Día de las Madres

  • Hits: 1996

madres 01

Con el segundo domingo de mayo llega todo tipo de fiesta para la única: Madre, la que sabe entregar amor como nadie, sin condiciones y con orgullo llevarte durante nueve meses en su ser, como uno solo.

Así lo dice Martí: “Mírame madre, y por tu amor no llores, si esclavo de mi edad y mis doctrinas, tu mártir corazón llené espinas, piensa que nacen entre espinas, flores”.

Califica a su madre, Leonor Pérez, como el sostén de la vida, aunque esté lejos o cerca y a la familia como célula fundamental de la sociedad. Cada uno de los miembros desempeña un rol, entre todos debe existir identidad espiritual, respeto mutuo, unidad, comprensión y cariño.

El Día de la Madre es una sublime ceremonia con diversos estilos para rebozar de cariño e irradiar amor en gran parte del mundo y, en diferentes fechas del año, según la cultura de la nación.

En Cuba el rito inicia, oficialmente, el 22 de abril de 1921, cuando el Ayuntamiento de La Habana lo oficializa y se convierte en festejo nacional en 1928, al darle la Cámara de Representantes carácter de Ley.

Es un día para las flores, sin importar el color, postales, poemas, canciones, presentes, demostrar la pasión y el orgullo por el ser más querido de la casa, que es la fuerza para el vigor de cada día, ejemplo de amor supremo, capaz del mayor sacrificio con coherencia y sensatez para siempre mantener la alegría y unión de la familia desde la mayor resiliencia.

Mi madre siempre es mi primer referente, es una de las personas más importantes de mi vida, mi constante sostén aún donde esté. Mi hijo Rody y mi pequeñín nieto, el principito Alex, mis orgullos.

Recuerdo un proverbio anónimo que me estremece: “La mayor bendición de una mujer es la de ser madre y la mayor dicha de un hijo, es la de poder contar con el amor de una madre ejemplar y valiente... Una madre, nunca está sola en sus pensamientos. Una madre siempre piensa dos veces, una por sí misma y otra por su niño”.

Como siempre Martí me inspira y lo traigo en este día tan trascendental: “Las madres son amor, no razón, son sensibilidad exquisita y dolor inconsolable...toda madre debiera llamarse maravilla”.

En su juventud le escribe a Leonor:

Madre del alma, madre querida
son tus natales; quiero cantar
porque mi alma de amor henchida,
aunque muy joven, nunca se olvida
que la vida me hubo de dar.

Pasan los años, vuelan las horas
que yo a tu lado me siento ir,
por tus caricias arrobadoras
y las miradas tan seductoras
que hacen mi pecho fuerte latir.

A Dios le pido constantemente
para mi madre vida inmortal;
porque es muy grato, sobre la frente
sentir el roce de un beso ardiente
que de otra boca nunca es igual.

En este otro poema titulado ¡Madre mía!, subraya en su parte inicial:

Mi madre: el débil resplandor te baña
De esta mísera luz
con que me alumbro,
Y aquí desde mi lecho
Te miro, y no me extraña-
Si tú vives en mí-
que venga estrecho
A mi gigante corazón mi pecho.

 Hilda Pupo Salazar
Author: Hilda Pupo Salazar
MÁS ARTÍCULOS DE ESTE AUTOR
Periodista especializada en temas de educación y valores. Autora de las columnas Página 8 y Trincheras de ideas.

Escribir un comentario