Cuidado con el inconsciente
- Por Hilda Pupo Salazar
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El inconsciente para el aprendizaje desde la niñez es muy importante, desde el mismo momento que descubre las primeras palabras.
Al transitar esas iniciales etapas comienzan los primeros elementos sobre el conocimiento, habilidades, actitudes y la importante capacidad de las decisivas primeras enseñanzas, en un proceso casi ingenuo y el inconsciente se funda progresivamente en el pequeño.
Es en el inconsciente donde las personas archivan contenidos reprimidos: impulsos, deseos y pensamientos, que no están presentes en el campo de la conciencia, pero se esconde dentro del complejo funcionamiento mental.
De ahí la importancia de que los padres presten atención al inconsciente, decisivo para contribuir a la mejor enseñanza desde las primeras edades, que luego debe enriquecerse en la adolescencia y juventud.
Los progenitores deben saber sobre el denominado concepto del inconsciente, que reside en lograr un esquema de respuesta o comportamiento sin la cognición de los estímulos o pautas que lo reglamenten.
Por eso, la educación reflexiva promueve el modelo pedagógico, que pasa por replantearse crítica y objetivamente cómo se enseña desde lo respetuoso y amoroso, que favorecen la individualidad y autonomía de cada uno.
Está validado que el niño aprende palabras y combina el lenguaje para descubrir lo desconocido cada día y puede hacerse entender por los demás, capaz de reproducir imágenes y enriquecer la expresión conscientemente hasta conformar ese alfabeto vivo llamado: “la lengua”.
Si se hace correctamente tu inconsciente “jamás te traiciona”, como reza el refrán de Freud, porque desde la primera e importante etapa de formación de la persona no se alojaron impulsos y deseos que luego luchan por salir como sentimientos reprimidos, reacciones instintivas, complejos, fobias que al manifestarse producen angustias. Hay quienes en ocasiones los exteriorizan en sueños o chistes de los denominados disolutos.
Al tener la correcta educación hay conciencia de todo aquello que haces sin darte cuenta, al prestar la atención debida a las emociones y sentimientos.
Para Élisabeth Roudinesco, historiadora y psicoanalista por la Universidad de París: “… el inconsciente es la parte de un iceberg que se encuentra inmersa en las profundidades del océano, por lo que se le considera la más peligrosa y desconocida al encontrarse oculta”.