Idealización
- Por Hilda Pupo Salazar
- Hits: 4326

Idealizar a personas, realidades o escenarios como modelos ideales, muy superiores a los tuyos, puede envolverte en inconvenientes.
Suponer cualidades choca con las realidades, porque al fantasear las circunstancias se desmoronan y hasta consiguen ser traumatizantes con frustración, decepción, dolor, tristeza, ansiedad o enojos.
La imaginación vuela, pero la realidad es contundente ante lo “perfecto” anhelado, como el paraíso que, muchas veces frustra a las personas al esperar encontrar lo sublimado.
Al compararnos, estamos idealizando los elementos de la otra persona, es decir, adoptamos una posición inferior en relación con el otro. Por tanto, en esta posición, no nos valoramos y hasta se llega a subestimar cualidades de uno mismo.
Es fundamental desarrollar tu propio criterio como un estilo de comportamiento, para así sentirte cómodo con tus emociones y no dejarte llevar por otras opiniones, ni permitir influencias ajenas y, menos, por ese anhelado mundo virtual.
En la vida hay límites y requieres saberlo bien, además de aprender a enfrentar los riesgos, equivocaciones, valorar correctamente los éxitos, así como los aspectos positivos desde el sacrificio propio, que permita apreciar tus aportes, condiciones, virtudes y reconocer que, aunque diferentes de los otros, son igualmente valiosos.
Puedes cuestionarte: ¿Qué te falta en tu vida? ¿Qué necesitas o anhelas? ¿Cómo es tu escenario? Sí estas rodeada de amor, comprensión, cariño, con vibras favorecedoras de la espiritualidad, al responderte, desde el realismo y la sinceridad, llegarás, por tus verdaderos sentimientos, a una ideal conclusión sobre si vale la pena fantasear o es preferible vivir en equilibrio.
Óscar Galicia Castillo, profesor e investigador del Departamento de Psicología de la Universidad Iberoamericana, en la Ciudad de México, destaca que la fantasía, imaginación y planeación son funciones muy evolucionadas en el ser humano y que son benéficas si las sabes utilizar.
La cognición humana es compleja y, si no está regulada, puede alimentar un ambiente coercitivo, de total nocividad.
Ser feliz es autorrealizarse al lograr tus metas, desde un estado deseado que supone el vivir una proposición de bienestar. Como sentencia el filósofo griego Aristóteles, discípulo de Platón: “… todos los hombres persiguen la felicidad… pero cada cual posee el secreto de su propia felicidad”.
Joseph Conrad, novelista inglés sentencia: “Toda idealización empobrece la vida. Embellecerla es quitarle su carácter de complejidad, es destruirla”.
Artículo relacionado: