios y especulan con recursos muy imperiosos, cuando tender la mano, a quienes más lo necesitan, es lo más convenientes, ahora.
Hay un concepto martiano que no debemos olvidar: “patria es humanidad”. El Maestro dijo al respecto: “Cada cual se ha de poner, en la obra del mundo, a lo que tiene de más cerca, no porque lo suyo sea, por ser suyo, superior a lo ajeno y más fino o virtuoso, sino porque el influjo del hombre se ejerce mejor y más naturalmente en aquello que conoce y de dónde le viene inmediata pena o gusto; y ese repartimiento de la labor humana, y no más, es el verdadero e inexpugnable significado de la patria.”
Una forma de ser solidarios es tener conductas que signifiquen cuidar a los otros. Podemos reflexionar juntos: Será mejor sentirnos ridículos por haber exagerado, que estúpidos por no haber actuado.