La Revolución en el corazón
- Por Rodobaldo Martínez Pérez
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¿Por qué unos pueden y otros no con semejantes condiciones? Son cuestionamientos que a diario van y vienen por toda la bella geografía cubana.
Lo esencial para la respuesta es la conciencia revolucionaria, tanto en lo individual como en lo colectivo, según su alto valor para las motivaciones, que cada quien alberga.
“La productividad y la eficiencia están dentro de la personalidad del obrero…” y lo dijo Carlos Marx, en el Siglo XIX, ahora, en la modernidad, es el llamado capital intelectual, como lo desarrollé en un comentario sobre la importancia de la subjetividad, en octubre del 2023, en este semanario.
La subjetividad humana y su alto valor para las motivaciones son las que necesitamos hoy en Cuba, para el determinante despegue del desarrollo socioeconómico de la Nación.
Porque desde la entrega, autoestimulación, esperanzas, conocimientos, proactividad, dedicación, información y las experiencias son muy útiles para crear valores, desde la fuerza especulativa, que propician el éxito al saber identificar y distribuirlos eficazmente.
Ese capital intelectual es el mayor activo intangible de una organización, tan importante como su producto o servicio líderes y según sus tipos son: educación, al aplicar los conocimientos al trabajo; formación de acuerdo con las habilidades técnicas; salud física y mental, fundamentales para los aportes y motivaciones; habilidades comunicativas, facilitan desarrollar las misiones; puntualidad y capacidad para resolver problemas, todos a favor de la creación.
Con pasión hasta lo imposible se hace realidad porque se es absolutamente consciente, cada día, sobre lo que más pueden aportar, vencer obstáculos, innovar, aplicar saberes, los avances de la ciencia, innovación, tecnología tan decisivos para el país, aun en medio de tantas necesidades, escaseces, sinsabores, errores y el asesino bloqueo.
Eso significa sentir la Revolución en el corazón, que esa persona o colectivo son patriotas por dentro y por fuera, muy conscientes del valor de la libertad.
Para Martí: “la libertad es el derecho que tienen las personas de actuar libremente, pensar y hablar sin hipocresía…” Lo que permite conducirse según sus valores, criterios, razón y voluntad, sin más limitaciones que el respeto a la libertad de los demás. Hay libertad cuando las personas pueden obrar sin coacción y opresión por parte de otros sujetos.
De ahí la importancia de proteger todos los derechos conquistados con el trabajo creador y la entrega sin límites de cada uno para conquistar más bienes y servicios que necesita con urgencia el pueblo
Y a todo estos conceptos agregamos las alertas recientes de Raúl Castro Ruz, quien siempre está con el pies en el estribo para el importante combate del día siguiente; “Decisivo de no ser ingenuos, triunfalistas, a evitar respuestas burocráticas y cualquier manifestación de rutina e insensibilidad, a encontrar soluciones realistas con lo que tenemos…”
El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel reflexiona sobre la importancia de “desarrollar un sexto sentido en nuestra gente, sobre todo en los decisores” para hacer más audaces, anticiparse a los problemas, ser proactivos, innovadores, con las mejores habilidades y amantes del Sí se puede en todo lo que se haga para aprovechar muy bien el importante recurso que es el tiempo, porque ya no hay más tiempo para perderlo.
Como dijo Raúl en Santiago de Cuba, este primero de enero: “La actual lucha por la sobrevivencia, en esta compleja situación, incluye la insoslayable exigencia de defender los valores asumidos, sin importar el precio a pagar, con la perspectiva de asumir nuestro socialismo como proceso que anula y supera siempre lo negativo en la constante transformación de la obra social, promoviendo mayor atención a sectores vulnerables, a los barrios y a quienes más necesiten…”
En esta lucha tan dura que nos depara el día a día cada amante de la Revolución está en el deber de demostrar, cotidianamente, con sacrificio, entrega absoluta, creación, hallar el objetivo que lo estimule y lo guíe en el fin propuesto, con dignidad, honestidad, solidario, con enorme apetito por los saberes, enfrentar y entender los cambios, manejar la teoría y crear la práctica con las condiciones propias y enfrentarse decididamente a la rigidez mental.