¡Padre en su premio!

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Diapadre1Foto: Elder Leyva

¡Un hijo es el mejor premio que un hombre puede recibir sobre la tierra!, sentencia el apóstol José Martí, apotegma que debe acompañar siempre a los padres cubanos.

El Día de los padres se conmemora en el país el tercer domingo de junio, significativa fiesta familiar para irradiar amor y sentir el orgullo de los hijos.

La primera conmemoración aquí fue el 19 de junio de 1938, por iniciativa de la escritora y artista Dulce María Borrero, quien defiende la generalización del singular homenaje.

Es bello ver a un padre consagrado a la crianza de sus pequeños: dormirlos, cantarles, levantarse en las madrugadas, vigilarles los sueños y siempre presto para hacer cualquier obligación.

Llevarlo a la escuela, participar en su aprendizaje, practicar deporte, ir a sus reuniones escolares, departir con sus profesores, guiarlos sobre la base del ejemplo y saberlos educar en todos los momentos.

La primera característica positiva para un buen padre es ser amable y amoroso. Por eso, siempre debe constituir un buen refugio para los frutos, hacerlos sentirse a gusto y seguros en las diferentes circunstancias de la vida, de esta manera serán capaces de confiar en ti y estar a tu lado durante siempre, en total confianza y fidelidad recíprocas.

Otro rasgo es saber estar siempre presente, de esa forma, se puede ser partícipe en la toma de decisiones importantes. Debe aprenderse que, si las acciones no salen bien, será necesario cultivarse en ello, sin necesidad de arrepentimientos, porque los errores, si se saben rectificar, serán ejemplares maestros.

Un padre es ese ser especial que complementa la vida de sus descendencias, con su amor incondicional, el cariño infinito y la entrega sin límites es, ante todo, alguien amable y amoroso, comprometido, desprendido con sus tenencias y sacrificado siempre por los suyos.

Hablamos de alguien que, eternamente, está presente, para su estirpe, coherente y modelo de respeto, más absoluta paciencia.

Lamentablemente no todos los papás son iguales y no resulta imposible imaginarlos al lado de una cuna velando el sueño a su nene, preparando la leche, llevarlo al círculo infantil o la escuela, ocupándose de sus estudios y preocupándose de su vida.

El ejemplo es fundamental, por eso todos los consejos deben acompañarse de actos dignos. Los niños se fijan en todo, si, como padre, le dices sobre cualquier aspecto y tú haces lo contrario, probablemente haga más caso a tus acciones.

Ya lo dice la madre Teresa de Calcuta: “La palabra convence, pero el ejemplo arrastra, no te preocupes porque tus hijos te escuchen te observan todo el día”, mientras para Vicenzo Gioberti, sacerdote italiano: “El padre debe ser el amigo, el confidente, no el tirano de sus hijos”. Martí: “... cuanto tengo de bueno, tiene su raíz de él... Papá es, sencillamente, un hombre admirable. Fue honrado cuando ya nadie lo es”.

 Hilda Pupo Salazar
Author: Hilda Pupo Salazar
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Periodista especializada en temas de educación y valores. Autora de las columnas Página 8 y Trincheras de ideas.

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